¡Tengan cuidado ahí abajo!

Jaime Barrallo

¡Tengan cuidado ahí abajo!
¡Tengan cuidado ahí abajo!

El buceo deportivo es una actividad cada vez más popular y asequible; aunque los accidentes afortunadamente son escasos, no significa que no haya que tenerle respeto. No deja de ser una actividad con riesgos potenciales, aunque la mayor parte evitables con unas normas básicas. Cuando me saqué mi primer título hace 30 años, el buceo tenía connotaciones más guerreras, la instrucción acababa de despegar de los militares. Cierto que se ha mejorado mucho en cuanto a didáctica. Pero había algo positivo de aquello: uno se tomaba en serio lo de bucear y sabía que requería una cierta forma física y algo de sangre fría si venían mal dadas.

Hoy en día hay muchas oportunidades de formación. Alguien que se conforma con un curso con las horas justas en un resort de pulsera y no continua formándose o que físicamente va bajo mínimos, será sin duda posible candidato al desastre. No olvidemos que estamos en un medio de prestado. Es muy poco nuestro margen de contener la respiración (sabiendo que en buceo con botella no se aguanta nunca la res- piración), por lo que sigamos las normas del juego y evitaremos un posible accidente, tal vez fatal.

Buceo tortuga

EL CONOCIMIENTO ES PODER
Como ya hemos citado, la formación es importante: si eres solo Open Water, por ejemplo, hacer un curso Advanced e incluso un Rescue Diver aumentará tu seguridad buceando. Es cierto que hay gente con cientos de inmersiones que no pasa de la titulación básica. Si se preocupan de aprender lo necesario también es válido, pero saber lo justo es un riesgo.
No vale pensar “yo siempre buceo con guía”. Nunca se sabe cuándo tus conocimientos pueden salvar tu vida
o la de otro. Otra cuestión donde suele cojear el buceador ocasional es la falta de condición fisica: no hace falta ser una máquina, pero hay que tener unos mínimos tanto de natación como de apnea para situaciones en las que no usemos botellas de aire comprimido. Poder nadar mil metros y aguantar un minuto bajo el agua en re- poso son unos mínimos que no deberíamos perder, al margen de moverse con soltura con el equipo, incluso con corriente o mala mar en superficie

ANTES DE SALTAR
- Hay que evitar bucear si tenemos algún problema de salud. Un simple resfriado, puede complicarnos una inmersión y la mucosidad taponarnos las trompas de Eustaquio e impedir que podamos compensar.
- Cuidado con el alcohol u otras sustancias que alteran el comportamiento. Nunca antes de bucear, y preferentemente esperar al menos una hora después de haber terminado la inmersión.
- Presta mucha atención a la preparación del equipo: esto evita problemas en el agua. Máscaras que se empañan, latiguillo de jacket que se suelta, aleta que se pierde, equipo mal ajustado, regulador u octopus que no dan aire, grifería de la botella cerrada, lastre de más o de menos… La comprobación mutua de equipo con tu compañero debe ser una norma que no hay que olvidar.

¡OJO AL MATERIAL!
Al margen del material obligatorio (reguladores, jacket, manómetro, profundímetro…) debemos dominar su uso correcto tanto en situación normal como en emergencia: respirar con un regulador en pérdida, inflar jacket a pulmón, quitarse y ponerse el equipo en el agua... Algún otro equipo puede ser necesario en una emergencia, sobre todo si buceamos sin guía. Si no llevas tu ordenador, y tu compañero sí, planificarás la misma inmersión que él, pero con las tablas que te enseñaron en tu curso de iniciación. No se debe usar un mismo ordenador para dos personas.

- La tuba salva de muchos apuros en superficie, mala mar por ejemplo.
- Un cuchillo pequeño no sirve para matar pulpos gigantes, sirve para cortar algo que nos retenga, no usarlo sin antes intentar deshacer el enganche por otros medios menos contundentes, como por ejemplo las manos.
- De noche puedes emplear una luz química o una linterna interior, si el material del inflable es algo traslúcido. De noche y en grupo llevar luces químicas en un lugar visible de cada equipo y alguna linterna de más, es más que recomendable.
- Un llamador acústico puede ser útil aunque siempre se puede, en caso extremo, golpear el tanque con algo, sin dañarlo claro, para producir ruido y llamar la atención, o gritar quitándose el regulador.

TU COMPAÑERO, UN TESORO
- Aunque lo ideal es bucear con un compañero conocido, no siempre es posible; si buceas con desconocidos presta más atención a él. No conoces sus reacciones, consumo de aire, ni él las tuyas.
- Sobre las señas bajo el agua está bien recordarlas y aplicarlas, pero si te quedas sin aire es mejor antes de hacer la señal que, sin violencia, pongas la mano en el regulador auxiliar del buceador más próximo, sea tu compañero o no. Incluso cógelo y póntelo en la boca si es una emergencia.

SALTANDO AL AGUA
- Siempre chaleco inflado, máscara sujeta y regulador en la boca.
- Cuidado en no golpear a nadie que ya esté en el agua.
- Una vez dentro espera a tu compañero, si el mar está mal puedes ahorrar aire respirando con la tuba, aunque con la cabeza en el agua no se oye, hay que sacarla de vez en cuando y estar atento.

DESCENDIENDO
- Si hay cabo de ancla o fondeo, lo ideal es bajar por él, así nadie se despista. Si hay corriente esto hay que hacerlo a rajatabla.
- La emergencia más común son los problemas para compensar la presión en los oídos, hay que empezar desde el primer momento. Yo suelo pararme como a dos metros para hacerlo y luego sigo ajustando según bajo.
- Controlar también que tu compañero compensa bien es vital, nunca se debe forzar la bajada sin equilibrar la presión de los oídos. Si no se compensa hay que subir un poco, intentarlo y luego volver a bajar.

DURANTE LA INMERSIÓN
- Las corrientes son sin duda la situación que puede provocar más emergencias, al margen de fallos de equipo o técnica.
- Se produce un fenómeno que yo llamo “marica el último”: todo el mundo está como loco por bajar y agarrarse al fondo, llegar al pecio, o lo que deseamos ver. El problema es si no compenso o mi compañero se retrasa. Si la corriente es fuerte puedes acabar lejos del grupo y del sitio de inmersión. En ese caso lo mejor es después de esperar el tiempo establecido (suele ser 1 minuto) subir a superficie y pedir recogida.
- No olvides en el ascenso mirar hacia arriba e ir con las manos por delante, realizando la subida lentamente. El golpe por embarcación es otra causa de accidente. Si la inmersión se ha planteado con corriente, basta dejarse llevar y disfrutar. La embarcación te recogerá. Siempre con corriente se gasta más aire. Atención a la norma de media botella, y preguntar con frecuencia el consumo.

VOLVER AL BARCO
- Esto debe hacerse con al menos 50 bares en la botella, por si hay una emergencia. Hay que respetar la parada de seguridad, cuando proceda, a 5 m, durante 3 minutos. Vale acabar la inmersión navegando a esa profundidad.
- Si el mar está mal que salgan primero los que estén más agobiados. Mantenerse cerca de la embarcación, pero cuidado con los golpes del casco al levantarse éste por las olas.
- Primero da los plomos y luego el equipo.
- En caso de emergencia grave en superficie, los plomos deben ser lo primero de lo que desprenderse, con cuidado para no dar con ellos a alguien que esté debajo.

Buceo profundidad

1 CONSEJO que te salvará la vida
Aunque en buceo deportivo se bucea evitando entrar en DECO en toda inmersión, la suma de inmersiones sucesivas pude hacer que la acumulación de nitrógeno residual, en nuestro organismo, haga que entremos en descompresión con consecuencias graves. Tanto si buceamos con guía como sin él es necesario conocer las tablas de descompresión al margen del uso de ordenadores, para controlar tanto los tiempos de inmersión como el intervalo entre inmersiones. La narcosis por aire comprimido se produce al realizar inmersiones profundas, suele aparecer por debajo de los 30 m. También tendremos en cuenta nuestros límites para prevenirla. Recordemos que el límite de buceo recreativo con aire comprimido es de 57 metros de profundidad máxima.