La comarca madrileña de Las Vegas es un paraíso para el ciclismo en bicicleta de gravel, es un secreto a voces, no descubrimos nada pero no dejamos de ir una y otra vez con la bici de ruedas finas descubriendo cada día nuevas rutas y divertidos recorridos por los caminos rurales y las antiguas vías pastoriles en las vegas de los ríos Tajo, Jarama y Tajuña. El actual concepto de ciclismo gravel adquiere un sentido especial en los rápidos carriles agrícolas de los páramos y estepas de Colmenar de Oreja, Chinchón o Villarejo de Salvanés, las Vías Verdes del Tajuña o del Tren de los 40 Días y las históricas cañadas ganaderas que atraviesan la comarca, algunas incluidas en la moderna red de Caminos Naturales con el mejor firme de tierra que puede soñar cualquier aficionado al ciclismo gravelero en un territorio de curiosos contrastes entre desiertos de espartos, laderas yesíferas, encinares centenarios, estepas cerealistas y olivares que producen un prestigioso aceite Denominación de Origen.

Las viejas cañadas trashumantes fueron las grandes autopistas de comunicación, comercio y movimiento de los rebaños en la península ibérica durante varios siglos, desde 1273 que fue creado el Concejo de la Mesta por Alfonso X, hasta el año 1836, que fue disuelto por los inevitables y constantes conflictos entre ganaderos y agricultores. Las principales vías pecuarias partían en las serranías y los frescos páramos de los Pirineos occidentales, el Sistema Ibérico y la Cordillera Cantábrica hasta los cálidos pastos de invierno de Sierra Morena, Extremadura y Andalucía. La finalidad de los caminos de ganados era el movimiento de los rebaños trashumantes, principalmente ovejas merinas, y con ellas también viajaban los pastores que durante más de cinco siglos intercambiaban las noticias, costumbres y los pensamientos que hicieron de los movimientos ganaderos y el comercio de la lana, con todos sus derivados, un recurso económico de primer nivel. La Cañada Real Soriana Oriental es una de las nueve cañadas reales establecidas por el Concejo de la Mesta, y también la vía pecuaria más larga de la red principal, en total supera 800 kilómetros entre los montes de la comarca soriana de Tierras Altas y la ciudad de Sevilla, y es la protagonista en nuestro recorrido gravelero en Las Vegas Madrileñas y el valle del Tajo.
La distancia y el desnivel positivo permiten hacer el itinerario previsto en una jornada. Y como el diseño tiene forma de “ocho” es muy fácil dividir el recorrido en dos tramos, incluso en dos etapas para los cicloturistas tranquilos, pasando la noche en Fuentidueña de Tajo, el pueblo de partida y el lugar donde se cruzan los dos bucles. La ruta sigue los Caminos Naturales de la Cañada Real Soriana Oriental, del Tajo y del Canal de Estremera, con tramos de firme variado y buena ciclabilidad, y recorre el popular paso de los cinco túneles del Tren de los 40 Días, en Estremera, que también está marcado con las flechas amarillas del Camino de Uclés. El resultado es una fantástica ruta de gravel que también es recomendable en bicicleta de montaña por un entorno singular de la Comunidad de Madrid, descubriendo un itinerario repleto de sorprendentes paisajes, riberas fluviales, patrimonio histórico y acogedores pueblos campesinos en un ambiente rural que cambia radicalmente en cada estación del año.

DATOS
Punto de partida y llegada: Fuentidueña de Tajo.
Distancia: 80,3 km.
Desnivel positivo: 1.180 m.
Fuentidueña de Tajo
Kilómetro 0
Las ruinas del castillo delatan la estratégica población de Fuentidueña de Tajo en la orilla del río, paso de importantes vías de comunicación desde la época de los romanos. En la Edad Media fue muy popular la Vía del Esparto, uno de los productos más valores en aquellos tiempos en la comarca de Las Vegas, que marchaba sobre una primitiva calzada romana y llegaba hasta la calle Esparteros, en el centro de Madrid. En la subida del castillo está la Fuente de la Dueña o Fuente Salobre, es un pilón de piedra caliza reconstruido en el siglo XIX y un eslabón clave en los cimientos históricos de Fuentidueña. La “dueña” de la fuente y responsable del nombre fue Doña Urraca, señora de la fortaleza durante una temporada, llamada antiguamente de Santiago por la vinculación con la orden y conocida popularmente como Torre de Piquillos, unas pocas ruinas sobre el cerro donde brota el manantial. La vieja atalaya, la fuente, la iglesia de San Andrés y la plaza de la Constitución, donde está la Torre del Reloj, componen un valioso conjunto patrimonial en uno de los pasos más importantes de la Cañada Real Soriana Oriental en el valle del Tajo.
La vía pecuaria cruza el Camino Natural del Tajo en las calles de Fuentidueña, atraviesa el pueblo hasta la ribera del río y cambia de orilla por un histórico puente de hierro del siglo XIX. El puente del Tajo es una magnífica obra de ingeniería civil inaugurada en el año 1867. El diseñador del proyecto fue el arquitecto José de Echevarría, que buscó colaboradores en Francia dentro del equipo de Eiffiel y usó vigas de hierro remachadas para levantar un sólido puente en un paso fundamental de la vega del Tajo, en el tránsito de la Cañada Real Soriana Oriental y el Camino Real de Valencia, un antiguo Camino de Postas y ruta de campesinos y mercaderes desde la Alta Edad Media. El primer medio mecánico para salvar el cauce del Tajo fue una barca de maroma, sustituida después por un puente de cuerda para soportar las imprevistas crecidas, pero fue destruido por las tropas del general Prim en el siglo XIX.
El tramo final del Camino Natural es un incómodo rompe piernas. La ruta cruza el río y sigue por la vega del Tajo hasta el barranco del arroyo de Fuentemaría. El primer repecho salva la ladera del cerro de la ermita de la Virgen de Alarilla, una colina estratégica ocupada en otros tiempos por una torre de vigilancia en la antigua frontera entre árabes y cristianos. El desvío merece la pena para disfrutar las vistas de la inmensa llanura aluvial del río Tajo. Los postes siguen por la pista principal y se hunden de nuevo entre colinas de espartos y cerros esteparios al arroyo de las Higuerillas, salvan otra cuesta y caen al cañón del arroyo de Vallehermoso. La salida del barranco es un muro empinado por una pista de tierra de firme impecable y finalmente aparece el cartel del final del Camino Natural en el límite con la provincia de Toledo. La cañada real continúa hacia Santa Cruz de la Zarza. La ruta sigue dos kilómetros por la vía pecuaria y se desvía hacia la derecha por caminos agrícolas en busca del valle del Tajo. En este tramo no hay hitos ni marcas de itinerarios ciclistas y es recomendable el seguimiento del track.
Villamanrique de Tajo
Kilómetro 21.
El camino recorre los campos del arroyo del Valle y termina en la carretera de Santa Cruz de la Zarza a Villamanrique de Tajo. La ruta gira hacia la derecha, pasa por el puente del Tajo y continúa por un agradable soto ribereño hacia el Parque Fluvial y el conjunto urbano de Villamanrique de Tajo, un pueblo de huerta con bonitas fachadas encaladas en el paso del Camino Natural del Tajo, la gran ruta cicloturista que nace en los Montes Universales y lleva hasta la frontera de Portugal. La ruta recorre las calles del pueblo y sigue por el camino del Canal de Estremera. Las bicis de gravel vuelan por el firme de los caminos en la extensa llanura de la vega del Tajo. El carril circula entre las grandes fincas agrícolas y las laderas de espartos por un curioso tramo de pequeños repechos y termina en las calles de Fuentidueña. El track de la ruta pasa por la plaza de la iglesia, la Fuente Salobre y salva la autovía A-3 por un paso peatonal y ciclista en el Barrio del Perchel. Y comienza un nuevo tramo rápido por el Canal de Estremera hasta el desvío de los túneles del Tren de los 40 Días, marcado con una flecha amarilla del Camino de Uclés. La conexión con el trazado del antiguo ferrocarril es por un sendero de unos cien metros de ciclabilidad complicada en el talud del valle hasta el primer túnel, que está hundido y hay que pasar por la derecha. La senda tiene marcas del Camino de Uclés y finalmente entra en la caja de la vía por un túnel en forma de arco, después hay otro túnel más largo y enseguida el siguiente, en ninguno hace falta luz artificial, el firme es bueno salvo en temporada de lluvias que pueden tener barro en el interior.
Estremera
Kilómetro 42,5
La ruta sigue por el trazado del Tren de los 40 Días y los caminos rurales hasta las calles de Estremera, pasa por El Parque y sale del pueblo por la plaza de San Isidro, donde hay varias casas señoriales. En la calle de la Iglesia está la Casa de las Columnas, un antiguo palacio del siglo con una fachada renacentista del siglo XVI y otras casonas de los siglos XVIII y XIX. En la Plaza Mayor está la iglesia de los Remedios, que guarda el órgano barroco más antiguo de la Comunidad de Madrid, y la Casa Consistorial, con fachada porticada. La ruta sale de Estremera por el Camino Natural del Tajo, cruza la carretera de Illana y se desvía hacia Brea de Tajo por el valle de la Vega de Brea.

Brea de Tajo
Kilómetro 50,5
En la entrada de Brea de Tajo, antes de llegar al recinto de La Plaza, la ruta gira hacia la derecha en dirección al cementerio. En la salida de la población aparece un cruce con el panel informativo de la Ruta de las Campillas y otros itinerarios senderistas locales. El camino asciende por la vega agrícola hasta el límite municipal, donde aparece la Cañada Real Soriana Oriental procedente de la Alcarria de Guadalajara. El cartel de inicio del Camino Natural de la cañada de ganados no está exactamente en el cruce de la vía pecuaria, hay que girar hacia la izquierda y subir un pequeño repecho para ver el panel informativo y el hito 0 de los postes rojos.
El paisaje es un sugerente horizonte de colinas agrícolas de arcillas rojas y grises dedicadas al cultivo de cereal mezcladas con los montes pardos de coscojas y encinas habituales en los montes esteparios del sureste madrileño. En la primera bajada aparecen las ruinas del Chozo del Callejón en un campo labrado de la izquierda, entre almendros silvestres y plantas aromáticas. Los viejos muros de piedra están solitarios y aislados, una melancólica evocación de los antiguos chozos pastoriles que llenaban las cunetas de las grandes rutas trashumantes y eran fundamentales para la asistencia y supervivencia de los rebaños durante la aventura pastoril. El camino actual de la cañada real es una magnífica pista de tierra de tierra y grava sobre el ancho original de la vía pecuaria, una franja de 90 varas castellanas (75 metros), que era el ancho oficial de las cañadas reales.
La Cañada Real Soriana Oriental recorre el norte del municipio de Brea de Tajo por un paisaje de cultivos y dehesas de encinas con abundantes rodales de coscojas y quejigos, componiendo un territorio de gran calidad ambiental de cerros ocres y rojos poblados por algunos ejemplares centenarios. El trazado de la vía pecuaria está integrado en varias rutas senderistas locales, cuenta con áreas de descanso, punto de interés con paneles interpretativos y varias cabañas de la época gloriosa del Concejo de la Mesta, usadas durante siglos por los pastores en los largos viajes trashumantes. En la cuneta del camino aparece la Cabaña del Quiñonero, que ha sido rehabilitada y muestra los principales elementos de las construcciones pastoriles, con una planta cubierta por bóveda cónica y otra estancia rectangular que servía para guardar ganado.
El camino atraviesa la carretera de Orusco de Tajuña y entra en un terreno de toboganes poblado por densos bosques de encinas y quejigos de porte monumental en el monte El Robledal. En una de las vaguadas aparece el Pozo de la Yesera, un antiguo pozo tradicional usado por los rebaños como descansadero. Y poco después, al final del siguiente repecho, están los viejos Corrales del Calero, como centinelas en la cumbre de una colina solitaria adornada con un vetusto almendro. En bicicleta el camino pasa rápido, atraviesa el Cordel de las Merinas y enseguida se cruza la carretera de Carabaña y el Tren de los 40 Días, en este tramo acondicionado como Vía Verde. En el cruce hay una pequeña zona de descanso y un panel informativo. El Tren de los 40 Días fue una línea ferroviaria militar construida en tiempo record durante la Guerra Civil entre Tarancón y Torrejón de Ardoz para abastecer a las tropas republicanas que luchaban en las trincheras de la capital. En realidad fueron necesarios cien días para poner en marcha la línea y fue conocida como Vía Negrín por el jefe del gobierno que ordenó la construcción en 1937.
En los páramos agrícolas de Valdaracete comienza una llamativa travesía hacia el río Tajo por un curioso paisaje de cerros arcillosos y margas blanquecinas de ambiente desértico y estepario, especialmente en los duros toboganes del Cerro de la Muela, un desierto en Las Vegas, donde predominan las cárcavas yesíferas que pueden convertirse en un infierno para pedalear los días de lluvia. La sensación de estar navegando en bicicleta por latitudes lejanas y exóticas termina cuando el camino sale de la vega del arroyo del Valle, pasa por el túnel de la A-3 y termina en Fuentidueña de Tajo.