La atracción del otoño es un misterio ejercido por un impulso perturbador que irrumpe en los bosques de montaña, las dehesas mediterráneas y las galerías ribereñas de las cuencas fluviales con una fuerza asombrosa y reconfortante para el espíritu y los sentidos. La belleza del otoño no se queda simplemente en las arboledas de colores, cuando las hayas, robles, quejigos, fresnos, abedules, chopos, fresnos, alisos y todos los árboles de hojas marchitas cambian el ciclo vital, también es la cálida luz del amanecer y los atardeceres infinitos que parecen reventar de fuego y magia los horizontes. Te invitamos a visitar caminando o en bicicleta de montaña diez paisajes otoñales con un atractivo particular en la estación más seductora y sensual del año, diez lugares que no puedes dejar escapar.
Senderismo
Cañón del Bailón (Córdoba)
El río Bailón es una de las gargantas calizas que desarma en gran bloque cárstico del Parque Natural de las Sierras Subbéticas, en la provincia de Córdoba, una extraordinaria expresión geológica de relieves calcáreos rodeada por un océano de olivares y pueblos blancos. El cañón del Bailón es un escenario especial en el áspero y rocoso paisaje de lanchares calizos y cuchillares de lapiaz, donde son abundantes los enormes poljes o depresiones naturales del suelo rodeadas de acentuadas elevaciones, valles encajonados y profundas simas. Una de las cavidades destacadas es la famosa Cueva de los Murciélagos, cerca de Zuheros, el yacimiento Neolítico más importante de Andalucía.
En el bonito pueblo blanco de Zuheros comienza también la excursión por el desfiladero del río Bailón, primero por unos escalones que salvan la entrada de la garganta y después siguiendo un bonito sendero de montaña entre quejigos, majuelos, algarrobos, almeces, cornicabras y arces que ponen una bella nota de color en el reino cárstico de las Subbéticas. Zuheros es la Sujaira inexpugnable levantada en un peñasco por los árabes Banu Himsi en los siglos VIII y IX. Las murallas de la antigua alcazaba siguen vigilando la vega del Bailón en una de las puertas naturales de la sierra, paso de la Vía Verde del Tren del Aceite, inaugurado en 1893 entre Puente Genil, en Córdoba, y Linares, en la provincia de Jaén.
Cañón del Ebro (Burgos)
El caudaloso río Ebro nace en un encantador manantial de las montañas de Cantabria. Cuando pasa Reinosa y salva el embalse del Ebro entra en un desfiladero que no abandona hasta que recorre el norte de la provincia de Burgos y salta los Montes Obarenes hacia los viñedos riojanos. El viaje fluvial del Ebro en la interminable garganta burgalesa recorre comarcas históricas con un denso contenido patrimonial, etnográfico y artístico, lugares muy hermosos donde los seres humanos han mantenido una armonía perfecta con la naturaleza, conservando espléndidos bosques de hayas, robles, quejigos y galerías ribereñas que dan luz, belleza, magia y valor ambiental en los frondosos bosques de encinar mediterráneo que cubren los montes y las laderas de los valles.
Un itinerario esencial en los paisajes otoñales del cañón del Ebro es el PR-BU 1, entre Valdelateja y Pesquera de Ebro, con tramos comunes con el GR-99 Camino Natural del Ebro. El sendero de pequeño recorrido es circular, visita pueblos con puentes medievales que conservan casas blasonadas de los siglos XVI al XVIII y recorre un espectacular camino por el borde superior de los cortados que forman el gran desfiladero del río, en la confluencia del Ebro y el Rudrón, antes de descender por una senda excavada en las paredes del barranco y completar la panorámica ruta en Valdelateja.
Circo de Otal (Huesca)
La selvas de hayas y abetos componen una de las maravillas naturales más fascinantes del otoño en el Pirineo aragonés, una bella fusión de luces y colores que iluminan los bosques de montaña en el camino de las altas cumbres pirinaicas. San Nicolás de Bujaruelo es un buen punto de partida de varios itinerarios otoñales en los valles y circos glaciares del alto Ara. La cabecera del valle de Otal es un rincón especial cuando el otoño pinta de colorines rojos, amarillos, ocres y naranjas las arboledas colgadas entre las sierras de Tendeñera, del Turbón y la Peña de Ordiso, una joya ambiental en la periferia del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
El camino del valle de Otal sale de Bujaruelo por la orilla del Ara, sin atravesar el puente medieval. En la entrada del puente de Oncins hay que dejar la pista que sigue hacia las alturas del valle del Ara y continuar por el carril que sube hacia la cabaña refugio de Otal. El tramo más deslumbrante es el más duro, hasta el collado de Otal, después las rodadas discurren en el lecho excavado por el hielo del glaciar lejos de las masas forestales hasta el refugio. La ruta se puede combinar con la ascensión al Tendeñera (2.853 m) o hacer un recorrido circular por los picos Mallaruego y Ferreras, volviendo por el valle de Ordiso.
Curso Medio del Guadarrama (Madrid)
El Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama reclama una calidad ambiental que ha estado a punto de desaparecer por la presión urbanística de las poblaciones satélites de la ciudad de Madrid. El “río de las arenas", como era conocido en tiempos de los árabes, nace en el valle serrano de la Fuenfría y recorre una extensa vega de aluvión arrastrando grandes cantidades de arenas fluviales hacia las tierras bajas de la cuenca media, declaradas espacio protegido para conservar los espléndidos sotos ribereños que cuidan el curso del río en la provincia madrileña. Un interesante paseo otoñal en el parque regional sale del puente del Retamar, paso del Camino Real entre Madrid y El Escorial desde el siglo XVII.
La Senda Interpretativa del río Guadarrama atraviesa uno de los siete ojos del histórico puente y sigue las arboledas del río durante varios kilómetros. El aislamiento de la vega fluvial entre las urbanizaciones y los campos agrícolas de los alrededores ha favorecido el desarrollo de una valiosa galería de arbolado y plantas riparias que constituye un magnífico refugio de aves acuáticas, anfibios y reptiles. El corredor forestal es una de las zonas de máxima protección en el parque porque permite el desplazamiento y conexión de las especies animales y forestales entre los distintos ecosistemas que constituyen el espacio protegido. En el camino aparecen paneles interpretativos de los valores naturales del curso medio del río Guadarrama y curiosidades históricas y ambientales del entorno.
Hayedos de Urbasa (Navarra)
Los hayedos de Urbasa enamoran, es difícil recorrer los mágicos bosques de hayas del nacimiento del Urederra, el Balcón de Pilatos o los rasos de Otsaportillo sin caer en el hechizo que producen los paseos por un mundo natural que siempre es una invitación para dar rienda suelta a la imaginación y los sentidos. Un itinerario que completa los principales paisajes otoñales del Parque Natural de Urbasa y Andía sale del puerto de Zudaire, pasa por los miradores naturales del Balcón de Pilatos y entra en un escenario particular que funde resonancias de estilos de vida ancestrales dedicados al pastoreo, la extracción de carbón vegetal, la caza y los recursos forestales entre restos megalíticos, monumentos funerarios de tiempos remotos, relieves cársticos, hayedos centenarios y rasos de pastos que acentúan la personalidad ambiental de Urbasa.
En el Área de Interpretación comienza la Senda de los Pastores, bien señalizada hasta el Centro de Información del parque natural durante unos ocho kilómetros. El recorrido es un encuentro con las tradiciones y la vida rural en los rasos pastoriles de Urbasa. En el camino hay txabolas o bordas tradicionales de los ganaderos locales, carboneras, árboles monumentales, fuentes y paneles interpretativos que hablan de todas estas curiosidades etnográficas y culturales. Pero sobre todo en otoño es un paseo entre árboles de colores y suelos cubiertos de hojas marchitas que parecen proteger las dimensiones extrañas que separan el bosque de otros reinos reservados para los seres que habitan en el mundo de las leyendas y los mitos.
Hoces del Cuervo (Cuenca)
Las galerías ribereñas del río Cuervo son un lienzo de luz y color en los paisajes pardos de los inmensos pinares que cubren la Serranía de Cuenca por todos lados, creando una de las mayores extensiones de pinar en el interior peninsular. El río nace en un monumento natural de la Muela de San Felipe compuesto de esculturas de toba y bellas cascadas de aguas cristalinas. En el valle de la Vega del Codorno las aguas esmeraldas del Cuervo entran en un cañón angosto y solitario hasta el embalse de la Tosca, en Santa María del Val, y cuando salen del muro de la presa entran de nuevo en una salvaje garganta calcárea hasta Puente de Vadillos, donde desemboca en el río Guadiela.
En los jardines del balneario de Solán de Cabras, dentro de la planta embotelladora de agua, comienza un sendero emboscado por las orillas del río hasta el Vado de las Praíllas, conectando con las veredas que suben hacia las muelas del Rebollar y de San Cristóbal para enlazar con el sendero de pequeño recorrido PR-CU 90 y sus variantes, una de ellas para visitar el Castillo de los Siete Condes, un risco extraordinario en el tramo más encañonado de las hoces. En el vertiginoso filo de la peña quedan restos de muros fortificados y un antiguo castro de la Edad del Bronce, hace unos cuatro mil años. Este sector del cañón del río Cuervo se conoce como la Hoz del Alonjero y tiene lugares con nombres sugerentes, como la Cueva del Amor, y llamativas formaciones rocosas llamadas el Yunque y la Cola del Potro.
Bicicleta de montaña
Canal de Castilla (Valladolid)
La finalidad era potenciar la economía rural del páramo castellano mediante un canal navegable en las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid, un proyecto vanguardista que fue la construcción hidráulica de mayor relevancia en España hasta ese momento. Los doscientos kilómetros construidos conservan esclusas, puentes, acueductos, dársenas y los caminos de sirga originales en buen estado que facilitan la posibilidad de hacer un magnífico viaje en bicicleta por la gran creación hidráulica de la España Ilustrada. Los 150 metros de diferencia de altitud entre Alar del Rey con Medina de Rioseco y Valladolid, donde concluyen los ramales del Canal de Campos y el Ramal del Sur, pasan 49 esclusas, 70 puentes y varios acueductos. Los caminos de sirga eran las veredas ribereñas que usaban los tiros de mulas para arrastrar las barcazas con sirgas o maromas, un carril prácticamente llano en cada lado del canal ideal para un recorrido en bicicleta por la comarca de Tierra de Campos.
Las poblaciones están cerca del trazado del canal y los desvíos para conseguir víveres o encontrar lugares con servicios y sitios para dormir son cortos, en el caso de que sea necesario pasar la noche durante el viaje. La ruta del Canal de Castilla comienza en la dársena de Alar del Rey, donde toma caudal del río Pisuerga y se puede visitar el Centro de Interpretación. En este tramo el canal atraviesa el Camino de Santiago cerca de Frómista, con la única esclusa cuádruple de la gran obra hidráulica. En Calahorra de Ribas nace el Ramal de Campos hasta Medina de Rioseco, que tiene 78 kilómetros y 7 esclusas. Y en El Serrón, cerca de Grijota, sale el Ramal del Sur hacia Valladolid, con 54 kilómetros y 18 esclusas, completando un delicioso paseo ciclista por las alamedas ribereñas plantadas durante la construcción de la espléndida obra fluvial.
Geoparque Villuercas Ibores Jara (Cáceres)
Un viaje ciclomontañero en el Geoparque Villuercas Ibores Jara es un desafío deportivo por los tremendos desniveles del terreno y un asombroso descubrimiento de un patrimonio geológico singular. Cada valle expone un paisaje distinto. Los viejos caminos de pizarras desgastadas recorren bonitas dehesas de robles y castaños rodeadas de rañas ganaderas iluminadas con los tonos del otoño, las cumbres serranas construyen agrestes picachos rocosos en un modelado que los expertos denomina apalachense y La Puebla de Guadalupe es un bello Conjunto Histórico y Artístico medieval, convertido en centro de peregrinación desde hace siglos, encuentro de cañadas reales y paso de varios caminos históricos.
Un recorrido básico y sencillo para entrar en los paisajes otoñales de la sierra de Guadalupe asciende por el Camino de los Almendros hacia los castañares de la Loma de Altamira y el collado del Humilladero, rematando el recorrido con la subida del pico Villuerca. Las rutas ciclomontañeras clásicas salen de Guadalupe por los empinados caminos de la sierra de Sancho y el Pico Agudo. Una de las mejores en otoño es la Ruta de Isabel la Católica, requiere buen fondo físico y algo de técnica pero primero asciende por una frondosa dehesa de robles y después atraviesa un castañar con ejemplares centenarios, completando la subida en los panorámicos collados de Pico Agudo.
Las Merindades (Burgos)
La comarca burgalesa de Las Merindades es un territorio de otoño y no puedo dejar pasar la oportunidad de incluir una ruta ciclomontañera en nuestra particular selección de paisajes otoñales. El lugar elegido es Espinosa de los Monteros, que cuenta con buenos itinerarios señalizados para senderismo y bicicleta de montaña en los pintorescos paisajes pasiegos vinculados con la ganadería trashumante de montaña. La cabaña pasiega es el principal elemento distintivo del paisaje rural y etnográfico, la pieza clave y fundamental en el desarrollo de la vida pastoril de los ganaderos locales que movían los rebaños por las laderas de las montañas según las condiciones ambientales en cada estación del año. El núcleo de Las Machorras también es un buen punto de partida y conexión entre los recorridos señalizados y las veredas tradicionales que comunican los principales parajes del municipio.
En realidad son necesarias al menos dos rutas combinadas entre los itinerarios propuestos en la web local para conocer y disfrutar en bicicleta de montaña los espléndidos paisajes de otoño del reino pasiego de Espinosa de los Monteros. Un recorrido muy panorámico y rompe piernas saldría hacia el suroeste por el Camino de Sonsierra, el Camino de Noceda, el Monte Edilla y el robledal de Espinosa. Y otro por las emboscadas callejas tradicionales que llevan hacia Las Machorras y los recorridos que se acercan hasta las laderas de las altas cumbres de la Cordillera Cantábrica, como la Senda del Estraperlo.
Valle de Gistaín (Huesca)
El valle de Gistaín, la Bal de Chistau, es uno de los valles de los Pirineos aragoneses que mejor ha sabido conservar el paisaje natural y el ambiente rural de las viejas tradiciones de los pueblos de montaña. El aislamiento entre grandes macizos y sierras de laderas interminables ha favorecido el mantenimiento de un estilo de vida particular y una encantadora estampa de arquitectura popular en cada uno de los pueblos que ocupan diferentes escalones de altitud en los paisajes del valle. Las rutas en bicicleta de montaña por los caminos de Chistau no son sencillas, los pasos de montaña están altos y las pistas ganaderas parecen terminar en las puertas del cielo. La recompensa, además de recorrer escenarios pirenaicos con una calidad ambiental y belleza inigualables, es disfrutar descensos únicos, algunos por senderos técnicos que aportan un componente extra de riesgo y dificultad para quienes estén preparados con estos desafíos.
En San Juan de Plan salen caminos hacia Barbaruens por el collado de la Cruz, debajo de la mole del macizo del Cotiella, con posibilidad de rodear la sierra de Chía por el collado de Sahún. Una ruta cómoda y sencilla remonta el valle de Chistau por el camino principal que llega hasta Viadós, un hermoso paisaje ganadero de montaña entre grandes colosos de tres mil metros de altitud. En el pueblo de Gistaín suben pistas ganaderas hacia el popular collado de la Cruz de Guardia, paso del GR-19.1 que lleva hasta Bielsa. Los bikers de espíritu “endurero" tienen predilección por la ruta que sube desde Saravillo hasta el ibón de Plan, saltan la Colladeta del Ibón y recorren el circo de Armeña hasta la pista de Barbaruens.