8 mitos sobre la naturaleza

1. El musgo crece predominantemente en la cara norte de los árboles.

El sol se desplaza suavemente  desde el sur al hemisferio norte. El musgo crece en las zonas sombreadas y por eso se cree que la parte norte de los árboles es el mejor entorno para que el musgo florezca. Sin embargo, en el Hemisferio Sur, el arco del sol se dirige ligeramente al norte, haciendo de la cara sur un lugar ideal para el crecimiento del musgo.

Pero incluso en el norte existen diferentes factores que afectan a cómo y dónde nacen estas plantas. Por ejemplo, la vegetación que tenga cerca puede proyectar una sombra y promover su crecimiento sin tener en cuenta la dirección, si es en la zona norte o en la sur.

2. Todas las bayas negras y azules se pueden comer

Una clasificación muy común que se suele hacer sobre los frutos del bosque es que los blancos y amarillos son tóxicos, en torno al 50%  de los rojos son venenosos y la mayoría de los azules y negros se pueden comer. Sin embargo, esa “mayoría” indica que no son seguros todos, por lo que comer uno de ellos sin saber a qué especie pertenece puede ser fatal. Por ejemplo, las bayas azules de Virginia son letales.

3. El agua corriente es potable

Esto no es siempre cierto, pues incluso el agua de un arroyo o riachuelo puede ser el origen de muchas enfermedades. Por ejemplo, el cuerpo de un animal en descomposición o heces de animal es un lugar ideal para la reproducción de parásitos. Es cierto que el agua en movimiento tiene menos posibilidades de estar infectada, pero no siempre es potable.

4. Los osos solo están activos al alba y al anochecer

Tanto los osos marrones como los negros pueden estar activos en cualquier momento del día. Es cierto que, por lo general, los osos son animales que concentran su actividad durante el ocaso, pero eso solo quiere decir que buscan comida y se alimentan principalmente a esas horas. Por eso, si te encuentras con un oso en tu camino, mantén la calma y el contacto visual mientras te desplazas hacia atrás. Nunca eches a correr, o incitarás al oso al ataque.

5. Puedes hacer fuego golpeando dos piedras entre sí

Hacer un fuego sin cerillas es mucho más complicado de lo que aparece en las películas. Para empezar, no todas las piedras valen, necesitarás sílex o cuarzo, que son las mejores opciones. Además tendrás que hacer una ranura en la piedra que sujetas con la mano, para que puedas hacer una chispa lo suficientemente grande como para que llegue hasta la yesca. En definitiva, que a no ser que seas un experto en el tema, es mejor que lleves unas cerillas contigo.

6. Las serpientes venenosas tienen la cabeza triangular

Decidir si una serpiente es venenosa por la forma de su cabeza es un error. Bien es cierto que el crotalino (una especie de víbora) es muy venenosa y tiene la cabeza triangular, pero por ejemplo las cobras y las serpientes de coral la tienen redondeadas. Por el contrario, existen algunas especies de serpientes no venenosas que transforman su cabeza en un triángulo cuando se sienten amenazadas, solo para parecer venenosas.

7. El ajo repele a los mosquitos

Es cierto que los mosquitos hembra (los únicos que pican) escogen a su “víctima” por el aspecto y el olor. Por eso siempre se ha pensado que el ajo es un buen repelente, pero nada más lejos de la realidad. Según un estudio realizado por la Universidad de Connecticut, los mosquitos pican en función del calor corporal y de la producción del dióxido de carbono.

8. Una hiedra venenosa muerta o inactiva no te hace daño

El Urushiol, que es el aceite que se encuentra en las hiedras venenosas y que provoca las reacciones alérgicas en la piel, permanece activo varios años después de que la planta muera. Además este aceite no solo se encuentra en las hojas de la planta, sino también en las raíces y el tallo.