Sálvese quien pueda: autorrescate en aguas bravas

Alfonso Maltrana

Sálvese quien pueda: autorrescate en aguas bravas
Sálvese quien pueda: autorrescate en aguas bravas

Cuando disfrutamos de una buena jornada de rafting, barrancos y demás formas de exprimir al máximo un río tenemos que controlar todas las situaciones que no puedan meter en problemas. Si caemos de una barca, de un kayak, o queremos salir del agua cuando la corriente se pone peligrosa, las siguientes indicaciones son tan útiles como el mejor de los salvavidas:

Decidas lo que decidas, hazlo siempre en la dirección de la corriente, nunca en contra… la fuerza del agua es mayor que la nuestra.

Si quieres subirte a una piedra que hay en medio del cauce, nunca lo hagas por la cara que te encuentras primero, intenta rodearla y subir por la cara que está a contracorriente. Evitarás los posibles sifones creados por la corriente sobre la ladera de arriba de la roca.

Si te atrapa un rebufo, coge aire, sumérgete justo al entrar en su rompiente, hazte una pelota – para no golpearte – y sal buceando lo más pegado al fondo como puedas.

Acostúmbrate a abrir los ojos debajo del agua para distinguir entre la espuma superficial del rebufo y la parte oscura y profunda que es por donde trascurre la corriente, hacia donde debes dirigirte.

Y por último, aunque siempre a favor de la corriente, oriéntate en diagonal hacia la orilla del río que veas más segura. La propia fuerza del río te “escupirá” y estarás sano y salvo.

 

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