Castores en paracaídas: uno de los planes de conservación más locos de siempre

Sucedió.Tuvo éxito.Y ahora se ha revelado un vídeo al respecto.

Redacción Oxígeno

Castores en paracaídas: uno de los planes de conservación más locos de siempre
Castores en paracaídas: uno de los planes de conservación más locos de siempre

Los planes de conservación de la fauna son hoy un éxito total cuando cuentan con el respaldo de sus comunidades, de las autoridades y de la conciencia de todos. Ejemplos como el lince en España, el bisonte en Polonia y Canadá o el lobo en Yellowstone son un ejemplo a seguir a nivel mundial para la reintroducción de especies desaparecidas o en peligro. Pero el camino no ha sido corto ni exento de dificultades. Y sobre todo, hace falta tener en cuenta y recordar proyectos pasados. Por muy locos que suenen. Como el que se sucedió en Idaho hace medio siglo y sobre el que ahora podemos conocer más gracias a un vídeo revelado por fuentes oficiales.

El Idaho Department of Fish and Game tuvo que lidiar con la sobrepoblación de castores en los años 40. Decidieron resolver el problema capturando ejemplares para después lanzarlos en paracaídas en las riberas del río Frank Church. Tela marinera. Eso sí, ninguno de los castores sufrió ningún daño.

El vídeo, rodado en 1950 y titulado “Fur for the future” (algo así como pelaje para el futuro), muestra a los castores caer desde el cielo en plena naturaleza salvaje. A partir del minuto 8 del vídeo se puede contemplar cómo eran transportados y lanzados los ejemplares.

¡Y funcionó!

El plan puede parecer algo desquiciado pero resultó, ya que las comunidades de castores florecieron en sus nuevos hogares. Y parece más sensato que simplemente reducir la población a base de balas (como todavía se hace en muchos, muchos lugares de este planeta).

A día de hoy ese mismo departamento del Gobierno estadounidense sigue esforzándose por buscar nuevos cobijos a los castores en lugares como el desierto de Owyhee, donde estos animales están ayudando a la restauración del hábitat y su vegetación. Pero tranquilos, ya no saltan desde aviones…