Siempre me han fascinado los espacios de los mapas con pocos pueblos y escasas carreteras, solamente curvas de nivel, collados, cumbres, geografías solitarias y misterios, son lugares de papel con un atractivo irresistible. El Macizo Galaico Leonés está entre las provincias de Zamora, León y Ourense y es uno de los “espacios vacíos” y desconocidos que tengo señalados en el mapa desde hace tiempo. Y el bikepacking es el estilo viajero ideal para conocer estos territorios solitarios y alejados de los principales canales de comunicación, hay que ir a propósito, no están de paso y es el principal atractivo de estos valles de montañas construidas con castilletes de pizarras y cuarcitas y bosques de colores.

En el diseño de este tipo de recorridos tan particulares me dejo llevar por la intuición, la experiencia y el gusto por desentrañar los rincones ocultos del mapa aunque después, en el terreno, siempre encuentro rampas infernales, senderos sin ninguna posibilidad de ciclabilidad y viejos carriles de montaña convertidos en pedreras imposibles. Elijo los lugares por donde quiero pasar y dejo al destino decidir el nivel de la aventura, siempre voy mentalizado para afrontar cualquier tipo de improviso impuesto por la naturaleza salvaje de las montañas. En este caso hay una rampa tremenda para subir desde el pueblo de Montes de Valdueza hasta las cumbres de los Montes Aquilianos, y no es nada comparado con las rampas de la Serra Calva, después de A Ponte, especialmente para salir del nicho glaciar de las lagunas de Ocelo, el paisaje geológico y ambiental es fascinante pero hay que tener costumbre de empujar la bici por las laderas de las montañas. Y el remate de los tramos no ciclables es la bajada desde el Puerto de la Escoba, en las tierras altas de Sanabria, hasta Sotillo de Sanabria por el GR-84, hace años tenía más ciclabilidad, o yo era más joven, ahora con las bolsas y el pedregal del camino hay que caminar en varios tramos. La distribución de las etapas es personal, llevo tienda y no me preocupo de buscar techo o refugio, decido sobre la marcha.
La distancia total son 242 km y 6.730 m positivos que cada ciclomontañero puede organizar a su gusto y estilo.

Etapa 1: Puebla de Sanabria/Corporales
Distancia: 72,6 km.
Desnivel positivo: 1.980 m.
Puebla de Sanabria ha sido paso estratégico durante siglos entre los reinos de Castilla, Galicia y Portugal, está rodeado de montañas, ríos, bosques y murallas y ha formado una encrucijada fundamental en las rutas comerciales y militares en el noroeste peninsular. El casco histórico está en la colina que domina la población, rodeando el castillo y los principales monumentos y atractivos turísticos. Y como no puedo evitar la tentación de conocer la parte antigua comienzo el viaje por la empinada calle que sube hasta la plaza Mayor y sigue por la plaza del Castillo de los Condes de Benavente. En una esquina de la plaza aparecen los hitos del Camino de Santiago Sanabrés o Mozárabe, cerca de un mirador del Valle de Sanabria. La bajada está marcada con las flechas amarillas de la ruta jacobea hasta el puente del río Castro, después las conchas peregrinas siguen hacia Galicia y la ruta bikepacking gira a la derecha por un sendero que sigue la orilla del río Tera hasta El Puente. Este tramo es fabuloso, tiene algún paso de equilibrio pero es la mejor forma de comenzar la aventura cicloturista en las montañas de Sanabria.

La ruta pasa cerca del Centro de Interpretación del Parque Natural del Lago de Sanabria, pero no se ve por la espesura del bosque, hay que estar atentos y desviarse aposta. El camino atraviesa el Tera y sigue por otro tramo de calleja emboscada hasta Trefacio, entrando en el mundo rural del Valle de Sanabria y también al inicio de las cuestas serias. El Valle de Sanabria está rodeado de cordilleras importantes y la subida escogida es larga, he elegido la ruta de Peña Negra para saltar la sierra de la Cabrera y entrar en el valle del río Cabrera, un solitario paso de montaña a dos mil metros de altitud. Los últimos pueblos son San Justo y Rábano de Sanabria, que tiene una plaza curiosa con un crucero de piedra. En la salida del pueblo me lio un poco pero enseguida encuentro la pista de montaña que sube hacia la sierra, paso por el cementerio y soledad absoluta. Hay que seguir el camino principal con ganas de pedalear hasta las cumbres y al final la pista termina en un corta fuegos sobre el circo glaciar de la laguna de Lacillo. El corta fuegos sube hasta una cota en el cordal de la sierra y cambia de rumbo hacia las laderas de Sanabria. En este punto salen unas rodadas algo incómodas para pedalear que continúan por la cuerda hasta el Alto de Preña Negra (2.020 m), siguiendo la línea geográfica que marca el límite entre las provincias de Zamora y León, y después bajan por unas rampas bastante empinadas hasta una pista que finalmente desciende al pueblo de La Baña, un tranquilo lugar minero en el nacimiento del río Cabrera.
En el siguiente tramo del viaje cicloturista sigo los caminos del valle, casi siempre favorables. En La Baña busco una calleja por la derecha del río, sin entrar en la carretera, y llego sin complicaciones hasta Losadilla, pero después no veo opción fuera del asfalto y sigo la carretera hasta Encinedo. Aquí bajo por un camino que atraviesa el río Cabrera y encuentro un camino rural bastante bueno y ciclable hasta Quintanilla de Losada, el único pueblo del valle donde veo un bar abierto con una pequeña tienda de comestibles. En el diseño del recorrido he metido los principales valles y engranajes geográficos del Macizo Galacio Leonés y ahora toca salir del valle de La Cabrera para llegar hasta las faldas del Teleno. En el mapa veo la posibilidad de seguir hasta Nogar y subir por el puerto de Peña Aguda, que debe ser precioso, pero me puede el estilo ciclomontañero y subo directamente por la carretera de Truchas unos seis kilómetros de buen asfalto hasta un desvío que faldea la sierra del Pico del Valle y llega al Refugio de Colinas (1.502 m), un nido de águilas con buenas vistas de La Cabrera, el Teleno y los Montes de León. La subida ha sido una buena paliza para completar la jornada y la bajada hasta Corporales cierra la primera etapa de un fantástico día de bikepacking ciclomontañero. Lleno las cacharras de agua en la fuente del pueblo y acampo poco después donde comienzan los senderos que suben hacia la cumbre del Teleno.
Etapa 2: Corporales/Domiz
Distancia: 80,4 km.
Desnivel positivo: 2.120 m.
El puerto de los Portillinos es fabuloso a primera hora de la mañana, todo por carretera, sin tráfico, parece un camino inventado, se aleja de la montaña del Teleno por el oeste y recorre un cordal espectacular hasta el paso de montaña, marcado con un cartel al pie del Cerro de los Portillinos y un abismo impresionante hacia la vertiente norte. La bajada dura poco, enseguida sube de nuevo hasta El Morredero, otro puerto de montaña cerca de una antigua estación de esquí, que cosas aparecen en las montañas. Y ahora si que comienza el primer gran descenso del día, primero hasta el cruce del puerto de la Cruz y después para bajar al pueblo de Peñalba de Santiago, en el Valle del Silencio. El lugar está bastante rehabilitado y es muy turístico. La calidad arquitectónica y etnográfica de la población ha convertido el caserío en uno de los pueblos más visitados de los Montes de León. El único bar que abre entre semana todavía está cerrado porque los visitantes suelen llegar a media mañana en estas fechas y sigo camino hacia Montes de Valduenza, otro grupo de casas de pizarra y cuarcita escondido en las entrañas de la sierra. En el pueblo está el Monasterio de San Pedro de los Montes, un magnífico complejo monástico levantado en la época del románico. Sigo por un carril que sube hacia los Montes Aquilianos, está marcado con las flechas amarillas de un itinerario del Camino de Santiago y no esperaba rampas tan duras. El muro termina en la planicie de El Collado y el camino inicia un faldeo en la ladera de la sierra hasta una pista asfaltada que sube hacia el espacio más “vacío” de todo el recorrido. Menos mal que preparé el track en casa porque es un laberinto de corta fuegos y pistas forestales en una distribución geográfica que puede despistar. La ruta recorre el núcleo más aislado de los Montes Aquilianos en el Campo de las Danzas, el Chano de los Arengoles, la ladera de las Peñas de Ferradillo y el Campo de las Brañuelas. La luz, los colores de las montañas, la soledad, la deforestación del terreno, los horizontes quebrados, el suelo de cuarcitas desmenuzadas, todo parece formar parte de un reino perdido.

En las colinas de La Rozada acierto con el camino y llego hasta los balcones de Las Médulas planeando sobre un paisaje fabuloso que se hunde en el valle del río Sil. La pista llega al entorno de Las Médulas en una pradera con bancos y arbolitos pero todavía no se ven las famosas chimeneas de tierra roja excavadas por los mineros romanos. El popular Mirador de Orellán está un kilómetro a la derecha por la pista principal, que es la foto típica, y la ruta bikepacking continúa por la izquierda, así que fui a tomar la foto y después retrocedí por el mismo camino empujando la bici en un pequeño repecho de piedra suelta. Más adelante hay otro mirador que también enseña el complejo minero y enseguida aparecen los hitos del Camino de Santiago de Invierno, que era la ruta jacobea usada por los peregrinos del Camino Francés en los meses invernales para evitar el paso por el temido y frío O Cebreiro. La bajada es vertiginosa, atención en los cruces para no perder los hitos de la concha compostelana, hay un par de desvíos extraños. El descenso termina en el casco viejo de Puente de Domingo Flórez, que todavía es provincia de León, aunque Galicia está a un paso, solamente hay que atravesar el puente del Sil en Quereño y estoy en Ourense. La ruta cicloturista sigue las marcas del Camino de Invierno por la orilla del embalse de Pumares, en plena comarca minera de Valdeorras, este tramo es precioso, las minas de pizarra están lejos y la carretera del valle discurre al otro lado del río Sil. El camino pasa por los pueblos de Pumares y As Nogueiras hasta Sobradelo, con bares, víveres y alojamientos.
Compro la cena en una tiendecita que está en la entrada del puente medieval, el principal monumento del pueblo, atravieso el río sil y busco el cruce de la carretera que sube hacia la sierra de Eixe. La opción más cómoda sería seguir por Carballeda, Riodolas y Soutadoiro hasta A Ponte, atravesando varios yacimientos mineros. Pienso que será más agradable recorrer la sierra lejos de las minas y decido subir por Domiz, en galego, San Bernabeu de Domiz. En las primeras rampas de la carretera comienza a llover y cuando pensaba que pasaría la noche algo húmedo encuentro un buen lugar techado en el lavadero del pueblo, con fuente, sitio para montar la tienda y cocinar protegido de la lluvia. Y claro, con visita de un par de vecinos de lugar que quieren saber del viajero ciclista.
Etapa 3: Domiz/Puebla de Sanabria
Distancia: 89 km.
Desnivel positivo: 2.630 m.
La Serra do Eixe está muy deforestada y asolada por los incendios, es el paisaje natural menos sugerente del viaje y en cambio disfruto un amanecer inolvidable. Salgo de Domiz por una rampa bastante dura que entra en el Regueiro do Val y sube hasta los caminos de la sierra, todos acondicionados para los vehículos anti incendios. El firme de las pistas es bueno y atravieso el cordal a buen ritmo, paso por el Alto de Maxarega, con las primeras vistas del macizo de Peña Trevinca y la Serra Calva, y termino la travesía en la carretera de Vilanona, llegando poco después al núcleo rural de A Ponte, un bonito conjunto de arquitectura popular donde comienzan las rutas montañas en la vertiente gallega de Peña Trevinca (2.127 m), el techo geográfico de las montañas de Ourense y Zamora. La travesía de la Serra Calva es ciclomontañismo para machacas, hay tramos de empuja bici y una rampa de un kilómetro en los circos glaciares de Ocelo que parecen cinco, sobre todo por el lastre de las bolsas y el equipo de vivac. Este tramo se puede evitar rodeando la sierra por Seoane y Valdín directamente hasta Porto, pero no se conocería de cerca la calidad geológica y ambiental del macizo de Peña Trevinca, declarado espacio natural protegido por los valores exclusivos de los ecosistemas de montaña.

La ruta sigue el itinerario señalizado que sube hasta las lagunas de Ocelo y donde parece que no hay continuidad siempre aparece un viejo carril pedregoso que sube más alto, pasa por una de las lagunas y llega la vereda infernal para salir del nicho lacustre y alcanzar el vértice de O Sestil (1.757 m). El carril principal deja la laguna a la izquierda, pasa por el Mirador de Morteira y baja a Xares. En este tramo es fundamental llevar el track descargado para asegurar el camino, siempre hay carril o rodadas pero pueden surgir dudas por el estado del firme. En O Sestil hay un cambio de rumbo, justo donde la ruta entra en la provincia de Zamora, pasa por una vaguada y recorre una pequeña sierra antes de bajar al pueblo de Porto. En algunos cruces hay hitos de las rutas locales de trail running. El descenso es fantástico, un auténtico vuelo de pájaro sobre la bella cuenca del alto Bibey. En Porto hay bares y restaurantes para recuperar fuerzas, queda un tramo duro y el desgaste de la etapa es considerable. El viaje bikepacking continúa por la pista que sube hacia los embalses y paisajes del Parque Natural del Lago de Sanabria. En el camino salen varios desvíos secundarios pero esta sierra es conocida y no tengo ninguna duda, subo directamente hasta la meseta de Castromil y tomo el camino de la derecha hasta la meseta del Puerto de la Escoba. La pista principal continúa por la izquierda, pasa por varios pantanos de montaña y termina en el embalse de Vega de Conde, una de las mejores rutas ciclomontañeras del Valle de Sanabria.
El plan inicial para cerrar el viaje ciclomontañero era bajar de la sierra por el trazado del GR-84, una trialera bastante complicada pero la recordaba con mejor ciclabilidad, el firme es bastante pedregoso y además la vegetación cierra completamente algunas zonas y hay que bajar con mucho cuidado por los enganchones. El desvío está después de pasar el Puerto de la Escoba, señalizado con hitos del sendero de gran recorrido. El carril baja al Refugio del Marmolín y se convierte en sendero o vereda de piedra durante unos cinco kilómetros. La ciclabilidad depende del nivel técnico de cada uno y siempre merece la pena por el ambiente y los paisajes, incluso caminando porque es bajada. Hay un pequeño repecho al principio, después del arroyo del Marmolín, y después cada uno que arriesgue lo que pueda o soporte su conciencia. El sendero pasa por la laguna de Carros y mejora la ciclabilidad, después aparece un carril de piedra suelta y en el límite del bosque se convierte en camino rural hasta Quintana de Sanabria. El resto de la etapa merodea por los pueblos del valle, atraviesa frondosos bosques de robles y termina en Puebla de Sanabria. En mi caso este tramo fue de noche porque tuve pinchazo y avería en el GR-84 y me pilló el toro, cosas del bikepacking. Y llegar a las calles de Puebla con el casco histórico iluminado fue un bonito punto y final de un viaje cicloturista extraordinario.
