Insectos a la carta

¿Y si te pierdes en la montaña sin nada que llevarte a la boca? Te presentamos los insectos más sabrosos para que salgas de un apuro

Jaime Barrallo

Insectos a la carta
Insectos a la carta

Si te quedas perdido en la montaña sin una mísera barrita energética o una lata de sardinas que llevarte a la boca, a lo mejor tienes que ponerte a recolectar insectos... Aquí tienes la lista de cuáles son los más sabrosos.

Muchos pueden asociar la supervivencia con una pata de ciervo asándose en una hoguera. Nada más lejos de la realidad: es altamente improbable que en una situación de este tipo tuviéramos que cazar, y de tener que hacerlo tendríamos muchas limitaciones. La caza, igual que la pesca, requiere tiempo, y hoy en día las situaciones de supervivencia de larga duración son raras, lo normal es que se resuelvan en pocas horas o días. Perder tiempo cazando no es operativo si puedes emplearlo moviéndote hacia un lugar civilizado.

Otro factor: la densidad de animales hoy en día es escasa salvo dentro de reservas, Parques Nacionales y algunas zonas concretas sin presión humana… hasta los indígenas cazadores recolectores tienen problemas hoy para vivir de la tierra. Además, a cazar, se aprende cazando: sin experiencia previa es casi imposible cazar nada, dadas las restricciones legales para emplear los medios de fortuna que usaríamos en una situación de este tipo. Y es difícil obtener la experiencia suficiente, saltarse las normas no sólo sería un atentado contra la naturaleza, nos podría traer grandes problemas legales. 

Cazar requiere tiempo, pero recolectar puede hacerse sobre la marcha. Hay que tener en cuenta que en estaciones como el invierno, salvo algunas excepciones como en la costa o en climas templados, la recolección puede no ser posible por falta de alimentos vegetales o animales. El resto del año, son estaciones propicias, aunque depende del clima y la especie a recolectar. El otoño es la época ideal. Los insectos (saltamontes, grillos, larvas de escarabajos), los moluscos y los gasterópodos -tanto terrestres como marinos- están los primeros en la lista. Anfibios, reptiles o huevos de aves deben dejarse sólo para una extrema urgencia, ya que están protegidos.

INSECTOS

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Los animales más elementales son los más propicios para ser recolectados. Son más fáciles de sorprender y capturar que sus parientes superiores: mamíferos y aves, que al margen de las prohibiciones legales, son infinitamente más astutos y están mejor dotados evolutivamente para evadir nuestra persecución. Los insectos, que en la mayor parte de las culturas humanas han sido despreciados como fuente de alimentos, calórica y vitamínicamente son superiores a otros alimentos y no en vano constituyen la dieta de muchos animales. El problema es lo que se tarda en obtener 100 g de saltamontes. Hasta una rata tiene más peso de carne, aun- que si podemos recogerlos con facilidad la cosa cambia. Entre las posibles delicatessen están los grillos, saltamontes, cigarras, mantis (cuidado con sus mandíbulas)… Se los encuentra sobre las ramas, en tallos, suelo y hoyos: es factible sacarlos echando agua o hurgando con un palito.

Los saltamontes: si hay muchos puede barrerse la hierba con una gran bolsa de tela. Pueden comerse crudos, aunque son más comestibles pasados por la brasa, cocidos o fritos si se dispone de grasa (para mi gusto estos son los mejores, pasados por el fuego saben a gamba). Se deben quitar la cabeza (riesgo de contaminación en zonas cultivadas) y las partes agudas y pelos de las patas. Las hormigas son abundantes (la mayor parte de las especies son agresivas, evitad sobre todo las rojas que construyen grandes nidos en los bosques) y pueden recolectarse poniendo azúcar o miel cerca de su nido, o simplemente interceptando su camino. Es mejor cocinarlas unos minutos, muchas tienen ácido fórmico en cantidades importantes. Los escarabajos y sus larvas, después de cocinarlos resultan un poco repulsivos, pero no saben mal y son una fuente de grasa y proteínas.

Abejas, avispas y avispones son es­pecies demasiado agresivas para em­prenderla con un nido y obtener larvas y adultos o miel. Si se “derriba” algún ejemplar solitario es mejor cocinarlo; pelos urticantes y veneno se neutrali­zan al pasarlos por la brasa. Tragarse un insecto con aguijón aún vivo puede ocasio­nar la muerte por edema de glotis (asfixia). Con mi amigo Pancho, un lacandón de Chiapas (México), incineramos en defensa propia un nido de avispas (estaban en una pequeña isla y en nuestro campamento). Eran como tres veces más grandes que las de aquí; como yo decía, aparte de picarnos podrían habernos dado dos hostias.

Las mariposas no tienen mucha sustan­cia y no hay datos claros de la toxicidad de algunas especies. Las orugas pueden ser irritantes, sobre todo las pilosas, y siempre deben pasarse por la brasa. Los insectos acuáticos, se pueden utilizar para pescar y también como alimento. Se recolectan debajo de las piedras en zonas de aguas limpias y con corriente. Una red de tela fina barrida corriente arriba permite obte­ner larvas y adultos como escorpiones de agua o dícticos (¡cuidado, muerden!). Si las aguas no son potables lo suyo es hervir la cosecha. 

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OTROS INVERTEBRADOS

Los arácnidos son comestibles muertos y cocinados. En el caso de los escorpiones hay que quitar el aguijón. Los caracoles y babosas, que aparecen en zonas húmedas, sobre todo después de llover, son abun­dantes y una buena opción. Las babosas siempre han sido despreciadas desde el punto de vista gastronómico. Aunque algo más duras que sus parientes de la casa a cuestas, son más grandes y cuan­tiosas. Es necesario quitarles las vísceras, y el moco se limpia con sal o ceniza. Los caracoles no necesitan ser eviscerados, pero sí hay que quitarles el moco, y se ha de tener cuidado de no comer las vísceras situadas al fondo de la concha.

Otros mo­luscos acuáticos con concha pueden en­contrarse en los cursos de agua (hervirlos más de 5 minutos ante la menor sospecha de contaminación en el agua). Más difíci­les de cazar y más protegidos por la ley se encuentran los crustáceos de agua dulce como el cangrejo de río.Se pesca por la no­che con trampas de red o cestería con cebo: carne, pescado o vísceras algo pasadas. O bien metiendo la mano en agujeros bajo el agua en zonas propicias, pero es frecuente sufrir sus tenazas si se emplea este sistema. Las lombrices son una excelente fuen­te de proteínas. Para quitarles la tierra dejadlas un tiempo en un recipiente con plantas no tóxicas; además si empleamos especies aromáticas como el orégano las lombrices cogen su sabor.

DÓNDE ENCONTRARLOS

La temperatura ambiente condiciona la vida de estos animales, en general están más activos cuando hace calor, el frío los mata o los aletarga y enton­ces sólo es posible encontrarlos bajo piedras, o enterrados en la tierra o en la madera (sobre todo troncos muertos). Incluso cuando hace calor, algunas especies como larvas y lombrices casi siempre están enterradas. Los insec­tos como saltamontes se vuelven muy rápidos con el calor, en ese caso es mejor buscarlos al atardecer o en las primeras horas de la mañana, ya que sus baterías están menos cargadas. Como hemos visto los cursos de agua limpia son buenos lugares para encontrar invertebrados.

DÓNDE ENCONTRARLOS