El ABC de la mochila para un día

¿Qué llevar? Esa es la cuestión.

Tino Nuñez

El ABC de la mochila para un día
El ABC de la mochila para un día

En las pequeñas mochila que llevamos para salidas de medio o un día hay objetos que no pueden faltar, pero que a veces se quedan incomprensiblemente en casa. Éste es nuestro abecedario práctico, sencillo y ligero para acertar sin sobrecargarnos.

A: Agua. Un litro como mínimo por persona no está de más. En este otoño-invierno tan suave podemos pasar más calor del previsto y deshidratarnos o encontrar una fuente seca (en algunas zonas no llueve de manera significativa desde marzo). Si además llevas un termo de medio litro con bebida o caldo caliente, mejor.

B: Bastones. Por corto y fácil que sea el recorrido, los bastones prolongarán la vida de tus rodillas. Si tienes más de 40 años ni lo dudes y hazte con un segundo par ultraligero, para que no te dé pereza usarlos en paseos breves.

C: Cerillas antitormenta o mechero. Imprescindibles si nos sorprende la noche y tenemos que refugiarnos en algún aprisco. Ojo: una cosa es hacer una pequeña hoguera en un sitio seguro y sólo por razones de emergencia y otra es encender fuego en un sitio peligroso (muchos bosques están muy secos este año).

CH: Chaqueta o chubasquero impermeable-transpirable. Es la prenda más importante de nuestro equipo. Nos protege de dos agentes meteorológicos responsables de la mayoría de las hipotermias: el agua y el viento. La sensación de desprotección es brutal cuando no la llevamos y comienza a llover o hace mucho aire. Prefiere que su impermeabilidad supere los 10.000 milímetros y que no incluya relleno térmico.

E: Esparadrapo de tela.  Para pequeñas reparaciones textiles y primeros cuidados de problemas en la piel, como ampollas o cortes.

F: Forro polar. Ligero y a ser posible sin membrana para que transpire bien en las cuestas o cuando tengas que superponerle una chaqueta.

G: Guía de senderos. Un pequeño libro que detalle el recorrido te hará ir más seguro y te proporcionará más disfrute durante su lectura que cualquier hoja impresa desde Internet. No seas tacaño: los 15 euros de media que cuestan, suelen valer la pena y conocerás muchos sitios nuevos.

M: Manta de supervivencia gruesa (200 gramos y plateada). Doblada en el interior de la espalda de la mochila, acolchará y puede protegernos de lluvia, frío o permitirnos sobrellevar una pernocta imprevista. La dorada de 50 gramos es demasiado frágil.

P: Pastillas potabilizadoras. No pesan casi nada y las agradecerás si os quedáis sin agua por alguna razón y hay que cogerla de algún sitio poco limpio. Deben ser eficaces contra virus y protozoos, no sólo contra bacterias.

T: Teléfono móvil. Apagado para conservar la batería por si hay una emergencia y con el PIN quitado para que lo pueda usar cualquiera simplemente encendiéndolo.

S: Sentido común. Sí, ya sabemos que no es un objeto o material, pero no olvides llevarlo siempre contigo. Evita los grupos grandes: son ruidosos y no constituyen precisamente la manera más idónea de transitar por espacios naturales valiosos. Tampoco líes a amigos inexpertos con niños en grandes caminatas. Incluye siempre un mapa 1:25.000 en papel (pero de los de verdad y no descargado desde internet), pregunta en los cruces de caminos si dudas y cambia la actividad a recorridos en menor altura o más cortos si el tiempo no va a ser bueno.

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