Hasta aproximadamente el año 2000 era habitual que en una parte nada desdeñable de los hogares españoles hubiese una tienda de campaña de 2 o 3 plazas, pero las sucesivas prohibiciones (a menudo necesarias por el incivismo de algunos y por la fragilidad del medio) y la proliferación de otras soluciones –como los vehículos acondicionados para dormir y los alojamientos rurales- han limitado su popularidad. ¿Son realmente útiles todavía en esta era de rápidas actividades y vacaciones cada vez más fraccionadas o cortas?
¿POR QUÉ LA NECESITO AHORA MÁS QUE EL RESTO DEL AÑO?
Llevar una tienda ligera en tus salidas de varios días tiene importantes ventajas:
1) Protección frente a tormentas estivales. Aunque estén anunciados más de 2-3 días de buen tiempo, hasta las previsiones más serias pueden fallar a partir de la tercera jornada, sobre todo en alta montaña. Por mucho que predominen los días soleados durante el estío en la mayor parte de España puede bastar un corto espacio de tiempo para empaparte dentro de tu saco de dormir. Cuenta con que en los grandes macizos, como Pirineos, en julio y agosto puede haber de media una decena de días con tormentas al mes.
2) Mayor independencia. Si en el refugio no hay plazas libres o te topas con personas demasiado ruidosas donde te alojas, siempre puedes huir para acampar en un sitio más tranquilo. También si te invade el sueño o el cansancio d. urante el viaje en coche puedes buscar una localización tranquila para poner tu tienda, ya sea en la naturaleza o un camping. Recuerda que en general está prohibido acampar en España, excepto en sitios autorizados, por lo que si te ves obligado a saltarte la norma desmonta la tienda antes del amanecer. No invadas fincas particulares, evita cualquier daño ambiental y ten claro que las multas suelen ascender a 300 euros por persona.
3) Son una buena solución para cobijarte si te encuentras indispuesto/a o necesitas recuperarte de una actividad muy fatigosa.
4) Te protegen de la visita indeseada de ciertos animales: mosquitos, garrapatas, culebras, arañas, zorros, perros sueltos, etcétera.

PROBLEMAS DE SU USO EN VERANO
Si alguna vez has intentado echarte una siesta en verano dentro de tu tienda habrás comprobado que la temperatura puede resultar hasta 10 o 15 grados más elevada que en el exterior. Con 30 grados en el exterior y si la tienda recibe el sol directamente, puedes llegar a 40 o 45 o C en el interior, sobre todo si precisas cerrar la puerta porque entran insectos u otros animales.
En verano es precisamente cuando el índice ultravioleta en casi toda España es extremo, lo que supondrá un ataque directo a tu tienda, especialmente cuando necesites tenerla montada al sol durante varias jornadas seguidas (por ejemplo en un camping o en un prado en el que tengas la autorización del propietario). El sol fragiliza y decolora el doble techo, arrugando y despegando los termosellados, algo que sufrirá de forma especialmente virulenta tu tienda si se trata de una doble de nueva generación (ultraligera de 1 kilogramo), por lo extremadamente delgados que son sus tejidos.
Una tienda recalentada por el día huele más a plástico en su interior, especialmente las de de gama alta, pues suelen llevar siliconado en la parte interior del doble techo cuyo olor se intensifica con el calor.
Puedes proteger el doble techo superponiendo una manta térmica, optar por comprar modelos aluminizados-de 2 a 3 grados más frescos- o intentar emplazarla en sombra permanente, como por ejemplo bajo un árbol o una roca desplomada.
Tampoco se puede ignorar que el mayor tránsito de gente en la mayoría de los destinos genera más robos que el resto del año. Si tu tienda es un modelo caro y se queda sola mientras haces una cumbre, ten la precaución de que no resulten visibles las etiquetas de afamadas marcas. Posiblemente te interese más desmontarla y esconderla, para volver a plantarla de noche, evitarás robos y multas si no está permitido acampar.

UN PAR DE OBSERVACIONES
La ventilación es clave para que una tienda sea operativa en verano, sobre todo si no estás a gran altitud. Te interesan modelos de doble puerta e interior con grandes rejillas más que el típico modelo con una sola puerta e interior de tejido clásico (a menudo un nailon fino).
Las tiendas hiperligeras monocapa resultan algo agobiantes en verano: se calientan más que las dobles y si llueve lo mismo te ves obligado a entreabrir la puerta para no recocerte, sobre todo cuando la temperatura supera los 26/27 o C.
En las dos últimas décadas se han registrado algunas noches con temperaturas nocturnas bastante altas incluso por encima de los 2.000 metros y muy posiblemente acabes odiando entonces tu tienda monocapa (a fin de cuentas en las dobles y con buen tiempo puedes estar más fresco/a si no colocas el doble techo).