¿Somos de los que casi siempre estamos contentos con nuestras nuevas adquisiciones de material o llevamos una racha de despropósitos? Para evitar sentir te vapuleado/a por adquisiciones fallidas conviene reflexionar sobre las cuestiones que se tratan a continuación.
DÓNDE COMPRAR
Cuatro son los canales principales de venta del material de montaña:
1) Tiendas físicas especializadas. Hace una década existían más de 200 en nuestro país, actualmente quedan menos de centenar y tienden a casi desaparecer progresivamente. Sus principales ventajas son la posibilidad de examinar qué vamos a comprar y en el caso de los productos con tallas y numeración -como la ropa o el calzado- probar qué nos viene mejor. Igualmente un asesoramiento de
calidad y un servicio post venta en caso de problemas constituyen otras de sus mejores bazas ¡si se trata de un establecimiento de confianza, claro!
2) Tiendas on line especializadas. Las baza principales de la mayoría son sus a menudo bajos precios y la comodidad de la entrega dela mercancía en el domicilio del cliente. Entre sus debilidades figuran no pocas veces el incumplimiento de plazos de entrega (pueden no tener el artículo en stock aunque figure como disponible en su web), una tramitación de las reclamaciones a menudo poco ágil y en bastantes ocasiones un asesoramiento muy limitado, que obliga al comprador a informarse por su cuenta.
3) DTC o venta directa on line desde fábrica. Las grandes marcas llevan varios años vendiendo directamente al consumidor. Resulta fácil acceder a grandes promociones puntuales y modelos no disponibles en otros canales, pero no acostumbran a ser más baratos y el pedido se atiende normalmente desde un país extranjero, lo que ralentiza envíos y reclamaciones.
4) Venta de segunda mano, ya sea desde plataformas tipo Wallapop o grupos de redes sociales con productos usados. Puedes conseguirse gangas, pero también hay precios abusivos y material en mal estado. Resulta imprescindible que el comprador conozca bien el producto de antemano para evitar sorpresas desagradables.
PROBLEMÁTICA ACTUAL
El desabastecimiento mundial originado por la pandemia, el cierre de talleres de confección y proveedores de piezas para artículos que se manufacturan muy lejos, y el encarecimiento salvaje del medio principal de transporte de la mercancía –en containers que viajan en barco- aumentará los precios y puede hacer peligrar a corto plazo ciertas campaña agresivas de venta, como el black friday y la disponibilidad inmediata de muchos productos.
Las actividades más técnicas en la naturaleza, como la bicicleta de montaña o la escalada han registrado en los últimos meses falta de suministro de no pocos materiales o unos plazos de entrega demorados hasta 6 meses. Aunque en España las perspectivas económicas son buenas, buena parte de las empresas dedicadas a la venta de material deportivo adolecen de una rotación alta de sus empleados, que a menudo no tienen tiempo para ser formados adecuadamente o que no se sienten valorados profesional y/o económicamente; lógicamente todo esto repercute en la calidad y la agilidad del servicio prestado al consumidor.
TRES NECESIDADES PRIORITARIAS
Nunca está de más:
1) Huir de puntos de venta con malas referencias, ya sean por opiniones de clientes descontentos –es fácil localizarlas buscando en Google- o problemas que hayan sufrido nuestros conocidos. Algunos clientes con experiencias negativas repiten compra en el punto de venta problemático sólo porque es algo más barato que lo demás. ¿Recordáis la canción de Julio Iglesias “Tropecé de nuevo con la misma piedra”?
2) Tener al menos dos tiendas de confianza, por ejemplo una física y una on line. Conocer el nombre de la persona que nos atiende y entablar una comunicación personalizada redundará en una mejor compra y en un trato más humanizado.
3) Preguntarnos si de verdad necesitamos renovar un producto o es un mero capricho. Es posible que ese mismo dinero invertido por ejemplo en una linterna frontal con mayor potencia o en un calzado que agarre bien cuando llueva puede reconfortarte menos a priori que “reconfortarte” como consumidor, pero puede darte mejor servicio e incluso librarte de un accidente.