Útiles con medios naturales

Los materiales vegetales, animales y minerales que nos encontramos en la naturaleza pueden sernos de gran utilidad para fabricarnos utensilios si no los tenemos

Jaime Barrallo

Útiles con medios naturales
Útiles con medios naturales

A pesar de los show televisivos, es altamente improbable que alguien tenga que usar materiales naturales para equiparse; en treinta años moviéndome por zonas salvajes sólo lo he hecho por experimentación. No obstante el conocer estas técnicas es una forma de ver cómo el ser humano podía fabricar todo lo que necesitaba con lo que obtenía en la naturaleza.

MATERIALES VEGETALES

La fabricación de útiles naturales estaba muy condicionada al ecosistema: en general en sitios tropicales o zonas de bosque denso era más fácil encontrar materia prima tanto en la costa como en el interior; cualquier lugar cerca del mar era mejor que uno interior en las zonas yermas, como las zonas polares o áridas. El mar proporcionaba materiales, bien por- que se podían obtener de él, bien porque los traía con olas y mareas de partes más ricas en materias primas. Por ejemplo, los Inuit construían embarcaciones, arpones, trineos… con madera de deriva, y piel o marfil o huesos de mamíferos marinos, que también eran una fuente de combustible.

Las plantas son sin duda una de las fuentes de material más importantes para construir útiles dado que han sido siempre el principal material de construcción de refugios y casas; sólo sustituidas por la piel, la lana, el barro o la mezcla de éste con otros elementos (desde piedra a excrementos de bóvidos), en áreas donde la vegetación era escasa. Las materias vegetales también nos han proporcionado fuego, con todas sus utilidades: proporcionar calor, cocinar, ahumar, o transformar materiales como el barro e incluso el metal. Estamos unidos por estas y otras razones a las plantas; sin ellas no duraríamos mucho: incluso los que vivimos en el cemen­to. Aquí tenéis algunos útiles que se pueden fabricar con vegetales:

- CUERDAS: sin poder trenzar una cuerda muchos útiles no podrían fabricarse, ni tam­poco la mayor parte de los refugios donde el ser humano ha habitado. La clave para fabri­car las cuerdas es sacar fibras de las plantas y luego trenzarlas. Eso sí, hay que conocer algunos nudos y amarres que optimizarán su uso. Aunque en nuestras latitudes el esparto y la ortiga, ambos secos, han sido las mejores fibras, hay otras menos conocidas que sirven para trenzar cuerdas: la clemátide, las fibras de hojas del lirio o las de la espadaña entre otras, algunas cortezas interiores como las del enebro e incluso el chopo. Claro que no todas son igual de resistentes, aunque algunas pueden usarse tal cual, como la corteza del torvisco o la adelfa, sólo con torsionarlas y luego uniéndolas con una trenza de dos o tres cabos.

La técnica básica para hacer una cuerda de ortiga o esparto consiste en mojar du­rante unas horas tallo secos, machacarlos con un mazo de madera o un guijarro de buen tamaño, hasta que las fibras se empiecen a abrir. Luego con los dedos o un peine hecho de palitos se van abriendo, para después ir torsionando. En sitios tropicales las lianas pueden utili­zarse para atar sin apenas tratamiento. Con ellas también se puede andar haciendo el Tar­zan y colgarse de ellas, pero casi siempre hay un paso dando un rodeo… sin jugarse la vida.

Cuerdas naturales

­­- MOCHILAS: con cuerdas trenzadas o compradas como el bramante, y palos, pre­ferentemente verdes, se puede fabricar un armazón de mochila. Para ello es necesario conocer el amarre cuadrado o el diagonal. La estructura pude ser cuadrada o triangu­lar: lo más difícil es hacer las cintas de los hombros. Si se dispone de piel no será difícil, tampoco es imposible trenzarlas con cuerda vegetal. En caso de una emergencia pueden emplearse cinturones… Una mochila de este tipo te permitiría cargar a una persona herida o llevar tus cosas si tu mochila ha desapareci­do en combate.

- CUENCOS: hacer un cuenco es relativa­mente fácil si se dispone de un fuego. Usan­do un tronco cortado, la técnica consiste en poner brasas en un hueco que habremos empezado con alguna herramienta (cuchi­llo o similar). Las brasas se van soplando y van quemando el hueco; esta técnica puede combinarse con el empleo de agua (la ma­dera húmeda se trabaja bien con una navaja).El uso de cortezas, salvo que encontremos troncos caídos, es una agresión al árbol que pude causar su muerte, por lo que no es bue­no hacerlo solo por practicar. En zonas tropi­cales los trozos de bambú son los reyes de los recipientes, pudiéndose cocinar en ellos sin dificultad.

MATERIALES VEGETALES

MATERIALES ANIMALES

El ser humano sobrevivió en las zonas frías sacando de los animales lo que no tenía: una capa de piel con pelo. La carne, la grasa y otros restos como cuernos, huesos y tendones fue­ron también vitales para nuestra evolución como especie. Por desgracia sobrevivimos todos a costa de la muerte de un animal o planta, aunque sea de un modo indirecto. ¿Cuántos animales y plantas mueren al des­tinar grandes zonas a cultivos o construir ciu­dades paras vivir como vivimos? Esto es así y nadie se libra, aunque sea vegetariano.

- ÚTILES DE HUESO: el asta y el hueso que sí pueden encontrase en zonas salvajes, pueden trabajarse mojándolos mejor con agua caliente y convertirse raspando con na­vaja u hojas de silex en puntas de flecha, de arpón, agujas (el agujero se hace con un tala­dro manual con una barrena de sílex).

MATERIALES ANIMALES

MATERIALES MINERALES

Por último vamos a tratar los minerales: son materiales agradecidos, no salen corriendo cuando los vas a coger, aunque el sílex, uno de los artífices de la evolución humana, no es muy abundante. Se comerciaba y se buscaba a grandes distancias, no eran muchos los gru­pos humanos que vivieran cerca de grandes yacimientos de este mineral o al menos de ya­cimientos de sílex de calidad para ser tallado.

- ÚTILES DE PIEDRAsin duda una de los hechos que fueron claves en la futura evo­lución del hombre fue que un homínido gol­peó un guijarro y se dio cuenta de que había obtenido una punta con filos más o menos regulares. Acababan de encontrar una herra­mienta multifunción para arrancar moluscos, cavar, romper huesos… Luego llegó la talla de bifaces, la utilización de lascas para cortar, y supongo que el fuego fue casi en paralelo. El Homo Erectus y el Habilis fueron capaces de tallar herramientas, el Neandertal avanzó un poco más en la técnica y el Cromagnon se erigió como el artista de la talla con técnicas tan revolucionarias como la obtención de láminas a partir de nódulos preparados me­diante técnicas como la percusión con asta, el retoque plano, el retoque por presión… esto le permitió realizar herramientas como raspadores, buriles, puntas de flecha…

Las técnicas de talla avanzadas requieren una maestría difícil de alcanzar: durante años he visto tallar a mi amigo Mikel Aguirre (yo siempre decía que era un vasco culto: no levantaba piedras, las tallaba), un artista de la talla; ha realizado cientos de piezas para colecciones de museos y ha sido protago­nista de videos sobre talla para el museo de Altamira o varias series documentales.

No creo que estas líneas sirvan para que nadie se convierta en un perfecto Cromag­non, ni siquiera en Homo Habilis, pero sí para pensar que fue posible, que cuando éramos pocos el ser humano no necesitaba fábricas que le suministraran los útiles que precisa­ba para vivir. Como decían los Lacota, casi ningún hombre poseía más de lo que podía hacer él mismo, ni más que lo que tenía otro.

Tened memoria para los ancestros ahí fuera.

MATERIALES MINERALES