Hace once años que llegó este campaña comercial de descuentos muy llamativos a nuestro país. A veces se hace sólo sobre productos que quizá no nos interesen o necesitemos, pero otras dan en el clavo con la oportunidad que estábamos esperando ¡y hay que aprovecharla, porque quizá no se repita!
¿CUÁNDO ES?
El día “oficial” de este terremoto en ventas es el cuarto viernes de noviembre, variando por tanto la fecha de año en año; este año es el viernes 25 de noviembre. Debido a su éxito, la mayoría comercios lo alargan unos días más, semanas o incluso el mes completo. Hay casos en los que empieza una semana antes y terminan el 30 de noviembre o grandes marcas que deciden iniciarlo el 1 de noviembre y terminarlo el 30.
LOS DESCUENTOS
El descuento más generalizado es un 20 por ciento, aunque en determinados productos puede llegarse al 30 o al 40 por ciento. En general, cuando se indica “hasta un 40%” significa que ese será el descuento máximo en productos que concrete el vendedor y que en el resto será inferior. Lo habitual es que se mantenga el mismo descuento en la tienda física que en la web y que no sea acumulable a ofertas ya existentes, pero sí hemos encontrado impactantes rebajas en las que un nueva chaqueta de fibra de 220 euros, rebajada a 150 terminaba valiendo 120 euros ¡cien euros de ahorro! Gestionando bien lo que ahorramos, podemos permitirnos desde comprar artículos que nos dan un rendimiento superior –por ejemplo una tienda de campaña más mimpermeable- a traducir el ahorro en una adquisición no prevista pero deseable (como una linterna frontal de emergencia).
LUCES Y SOMBRAS
El Black Friday permite a algunas pèrsonas adelantar las compras navideñas y a otras comprar productos que el resto del año están fuera de su presupuesto, como puede ser un potente saco de dormir o unas buenas botas para el invierno. A los catorce días tradicionales a los que se tiene derecho a devolver una compra con el producto sin usar, algunos establecimientos y webs añaden varias semanas más de cortesía, llegando incluso al 6 de enero o hasta primeros de febrero. Las tiendas físicas suelen ampliar su horario de apertura para facilitar las compras a quienes viven lejos o trabajan con jornadas muy extensas.
La previsión para este 2022 es que las ventas crezcan un 25 por ciento respecto al año pasado, aunque algunos estudios apuntan a que un 40 por ciento de los consumidores afirman que no comprarán nada debido a la inflación o bajo poder adquisitivo. Lógicamente esta campaña de descuentos agresivos también trae consecuencias: masificación en establecimientos, concentración de pedidos a los transportistas que ralentiza los plazos de entrega, horarios maratonianos para los trabajadores con horas extras que no siempre son remuneradas, picaresca en los descuentos (se marca un precio original muy superior al real para que parezca que el descuento es mayor) y en no pocas ocasiones una fiebre consumista que a menudo no resulta precisamente beneficiosa para el planeta, tanto por la fabricación de bienes, como por su transporte y posterior desechado. También el pequeño comercio se ve obligado a realizar esta promoción, reduciendo a veces sus márgenes a límites casi insoportables y algunos relacionados con la montaña nonos han confesado que ganan la mitad que vendiendo ese producto en otras fechas y que en casos extremos en un producto de 200 euros apenas les deja 10 euros de beneficio.
TRES CONSEJOS
Aunque las recomendaciones pueden ser muchas, destacan:
1) Atención a los descuentos más allá del 40 por ciento si se trata de una web desconocida. Puedes pagar y que la mercancía no te llega nunca o que el producto no corresponda con la imagen y descripción que viste. Consulta las opiniones/valoraciones de otros clientes y asegúrate de que en la barra aparecen las siglas https y el icono del candado para mayor seguridad (aunque existen páginas fraudulentas con este icono dedicadas a estafar y robar datos de tu tarjeta bancaria). También debe aparecer de forma clara la dirección física, un número de teléfono y las condiciones del servicio de venta.
2) Si el precio es similar en una tienda física al de un punto de venta on line, prefiere la compra presencial. Nada iguala a ver, tocar, comparar y preguntar a un vendedor especializado. Y si surgen problemas o reclamaciones a posteriori tener a una persona delante es mucho más tranquilizador que topar con teléfonos o correos electrónicos en los que no contesta nadie.
3) Compara el precio original marcado en diferentes comercios –electrónicos o físicos- para detectar si hay grandes diferencias. Posiblemente detrás de los muy altos pero enormemente rebajados se esconde un “inflado” justo antes del Black Friday para aparentar que venden “chollos”. Esta práctica ilegal está comenzando a ser vigilada este año por los inspectores del Ministerio de mconsumo. En este enlace encontrarás información importante para proteger tus derechos como consumidor: https://www.consumo.gob.es/es/consumo/como-reclamar-ante-un-conflicto-de-consumo