El Camí de Oliba: un sendero de gran recorrido por la historia de Cataluña

El GR-151 une Montserrat y los Pirineos y nos descubre el románico catalán

El Camí de Oliba o GR 151
El Camí de Oliba o GR 151

El Camí de Oliba es un sendero de Gran Recorrido (GR-151) que conecta alguna de las obras más emblemñaticas del Románico catalán. Su trazado une la montaña de Montserrat y los Pirineos, pasando por algunas de las ciudades y pueblos con más historia de la vieja Cataluña, como Manresa, Vic, Ripoll y Sant Joan de les Abadesses.Cruza el paisaje de interior y de media montaña de las comarcas del Bagès, Moianès, Osona y el Ripollès en un itinerario poco exigente y rodeado de servicios turísticos y comerciales de gran valor añadido. El Camí de la Oliba es un auténtico museo en medio de la naturaleza. Es arte, cultura e historia en su esencia, en espacios poco alterados a lo largo del tiempo. Es un recorrido por los orígenes de Cataluña, cuando personajes como el obispo y abad Oliba decidieron repoblar y cristianizar estas tierras sembrándolas de iglesias y monasterios, un momento histórico magníficamente recogido en el poema "Canigó" de Verdaguer. Hoy en día, este camino ya transitado por nuestros antecesores, acoge excursionistas y atletas que se proponen cubrir sus cerca de 300 kilómetros, de norte a sur o de sur a norte; íntegramente, por etapas de pocos días o por tramos de una sola jornada. Sus pasos o pedaleos contribuyen a difundir, aún más, el conocimiento de estas obras milenarias.

EL OBISPO Y ABAD OLIBA
Oliba (971-1046) fue uno de los personajes más influyentes de los condados catalanes y es considerado el introductor del arte románico en Cataluña. Fue un auténtico visionario: fomentó una renovación arquitectónica que descubrió en sus viajes por Europa, volviendo acompañado de buenos artistas y constructores. Hijo de una de las familias condales más exitosas (su padre Oliba Cabreta acumuló seis de los principales condados catalanes), renunció a los condados de Berga y Ripoll para ingresar en la orden benedictina. Posteriormente se convertiría en abad de los dos monasterios más importantes de la época, Santa María de Ripoll y Sant Miquel de Cuixà, y terminaría siendo nombrado obispo de Vic
(1018-1046). El obispo y abad Oliba es conocido como el fundador del monasterio de Montserrat (1025), y como promotor de la antigua catedral de Sant Pere de Vic. Además, impulsó la intensa política de construcción, reconstrucción o reforma de muchos otros monasterios o iglesias, como Santa María de la Seu de Manresa o Sant Vicenç de Cardona. También contribuyó en el levantamiento de castillos para proteger estas tierras de la amenaza sarracena. Pero su legado va más allá de la arquitectura. También trabajó para reducir las grandes violencias que los señores feudales ejercían frente a los payeses y como mediador en los conflictos territoriales entre condes y nobles terratenientes. Las "Asambleas de Paz y Tregua de Dios", iniciadas por él en Touluges (1027) y formadas por los poderes nobles y eclesiásticos del momento, son consideradas los embrionesdel constitucionalismo catalán medieval que acabaría dando lugar a  los Usajes de Barcelona y a las Cortes Catalanas. El Camí Oliba pretende ser un proyecto de reconocimiento a la figura del obispo y abad Oliba y a todo lo que representó su talante.

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El Camí de Oliba 
 
 
LOS TRAMOS DEL CAMÍ DE OLIBA


MONTSERRAT - MANRESA - VIC  86 km / 1.791 m positivos / 2.051 m negativos / 3 días
Coincide con el Camino de Santiago y está planteado en cinco etapas de media jornada. La llegada en Manresa es excepcional, con el Pont Vell, la Cova de Sant Ignasi y la Basílica de la Seu. Continúa hacia Navarcles después de pasar por el monasterio de Sant Benet de Bages, cruza por los viñedos de Pla de Bages hasta Artés y el monasterio del Estany y finalmente llega a Vic, una ciudad que tiene una estructura medieval y conserva varios testimonios de esta época como el campanario de la catedral, el puente de Queralt o los restos del castillo de los Montcada, un interesante ejemplo del románico construido alrededor de un templo romano.

 VIC - RIPOLL - SANT JOAN DE LES ABADESSES 16 km / 5.011 m positivos / 4.701 m negativos / 5 días
Se trata del tramo más largo y exigente del Camí Oliba y está dividido en 10 etapas de medio día. Cruza Folgueroles, el pueblo natal del poeta Verdaguer, antes de llegar al emblemático monasterio de Sant Pere de Casserres. Continúa hacia los monasterios de Santa María de Ripoll y Sant Joan de les Abadesses en un itinerario de media montaña con bastante desnivel, pero con vistas privilegiadas: Collsacabra, el Montseny, el pantano de Sau, las Guilleries, el Castillo de
Montesquiu, los riscos de Tavertet y una lista interminable.

SANT JOAN DE LES ABADESSES - LES BASSES DE PUIG SEC 39,5 km / 1.912 m positivos / 1.042 m negativos / 2 días
Este tramo está pensado para hacer en tres etapas de medio día. Cruza los municipios de Camprodon y Molló y llega hasta las Basses de Puig Sec, un regalo de la naturaleza en el mirador del Canigó, en la frontera con Francia. Está proyectado alargar el Camí Oliba unos 50 km hasta el monasterio de Sant Miquel de Cuixà y, posteriormente hasta Touluges (lugar donde Oliba celebró la primera asamblea de Paz y Tregua).
 

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El camí de Oliba recorre algunas de las obras de arte más importantes del románico catalán 

 

TRAMO VARIANTE GR-151-1 54 km / 1.870 m positivos / 1.970 m negativos / 3 jornadas
Es una alternativa más asequible al segundo tramo a partir de Tavertet. Desde Rupit, uno de los pueblos con más belleza del territorio, se dirige a Vidrà a través del Coll de Bracons hasta Vallfogona de Ripollès, y se une de nuevo al camino principal (GR151) en Sant Joan de les Abadesses.

ESTAS TIERRAS, HACE MIL AÑOS
Hace mil años Cataluña no era un buen lugar donde vivir. Las tierras en el sur del río Llobregat aún estaban bajo el dominio musulmán del califato de Córdoba, mientras que los territorios al norte (que hoy en día conocemos como la “Cataluña Vieja”) eran ocupados por los condados catalanes, recientemente independizados del dominio franco. Era, en definitiva, un territorio de frontera móvil entre el cristianismo y el islam. Los parajes por donde hoy en día transcurre el Camí Oliba eran tierras poco pobladas, consideradas muchas veces como “tierra de nadie”. El conde Guifré el Peloso (840-897), señor de Barcelona, Girona, Osona, Cerdanya, Urgell y Conflent, bisabuelo del obispo y abad Oliba, ya había hecho un gran esfuerzo por repoblar estas tierras ofreciendo privilegios a los pobladores. Los castillos que se levantaban allí protegían la frontera, y las iglesias y monasterios propiciaban que los nuevos habitantes creyeran estar resguardados de espíritu. Pronto, en plena activación del sistema feudal, la Iglesia encontraría en estos enclaves una buena inversión. La obra del obispo y abad Oliba, como representante de una importante familia condal, se enmarca dentro de esta misión cristianizadora que, en el mismo tiempo, reforzaba el poder del clérigo en el mundo feudal de finales del milenio. Sin saberlo, el obispo y abad Oliba nos dejó una herencia impagable.
El arte románico que se mantiene en pie a lo largo del Camí Oliba es un libro abierto que nos invita a imaginarse cómo debía ser la Cataluña del año mil. El románico del camino está sembrado de iglesias, monasterios y pequeñas ermitas románicas o con algunos elementos de este estilo arquitectónico.
Éstas son las obras más destacadas:


Monasterio de Montserrat: fundado por el obispo y abad Oliba en 1025, de la obra románica original sólo queda una portada, situada en el antiguo claustro, actual atrio de la basílica, decorado con iconografía del Antiguo y Nuevo Testamento.


Santa María de la Seu (Manresa): la basílica gótica aún conserva algunos elementos románicos de las obras impulsadas por el obispo y abad Oliba, como cuatro arcos que descansan sobre columnas con capiteles decorados (s. XI) y un portal (s. XII) al lado de la puerta norte.

• Sant Benet de Bagès: es uno de los conjuntos monásticos más interesantes de Cataluña. Predomina el Románico, pero también se pueden ver elementos de estilo Prerrománico y partes que van hasta el Modernismo, pasando por el Barroco.


Santa María de L'Estany: fundado hace más de 900 años, del Románico permanece la iglesia, las salas del museo y, sobretodo, el extraordinario claustro, una joya mundial de la arquitectura religiosa.


Catedral y Museo Episcopal de Vic: de la catedral consagrada por el obispo Oliba (1038), queda el campanario, el más alto del románico catalán, y la cripta. En el subsuelo permanecen los restos arqueológicos de
Santa María la Rodona. El museo es uno de los grandes referentes europeos del Románico, y dedica un espacio propio al obispo y abad Oliba.


• Sant Pere de Casserres: uno de los monumentos más importantes del Románico catalán, y el único monasterio benedictino de la comarca de Osona. Se construyó entre 1006 y 1050. El obispo Oliba no lo vio finalizado.


Santa María de Ripoll: fundado por Guifré el Peloso en 879, el monasterio fue una de las claves del despertar del Románico en los condados catalanes. Oliba ingresó en 1002 (con 31 años) y en 1008 fue nombrado abad.


Sant Joan de les Abadesses: su iglesia es una de las joyas del Románico catalán y el Santísimo Misterio, un motivo histórico de peregrinaje. Todos estos elementos románicos se pueden visitar a través de la compra de unas entradas conjuntas a unos precios muy favorables (venta en línea). Es una propuesta del Bisbado de Vic que a través de la marca “Cases d’Oliba” reúne los principales equipamientos patrimoniales de carácter religioso de la zona.

 

MÁS ALLÁ DEL ROMÁNICO
El Camí Oliba es una ruta también con un alto valor cultural y natural. Su punto de inicio es Montserrat (monasterio, montaña y Parque Natural) y termina en las privilegiadas basses de Puig Sec (mirador del Canigó).
Este sendero de Gran Recorrido transcurre por viñedos, pastos, bosques y núcleos rurales. Cruza las ciudades de Manresa, Vic y Ripoll; algunos pueblos de gran interés patrimonial como Sant Joan de les Abadesses, Rupit, Tavertet y Camprodon, y pequeñas aldeas y masías rodeadas por un paisaje singular. El Camí Oliba permite disfrutar de vistas hacia la sierra del Collsacabra o el macizo del Montseny, de la travesía por las Guilleries o el pantano de Sau,
de la ascensión al santuario de Bellmunt o los varios cerros sembrados por torres y castillos. En él podemos observar las barracas de viña de Pla de Bagès o los restos prehistóricos de Savassona, así como los puentes medievales que cruzan los ríos Ter, Llobregat y sus afluentes. Los caminos y las sendas que encadena esta ruta forman parte, por sí mismos, del patrimonio inmaterial de Cataluña: desde antaño ésta ha sido la infraestructura que ha mantenido el contacto entre aldeas, pueblos y masías de este territorio que hoy en día favorecen la descubierta por parte del viajero.

 

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Naturaleza y arte unidos en el mismo camino