Botellas de agua: cómo elegir la que más te conviene

Ventajas y limitaciones de la oferta actual

Tino Nuñez

Botellas de agua: cómo elegir la que más te conviene
Botellas de agua: cómo elegir la que más te conviene

La vieja cantimplora ha cedido el “honor" de transportar nuestra preciada agua a diferentes tipos de botellas. Te ayudamos a distinguir las más interesantes, detallándote ventajas y limitaciones de la oferta actual.

¿Rígida o blanda?

Ésta debe ser tu primera pregunta. Las rígidas acostumbran a ser más longevas y resistentes a golpes y perforación, pero se adaptan peor al interior de una mochila. Las blandas menos duraderas, son menos neutras en cuanto al sabor del agua y ocupan muy poco cuando ya no almacenan líquido. Si no llevamos todo el agua desde casa y vamos a coger más de arroyos y fuentes en medio de la montaña, resulta conveniente que el envase sea transparente para comprobar la ausencia de partículas en suspensión o insectos, lo que inhabilita las botellas metálicas o traslúcidas.

Siete tipos

Actualmente todos los modelos suelen fabricarse con plástico o metal. Los tipos más conocidos son:

  • Botella de agua mineral. Polietileno. Es la opción más común y utilizada, tanto por su bajo coste (unos 60 céntimos), como facilidad de compra y ligereza en vacío (el envase de un litro y medio pesa 25 gramos). Son de un solo uso, pues al rellenarse o aplastarse pueden ceder partículas al agua. Lógicamente constituye la opción más insostenible medioambientalmente hablando.

  • Botella enrollable. La menos conocida, más neutra de sabor y más ligera de todas las reutilizables de plástico (25 gramos la de 1 litro y 40 gramos la de 2). Son de un polietileno multicapa. Mínimo bulto una vez vacía. Longevidad real no superior a los 3-4 años.

  • Botella blanda. En poliuretano flexible, se fabrica desde 0,15 a 1 litros (20 a 100 gramos), especialmente pensadas para corredores de trail running. Fácil prensión, muy comprimibles y torsionables; longevidad limitada y precio elevado, de 20 a 25 euros en el caso de las más grandes.

  • Botella de plástico rígido. Las mejores están hechas con Tritán, una resina de copoliéster. Suelen tener la boca ancha, lo que facilita su rápido llenado, ser transparentes –aunque puedan tener color- y se fabrican en su mayoría de 0,3 a 1litro. Precio asequible, de 7 a 12 euros y peso razonable: 100 a 180 gramos.

  • Bolsa de hidratación. Alojadas en la espalda de una mochila, su tubo de succión permite hidratarse mientras se camina o corre, sin quitarse la mochila. Fabricadas en un termoplástico blando de poliuretano, ceden algo de sabor al agua y requieren limpieza periódica del tubo para evitar hongos. Muy interesante para deportes aeróbicos. De 15 a 25 euros.

  • Botella de aluminio. La clásica cantimplora de toda la vida, pero más estilizada y ligera, De 0,3 a 1 litro y en torno a los 100-190 gramos. Longevas, almacenan el agua con un sabor más neutro que las de plástico, pero deben estar vitrificadas en el interior. De 7 a 15 euros.

  • Botella de acero inoxidable. La más resistente, saludable y pesada de todas las opciones (unos 200 gramos la de un litro). Son las más neutras de sabor de todas las opciones, pero también las más caras: de 15 a 25 euros. Suelen comercializarse de 0,5 a 1 litro y aunque actualmente hay un repunte, son las menos comunes de encontrar en establecimientos especializados.

NOTA: algunos de estos tipos de botella no pueden transportar líquidos muy calientes o que se deseen congelar, ni productos lácteos o con alcohol, deben consultarse siempre las instrucciones del fabricante. Los termos de alta calidad en acero inoxidable son los más aptos para mantener fríos o calientes una gran variedad de líquidos durante más de 12 horas, pero el peso del envase duplica e incluso triplica el de otras opciones más comunes.

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