Con las nevadas excepcionales de este invierno, no pocos aficionados a la montaña han echado de menos tener una buena pala. Escoger la más idónea para ti es fácil si nos prestas un poco de tu tiempo para contarte cuáles son las mejores.
La reciente borrasca Filomena de enero de 2021, catalogada por no pocos medios como la nevada del siglo en España, provocó recientemente no pocos problemas en ciudades, carreteras, pueblos y zonas de montaña. Si fuiste de los que improvisaste demasiado para despejar nieve en tus accesos a tu casa, vehículo o estás entre los que frecuentan con gusto los terrenos invernales, agradecerás tener una buena pala a mano.
¿Metal o plástico?
De qué está hecha la hoja aún sigue siendo una de las primeras preguntas que se hacen los consumidores. Las de plástico, a menudo hechas con policarbonato rígido o polipropileno ligeramente más flexible, estuvieron de moda décadas atrás; ligeras (pesan entre la mitad y la tercera parte), económicas (de 15 a 30 euros menos que las metálicas) y de limitado volumen para transportar en la mochila, se aconsejan para un uso esporádico y en nieve poco dura (por lo tanto se muestran desaconsejables para avalanchas). Las metálicas en aluminio-zinc, que son mayoría por su muy superior resistencia a la rotura y al frío extremo, tienen un peso y precio razonables; aunque abultan más constituyen las más funcionales para tareas exigentes, como palear mucha nieve o deprisa –porque busquemos a una persona sepultada por un alud, construir un iglú con eficacia o desenterrar un vehículo.
¡Existe una homologación!
Hace poco más de 2 años que la UIAA (Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo) creó su norma UIAA 156 para palas de rescate en avalanchas. Este tipo de homologación voluntaria y con prestigio mundial, aún resulta bastante desconocida por aficionados a la montaña; exige unos requisitos concretos que garantizan al consumidor que se encuentra ante un producto eficaz, seguro y fiable. Para que la pala esté homologada UIAA debe tener un mango mínimo –una vez desplegado- de 75 centímetros y una hoja con una superficie que exceda los 500 centímetros cuadrados.
Durante el test de homologación UIAA y ejerciendo una fuerza de 30 kilogramos no pueden producirse deformaciones permanentes. Tanto el mango como la hoja de la pala deben resistir al menos 100 kilogramos sin partirse y sin que se suelte componente alguno. Otro detalle interesante es que obliga al fabricante que quiera cumplir esta norma a incluir unas instrucciones con los consejos de uso y el año de fabricación, un detalle importante que los consumidores no solemos echar de menos cuando falta.
Características importantes
Aparte de la calidad de los materiales y cómo están ensamblados, debemos fijarnos en:
- Volumen de la hoja: a mayores dimensiones y siempre que su geometría retenga en sus laterales adecuadamente la nieve, mayor cantidad excavada. Las marcas más técnicas, informan en sus catálogos on line del volumen en litros de su hoja, lo que es interesante para comparar el rendimiento.
- Mango: los telescópicos de tres piezas permiten una reducción del volumen a transportar en la mochila superior a los de dos, pero suelen ofrecer menor rigidez e inferior longevidad. Las geometrías con sección elipsoidal o curva parecen ser más tenaces y resistentes a largo plazo que los mangos tubulares convencionales, de sección circular.
- Eficacia: una hoja suficientemente afilada, de un espesor reducido, con unas dimensiones que si no podemos consultar en el punto de venta, deben alcanzar como mínimo un palmo por un palmo (unos 20-21 centímetros para una mano de tamaño medio), de geometría curvada e insertada con solidez a un mango robusto con empuñadura en T o en D, harán menos fatigoso el paleo.
- Pesos: la mayoría de las palas alcanzan el medio kilogramo, estando el rango más habitual entre los 300 y los 850 gramos. Salvo para usos muy concretos, no es buena idea obsesionarse con la ligereza, porque casi siempre irá en detrimento de su eficacia y longevidad.
- Precios: abundan las de 60 euros, que pueden bajar hasta un 20 por ciento en el caso de las ofertas estándar en internet, llegando algunas de las más técnicas a los 85 euros.
A tener en cuenta
Si eres un alpinista o practicas el esquí de montaña en lugares poco habitados conviene que tu compra la hagas en una tienda física, para conseguir un asesoramiento más afinado que el excesivamente escueto de las tiendas on line (que a menudo se limitan a resumir la información del fabricante sin añadir consejos propios). Tener una pala en la mano, comprobar la facilidad de desplegado, su rigidez, el espesor de hoja (nunca facilitado en los catálogos) y la ergonomía de la empuñadura… ¡no tiene precio!
Algunas actividades específicas, como las competiciones de esquí o la búsqueda de víctimas en avalanchas, pueden conllevar unas exigencias concretas que quizá la pala que más te guste por aspecto y precio no cumpla, infórmate previamente de los requisitos técnicos.
No es una buena idea estrenar tu pala en una emergencia, acostúmbrate antes a su utilización eficaz en situaciones simuladas y si es posible con la supervisión de alguien experimentado, evitarás lesiones y excesiva lentitud en el desalojo de la nieve.