Hoy en día es fácil tener fuego, pero… ¿podrías hacerlo sin ayuda? Un simple mechero en nuestro bolsillo e incluso el calor de las vitrocerámicas ha conseguido que olvidemos el cómo encender, levantar y mantener un fuego en plena naturaleza.
Las leyes en materia de protección medioambiental también nos ponen difícil esta tarea, comprensiblemente, pues de no ser así no quedaría una hectárea de bosque intacta en nuestro país. Sin embargo hay zonas y épocas del año especialmente habilitadas para realizar nuestras prácticas de fuego. Es importante aprender a encender y controlar una hoguera, nuestra vida podría depender de ello y tener la necesidad de hacer un fuego es más frecuente de lo que podemos imaginar.
Para iniciar un fuego las opciones son múltiples, y dependerá de lo que tengamos a nuestro alcance, sin embargo para su uso en la naturaleza el mejor elemento que podemos llevar con nosotros es una barra de ferrocerio. Este material compuesto de hierro, serio y un 4% de magnesio genera unas chispas a muy alta temperatura al ser rascado o golpeado. Ten en cuenta que este elemento funciona aún estando mojado o a baja temperatura ambiental. Si somos capaces de canalizar dichas chispas a una yesca de calidad, como por ejemplo la corteza de abedul, papel seco, algodón o hierba seca y fina, tendremos nuestro inicio de fuego perfecto.
Ahora que lo hemos iniciado necesitamos mantener el fuego y hacerlo crecer, lo primero es clasificar 3 calibres o niveles de leña de abajo arriba:
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La primera leña que hay que echar es fina, no mayor a unos 5 a 10 mm de diámetro y que suene al partirse. Eso demuestra que está suficientemente seca, cosa sumamente importante en esta fase. Deberán tener aproximadamente unos 30 cm de largo, para poder manipularlos con comodidad.
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La siguiente leña serán palos será un poco más gruesos y se colocan inmediatamente después del número 1, es decir, se queman con el calibre anterior. El diámetro aproximado es de unos 2 cm y podrán ser de unos 30 cm de largo.
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Esta leña es bastante más gruesa y cuando esté encendida podemos dar nuestra fogata por estabilizada. El diámetro recomendable será de unos 4 a 8 cm. Cuando este último calibre de leña está ardiendo no es necesario que prestemos más atención a las medidas, sólo debemos disponer la nueva leña donde se encuentre el foco de calor e ir alimentando la fogata de forma progresiva.
Más madera
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Existen también formas para ser más eficientes con nuestro fuego, por ejemplo colocando unos troncos de forma vertical apoyados entre sí; tardarán más en quemarse y durará mucho más nuestra hoguera.
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También tenemos la alternativa de hacer un fuego tippi, muy recomendable para situaciones de mucho viento. Hay que hacer con la leña la forma de un tippi o tienda india, amontonando toda la leña en las puntas.
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Cuando la leña está verde podemos utilizar un fuego de almohadilla, esto es crear un foco de calor central y disponer la leña formando el símbolo de la almohadilla para que el aire caliente del foco de calor seque totalmente el combustible.
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Por último es importante que tengas en cuenta la eficiencia en todo momento y uses la leña y las bondades del fuego de forma segura y comedida. No eches más leña de la que vas a necesitar y asegúrate de que tu fuego no ponga en peligro la vida de las personas ni el medio natural. Úsalo sólo para salvar y mejorar tu vida.