Viajar siempre es excitante. Y con unos buenos consejos os podemos ayudar a que además vuestras aventuras sean aún más apasionantes. Desde la experiencia, estos son los cinco consejos básicos para que vuestros viajes comiencen con el pie derecho.
Madruga
Normalmente cuando estamos de viaje sentimos la necesidad de aprovechar los días. ¿Y qué mejor forma que madrugar? Cualquier actividad al aire libre se comienza con mucho mejor pie a primera hora, ya que nos permite tener un colchón de tiempo extra por si algún factor se tuerce… Además, si vamos a visitar sitios turísticos siempre evitaremos las muchedumbres llegando a primera hora ¡y conseguiremos fotos más bonitas!
Relaciónate
Conocer gente nueva forma parte de la experiencia de viajar. Sonríe, y con un poco de buen criterio seguro que acabas conociendo gente maja e interesante. Si además tienes suerte puede que acabes haciendo buenos amigos. Por otro lado, muchos sitios interesantes no están en los mapas ni en las guías, ni siquiera en internet… y no hay nadie como los habitantes locales para dar con esos lugares.
Ábrete
Abrirse a nuevas experiencias os proporcionará las vivencias más enriquecedoras de un viaje. Y aunque muchas actividades, costumbres y comidas puedan resultarte demasiado “exóticas”, seguro que en más de una ocasión podréis dar un paso más del que os dicta el instinto. Aprende las costumbres locales. Habla frases en su idioma. Disfruta la gastronomía local. Empápate de su cultura.
Acampa
Los hoteles y apartamentos son caros, y además no se corresponden con una auténtica aventura “oxigenada”… Acampando no sólo ahorraremos dinero, sino que además viviremos una experiencia mucho más cercana con la naturaleza. No olvidéis informaros de la regulación de acampada en las zonas que visitéis, y si tenéis que hacerlo en zonas de acampada reguladas, seguro que es un lugar perfecto para relacionaros con gente con inquietudes muy parecidas a las vuestras.
Vive
Un viajero no ve nuevos lugares, los vive. Y eso muchas veces supone deshacerse de la agenda y de planes de viaje demasiado cerrados. Aunque la organización puede ser básica para cumplir con nuestros objetivos, en muchas ocasiones hay que saber romper los planes cuando se dan circunstancias que nos conducen a auténticas experiencias vitales. ¡La aventura es espontánea!