El pasado 18 de julio de 2016 se produjo un accidente que nos sobrecogió a todos. Una menor fallecía mientras participaba en las actividades de la denominada Ruta Pionera 2016 organizada por el Grup Escolta Xaloc, consistente en un campamento itinerante. El grupo, que estaba compuesto por 27 participantes menores de edad y tres monitores, se adentró en el cañón de Añisclo en el corazón del Pirineo Aragonés y entrada la noche, aproximadamente a las 22:40, en un paso peligroso equipado con cadena, la menor resbaló y se precipitó al vacío, resultando gravemente herida. Por falta de cobertura telefónica en la zona los monitores no pudieron avisar al 112 hasta las 02.48 horas.
Diversión y seguridad han de ir de la mano. Gestionar el riesgo no significa anularlo. Es gestionar la aventura, el error y la adversidad de manera global, todo en uno. Un proceso que comienza con la identificación clara de los peligros, y continúa con su correcta evaluación para determinar el grado de riesgo real, e intentar minimizarlo con adecuadas medidas de control. Un proceso en el que la fiabilidad de las comunicaciones se muestra como un elemento cada vez más relevante.
Vivimos en la edad de la información, pero se necesita formación e información de calidad. Cada vez más personas se sienten atraídas por los deportes en la montaña, aunque en ocasiones no estén debidamente preparadas para ello. En consecuencia el número de rescates aumenta y también la cifra de víctimas. Sin olvidar que hay programas de televisión que banalizan el riesgo de las actividades en el medio natural, provocando comportamientos que antes no eran habituales, y afectando negativamente a la cultura de seguridad que debiera existir.
Actualmente, según datos del CSD, unos 3,5 millones de personas practican deportes de montaña en nuestro país, de los que algo más de 220.000 están federadas. Del total, uno de cada 100 usuarios sufrió algún tipo de percance, una cifra superior a la suma de los siniestros laborales producidos durante un año en los sectores de la construcción y la industria.
Entre los factores que pueden contribuir a un accidente uno de los principales es la planificación deficiente. Esto se traduce en una mala preparación de la ruta, fallos de orientación, mal cálculo de horario, sistemas de comunicaciones inadecuados o equipamientos deficientes. La improvisación ataca tanto a personas expertas como inexpertas, por lo tanto, hay que promover conductas seguras y desterrar la idea de la fatalidad de los accidentes.
Pautas de comportamiento
El Comité de Seguridad de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) ha recogido unas pautas de comportamiento atendiendo a las causas más comunes que originan los accidentes en montaña. Un conjunto de consejos que se incluye en el Código de Seguridad para la Montaña publicado por la FEDME.
De manera muy resumida, las conductas que establece este código pasan por seleccionar la actividad según capacidad y preparación, planificarla correctamente, informar del lugar al que vas, llevar el móvil, tratar de ir a lugares que tengan cobertura telefónica… y llevar la ropa y el equipamiento adecuado. Un espectro de buenas prácticas en el que la fiabilidad de las comunicaciones se muestra como un elemento cada vez más importante para la prevención de riesgos y la disminución de los efectos de los accidentes.
Actualmente más del 10% del territorio español, fundamentalmente áreas aisladas y montañosas, carecen de cobertura móvil. Una situación que está llevando a diferentes instituciones y organismos a contemplar las comunicaciones vía satélite como un elemento decisivo en los protocolos de seguridad para los deportes de riesgo. Es el caso de la Comunidad Autónoma de Aragón, la primera Comunidad Autónoma que ya ha legislado en esta línea en su Decreto 74/2018, por el que se aprueba el reglamento de las actividades juveniles de tiempo libre en esta región en su modalidad de acampadas, colonias y campos de trabajo, para garantizar la comunicación en caso de emergencia “Todas las actividades contempladas en el ámbito de aplicación de este reglamento, ya sean acampadas fijas o itinerantes, colonias o campos de trabajo, deberán disponer en sus salidas y durante la realización de actividades de aventura de los medios técnicos necesarios que les permitan contactar en todo momento con el Centro de Emergencias 112 SOS Aragón."
Por ello desde el Instituto Aragonés de la Juventud en colaboración con la campaña de seguridad Montaña Segura se ha elaborado un tríptico informativo: “Opciones de Comunicación para entornos de montaña".
Desde la FEDME se está tratando de potenciar la telefonía satélite mediante las subvenciones a clubes, asociaciones y organizaciones deportivas afiliadas a la FEDME que lo solicitan, en las convocatorias que se realizan anualmente.
Igualmente, algunas federaciones como la de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo de Castilla y León (FDMESCYL) y la Madrileña de Montañismo ya han alcanzado acuerdos con la empresa Satlink para ofrecer a sus miembros condiciones ventajosas, equipos y comunicaciones satelitales. La única tecnología que garantiza unas comunicaciones fiables en cualquier momento y lugar, y que añaden un elemento de seguridad indispensable allá donde no hay cobertura de las redes terrestres.
También recientemente, la empresa Satlink se ha sumado como patrocinador de nuestros Equipos de Alpinismo, proporcionando los terminales y comunicaciones necesarias para las expediciones de nuestros deportistas de élite.
Sin duda, el éxito es disfrutar con lo que uno hace y regresar sano y salvo. No se trata de alcanzar una meta a toda costa. Lo fundamental es disfrutar con la planificación de los objetivos, analizar cómo los hemos logrado y poder comunicárselo a quien deseemos desde cualquier punto de nuestra aventura. Esa diversión nunca debe verse afectada por algo que se puede evitar fácilmente.