3 destinos hasta los que llegar ya es una auténtica aventura

Redacción Oxígeno

3 destinos hasta los que llegar ya es una auténtica aventura
3 destinos hasta los que llegar ya es una auténtica aventura

Hay lugares cuyos habitantes  no son especialmente amigos de los viajeros, por lo que se ha vuelto toda una odisea llegar hasta allí. Os presentamos tres destinos hasta los que llegar ya supone toda una aventura. Problemas burocráticos, precios desorbitados o spots secretos y remotos que despertarán tus ganas de poner nuevos sellos en el pasaporte.

Isla de Jan Mayen
Apenas 3.000 personas viven en esta isla volcánica bañada por el océano Ártico, lo que la convierte en uno de los spots menos habitados del planeta. Forma parte del territorio noruego, y en su mayoría son soldados o científicos los que hormiguean por sus greografías.

La isla cuenta con un pequeño aeródromo de grava hasta el que sólo llegan ocho vuelos al año, todos ellos operados por la Royal Norwegian Air Force. Otras opciones para llegar hasta sus costas es alquilar un bote desde Islandia o Noruega.

Para visitarla deberás recibir permiso del Comandante de la estación y si tu deseo es pasar más de 24 horas es obligatorio tener primero una tensa charla con el Comisionado de la Salten Police District en Bodo.

Georgia del Sur y las Islas Sandwich del Sur
Gran parte del mérito de que hayamos conocido y cartografiado este territorio al sur del océano Atlántico es del navegante, y uno de los grandes descubridores de siempre, James Cook; por lo que no es de extrañar que su propiedad corresponda a los británicos. En su multitudinaria colección de islas solo trabajan unos pocos científicos del Reino Unido.

No existe aeropuerto y la única forma de llegar es pegarse una travesía mareante de tres días en un barco desde las Islas de Falkland.

Territorio de ultramar, puertas de los dominios antárticos y una gran opción para afilar nuestro espíritu de aventura.

Eritrea
Es uno de los países más secretos e inescrutables de África. Eritrea permanece alejada de los circuitos turísticos, en gran medida por los conflictos entre sus países vecinos, Etiopía y Sudán.

Quienes quieran poner su pie en Eritrea, un país no democrático, deben ser conscientes de que serán vigilados en todo momento… eso si logran sacar el visado que puede tardar entre ocho semanas y toda la eternidad.

Las opciones para cruzar hasta sus dominios pasan por un único cruce fronterizo en Djibouti, o por coger un muy poco fiable trayecto en bus o taxi desde Sudán. También se puede volar hasta el aeropuerto de Asmara, aunque encontrar un vuelo desde Europa ya puntúa como aventura (el precio, además, será mayúsculo).