Crampones: cómo, cuándo y por qué utilizarlos

Cuando la montaña se viste de blanco, los crampones suponen una gran ayuda para los alpinistas que quieren progresar por nieve dura transformada, paredes de hielo o avanzar por terrenos comprometidos con seguridad.

Javier Gonzalez

Crampones: cómo, cuándo y por qué utilizarlos
Crampones: cómo, cuándo y por qué utilizarlos

Cuando la montaña se viste de blanco, los crampones suponen una gran ayuda para los alpinistas que quieren progresar por nieve dura transformada, paredes de hielo o avanzar por terrenos comprometidos con seguridad.


FOTO: Sergio Romero

Existen varios tipos de crampón en función de la actividad que vayamos a realizar. Algunos son de uso polivalente y otros más específicos. Generalmente están fabricados en resistentes aleaciones de acero con 10 ó 12 puntas (estos incorporan puntas frontales para avanzar por terreno muy escarpado en técnica frontal).

1 Crampones de correas.
Son los más básicos, pero también los más polivalentes. Se agarran a la bota mediante fuertes correas y son los que suelen perder mayor tacto al no encajar siempre 100% a la perfección. Si no vas a hacer un uso puramente invernal igual son la mejor elección.
2 Crampones semiautomáticos.
Quizá los más populares en media y alta montaña invernal. Son muy rápidos de poner (igual que los automáticos) pero siempre deben de colocarse sobre botas semirrígidas o rígidas (nunca sobre bota de trekking), porque el riesgo de que el ajuste trasero salte es muy elevado.
3 Crampones automáticos.
Recomendados para utilizar con bota rígida, suelen presentar un problema común: al ir sólo enganchados en la puntera con una pieza metálica puede ocurrir que salten y se queden colgando del tobillo. Un verdadero problema si nos encontramos en un paso comprometido. Siempre se deben utilizar con bota rígida de uso específico para escalada en paredes de hielo.

crampones_123

4 Crampones integrados: Algunas botas específicas para escalada deportiva en hielo incorporan una serie de pinchos integrados en la suela del calzado que hacen las veces de crampón, pero con una mayor eficiencia y transferencia de los movimientos al ir acoplados a la bota. Su uso es muy específico y sólo reservado a deportistas que vayan a hacer un uso muy intensivo en comparación.

crampones_4

Técnicas de progresión : a la hora de moverte por nieve, no siempre necesitas llevar los crampones puestos (seguro que habrás visto mil veces a gente saliendo del coche con los crampones puestos sobre… ¡¡el asfalto!!). Evalúa progresivamente cómo está el estado de la nieve y piensa que siempre debes llevarlos antes de necesitarlos (obvio, ¿verdad?). Recuerda que debes siempre ponértelos en un sitio en el que tengas seguridad y antes de meterte en una zona comprometida o potencialmente peligrosa (placas de hielo, nieve dura, caras Norte…). No hay una fórmula segura y recuerda que incluso la experiencia de varios años se puede transformar en osadía.

crampones_progresion

Para subir: recomendamos un par de técnicas para ascender con comodidad por placas de nieve grandes o corredores suficientemente anchos. La técnica de pies planos consiste en mantener todas las puntas verticales en contacto con el hielo/nieve dura. Es una opción que permite fatigar menos los gemelos que atacar la montaña de frente. De esta forma los pies se van cruzando de forma alternativa y paralelos para colocarse sobre un peldaño más alto. Así poco a poco vamos ascendiendo formando “Z” para hacer más llevadero el desnivel.
En corredores muy estrechos y empinados deberíamos atacar con técnica frontal de puntas delanteras o puntera sobre la montaña (como si subiéramos peldaños). Una mezcla de ambas sería la técnica mixta, donde colocamos un pie en técnica frontal y el otro perpendicular en técnica de pies planos (así ambas plantas forman una especie de “T”). Es perfecta para pendientes moderadas, segura y estable. Así podemos ir intercambiando cada pie en ambas posturas para evitar la fatiga muscular de un movimiento repetido.