Todos deberíamos de vez en cuando hacer una escapada al monte en solitario. Aunque hacerlo en familia y con amigos es siempre satisfactorio, hacerlo solo también tiene sus ventajas. Es una experiencia única que recomendamos a todos los que queráis adquirir más experiencia y confianza. Estos son ocho puntos que consideramos beneficiosos de aventurarse en solitario.
1. Descubres tus debilidades.
No hay mejor manera de conocer tus puntos flojos que salir a solas. Porque en grupo es más fácil delegar la orientación, montar la tienda, cocinar en un compañero al que se le dé mejor, ¿no es así? Al estar a solas no tendrás escapatoria. Eso sí, si sabes que eres realmente negado en algo, mejor entrénate un poco antes de salir de casa…
2. Mejorará tu confianza en ti mismo.
Una vez hagas una excursión a solas con éxito, empezarás a sentir más confianza en ti mismo. ¡No falla!
3. Te conocerás mejor.
Hazte esta pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que pasaste 24 horas sólo? Si es hace ya tiempo, no te sientas mal. Los periodos largos de soledad son cada vez más raros en estos tiempos, y definitivamente te sacarán de tu zona de confort. Lo curiosos es que empezarás a pensar y actuar de forma distinta, y además es importante saber cómo reaccionas cuando estás sólo y frente algún tipo de peligro potencial.
4. Dejarás fluir tus pensamientos.
Sólo. Sin conversación, y a ser posible sin móvil… Aunque las largas caminatas pueden ser en ocasiones aburridas, son habitualmente perfectas para dejar fluir la mente. Y atención que a veces las mejores ideas surgen en el camino.
5. Descubrirás los puntos débiles de tu material.
Muchos nos volvemos confiados a la hora de contar con material compartido como infernillos, botiquines… Y es en el momento de tener que contar con el material propio cuando te das cuenta de lo que te falta y lo que está en mal estado. Primera cosa que comprobar ¿cabe todo en tu mochila? Si nunca has caminado solo, ten en cuenta que llevarás más material del que llevas normalmente.
6. Te moverás a tu ritmo.
Cuando caminamos en grupo, no nos movemos a nuestro ritmo ideal, sino al ritmo ideal del grupo. Pero a solas, uno puede andar al ritmo exacto que le pide el cuerpo, y hacer todas las paradas que se deseen y cuando sea necesario. Muchos descubrimos que podemos, y que nos gusta, caminar más rápido que cuando lo hacemos en grupo, ¡o todo lo contrario!
7. Disfrutarás (aún más) de la naturaleza.
A solas uno se vuelve más receptivo con lo que pasa a su alrededor. Se perciben detalles en el paisaje que pueden pasarse por alto cuando se va charlando en grupo. Y como uno marca su propio ritmo, es más fácil deleitarse a la hora de observar o fotografiar.
8. Vacilarás más.
Siempre es más vacilón contar una experiencia ahí fuera cuando se ha hecho en solitario…
¿Cómo lo veis? Es el momento de ponerse en marcha, busca una fecha este mismo mes (o el que viene) y a por ello… ¡que es mucho más fácil que coordinar un grupo!