¿Por qué los osos polares no tienen ceguera de las nieves?

Redacción Oxígeno

¿Por qué los osos polares no tienen ceguera de las nieves?
¿Por qué los osos polares no tienen ceguera de las nieves?

Es curioso como el ser humano ha sido capaz de evolucionar hasta el punto de compensar con la técnica lo que nos ha negado la naturaleza. Nuestra adaptación total al planeta es, en muchos casos, un privilegio tecnológico desarrollado a través de la observación de nuestros compañeros de planeta. Por ejemplo las gafas de sol que nos protegen de los efectos de la luz del sol reflejada en la nieve, uno de los mayores peligros para nuestra integridad tanto en la estación invernal como en actividades de altura.

La oftalmia de las nieves o fotoqueratitis aparece cuando se tiene una alta exposición a los rayos ultravioleta, a lo que nuestro cuerpo reacciona con la aparición de ulceraciones en la córnea. Algo que no les sucede a los animales que viven en el ártico. ¿Por qué? Mientras los humanos somos altamente sensibles a los rayos UV, las especies de mamíferos que pueblan los entornos helados han desarrollado un sistema de pigmentación en sus córneas que sirve de escudo contra la radiación ultravioleta. En otros casos estas especies cuentan con un alto nivel de ácido úrico en el líquido entre la córnea y el cristalino, una estrategia diferente para el mismo efecto.

En recientes estudios se ha descubierto que los renos son capaz de ver en el espectro UV, y esto no les produce ningún daño en la retina, lo que para los científicos puede significar que el animal cuenta con un sistema de filtrado que evita el perjuicio y solo deja pasar las frecuencias de luz ultravioleta menos dañinas.

¿Cómo se trata la oftalmía de la nieve?

  • Reposo en la oscuridad, con los ojos cerrados o gafas muy oscuras
  • Vendaje ocular
  • Colirios y/o pomadas oftálmicas cicatrizantes y antiséptica
  • Analgésicos generales (paracetamol) si el dolor es intenso

 

¿A qué se debe prestar una atención particular?

  • No frotarse los ojos, ya que pueden agravarse las lesiones de la córnea.
  • En caso de empeoramiento de los síntomas a pesar del tratamiento, persistencia del dolor ocular durante más de 24 horas, o si la visión se deteriora, consultar con el oftalmólogo.
  • Tras un episodio de queratoconjuntivitis, conviene no llevar lentillas de contacto durante al menos 4-5 días.