Acabar con el robo del agua para salvar Daimiel, Doñana y Mar Menor

Entre las tres zonas, se riega con agua extraída ilegalmente más de 64.000 hectáreas de cultivos, de acuerdo a la investigación que llevó a cabo WWF

WWF España

Acabar con el robo del agua para salvar Daimiel, Doñana y Mar Menor. Foto: WWF / Jorge Sierra
Acabar con el robo del agua para salvar Daimiel, Doñana y Mar Menor. Foto: WWF / Jorge Sierra

El sueño de recuperar Las Tablas de Daimiel, Doñana o el Mar Menor, humedales que atraviesan una crítica situación, ha impulsado la aprobación de diversos planes y medidas de restauración para salvar estos ecosistemas únicos. Además, el MITECO aprobó en 2022 el Plan Estratégico de Humedales para detener y revertir la pérdida y degradación de estos ecosistemas para 2030. Para poder garantizar la recuperación efectiva de estos valiosos humedales, WWF pide acabar con la principal amenaza: el robo del agua y su sobreexplotación. 

“Para lograr los objetivos planteados por el MITECO de que en 2030 ningún humedal protegido esté amenazado o degradado, se necesitan medidas más contundentes y ambiciosas que acaben con este desastre ecológico”, denuncia Teresa Gil, responsable del programa de Agua de WWF. Y añade: La falta de agua en humedales icónicos como Daimiel, Doñana o de agua de calidad como en el Mar Menor no podrá solucionarse solo inyectando miles de euros en acciones de restauración, si no acabamos primero con el principal problema que amenaza su supervivencia: el robo del agua y su sobreexplotación”. 

El último plan para restaurar las Tablas de Daimiel ha invertido 500 000 euros del Gobierno de España y de Castilla- La Mancha, procedentes de los fondos Next Generation, en acciones como la retirada de vegetación muerta o lodos acumulados pero se ha avanzado poco en erradicar el robo del agua. Las Tablas de Daimiel sobreviven desde hace casi 10 años en la UVI, secas y mantenidas con aguas bombeadas artificialmente desde el acuífero para aparentar una cierta normalidad, mientras que Daimiel es el epicentro del robo del agua en España. Según la investigación de WWF, 51 465 hectáreas de cultivo se riegan con agua extraída ilegalmente, el equivalente a 62 300 campos de fútbol.  

En el 50 aniversario del Parque que se cumple este año, WWF pide que el gobierno regional promueva el cierre de fincas ilegales y garantice la legalidad del agua de los productos agrícolas de la zona. Asimismo, insta al MITECO a que apruebe un Marco de actuaciones específico que centre sus esfuerzos en la lucha contra los ilegales y en la recuperación del equilibrio ecológico de las Tablas.

El Parque Nacional de Doñana se encuentra en uno de sus peores momentos históricos debido a la sequía continuada y a la sobreexplotación de los recursos hídricos. La investigación de WWF sobre el robo del agua en la zona arrojó datos alarmantes. Entre ellos, el estudio destapó que la superficie regada con agua extraída ilegalmente, en el corazón de este espacio clave para la biodiversidad y sus alrededores (Aljarafe), es de más de 4.700 hectáreas, el equivalente a más de 5.700 campos de fútbol. 

El mal estado de este humedal y de sus ecosistemas protegidos debido a la extracción abusiva e insostenible de agua en el entorno- principalmente para el cultivo intensivo de fresas- ha motivado una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea en la que condena a España. 

Sin embargo, en lugar de cumplirse esta sentencia y adoptar medidas para frenar el expolio del agua (como la aplicación del plan de la fresa para reorganizar el territorio alrededor del espacio protegido), desde comienzos del año pasado planea sobre este espacio protegido la amenaza de una ley que supondría la amnistía de 1.460 hectáreas, promovida por los partidos de gobierno y ante la que la Junta de Andalucía no ha dado una respuesta adecuada. 

En noviembre del pasado año, el MITECO presentó un plan de restauración hidrológica en Doñana que permitirá, entre otros objetivos, reconectar el cauce del Guadiamar con su marisma, al norte del Parque Nacional, lo que constituye un paso importante para su recuperación. Este marco de actuaciones, que se suma al cierre de varios pozos ilegales realizado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, está dotado con un presupuesto de más de 350 millones de euros, de los cuales el 78% se destina a medidas de compra de tierras, saneamiento de depuradoras y recrecimiento del Agrio y supone una importante apuesta para garantizar el futuro de Doñana. 

“Para que funcione este plan, hay que garantizar que el agua que necesita Doñana regrese en cantidad y calidad suficientes recuperando su funcionalidad hidrológica natural. Por ello pedimos a la Junta de Andalucía que cierre todas las fincas de regadío ilegales y ejecute el Plan de la Fresa y al MITECO que continúe hasta cerrar el último pozo ilegal y que ambas trabajen codo con codo para recuperar las entradas históricas de agua a Doñana, teniendo en cuenta los escenarios de cambio climático”, explica Teresa Gil.

El Mar Menor, por su parte, tras los episodios de ‘sopa verde’, sigue en un estado frágil. Detrás de ello, está el vertido de toneladas de nitratos y fosfatos que entran en la laguna procedentes de la agricultura industrial intensiva.  El gran reto por delante es la disminución de la entrada de agua con alta concentración de nutrientes y reducir el uso de fertilizantes. 

El plan del MITECO para recuperar la mayor laguna costera de agua salada de Europa ya se ha empezado a ejecutar, con una inversión prevista de 500 millones en los próximos cinco años, aunque este humedal necesitará más tiempo para empezar a mostrar signos de recuperación. Para WWF la puesta en marcha del plan unido al cierre en el entorno del Mar Menor de 7.000 hectáreas de regadíos ilegales es, sin duda, algo a replicar con urgencia en Andalucía y Castilla-La Mancha. Para recuperar la riqueza del Mar Menor es muy importante que las administraciones trabajen coordinadamente para que se garantice cuanto antes la entrada de agua de calidad en el Mar Menor.

Los humedales no son simplemente grandes charcas para patos que se pueden restaurar con obras hidráulicas y con tuberías que traigan agua de otros sitios. Son ecosistemas complejos, que aportan múltiples beneficios a la sociedad y cuya restauración requiere en primer lugar reducir la presión que ha llevado estos valiosos ecosistemas a su actual estado de degradación. Por eso, la principal herramienta para restaurar nuestros humedales es acabar con el robo del agua y devolvérsela al medio natural” concluye Teresa Gil.