Construida en las primeras décadas del siglo XX para unir las dos vertientes de Sierra Nevada mediante una vía transitable, “la pista de montaña más alta de Europa” es un recorrido ciclomontañero estelar, un desafío deportivo en los cielos de hielo y roca de las altas cumbres penibéticas, donde están algunas de las cimas más altas de España. El histórico camino ha sido la primera aventura deportiva del proyecto Mountain Sky Cycling, la primera cima de un viaje que ha comenzado a tres mil metros de altitud, en los afilados relieves de las crestas más elevadas de las serranías andaluzas, y me llevará en bicicleta de montaña por las cordilleras de los cinco continentes.
EN LOS CIELOS DE LA MONTAÑA DEL SOL, LA ETERNA SULAYR DE LAS TRIBUS BEREBERES
Sierra Nevada es una cordillera especial, emerge cerca del mar y sube hacia el sol hasta superar tres mil metros de altitud, donde la nieve envejece eternamente en neveros congelados en el ombligo de montañas construidas hace millones de años. En Sierra Nevada el tiempo geológico no importa, las montañas son únicas y su historia vital es intrascendente, son altas, lejanas y conservan un entorno vital y salvaje, están cerca del cielo. Los árabes llamaron a estas montañas Sulayr, la “montaña del sol”, pero no inventaron nada, ya eran el “mons solaris” de los pueblos que llegaron antes y decidieron que eran un buen lugar para vivir.
Ahora Sierra Nevada es un parque nacional, una popular estación de esquí alpino, un centro de deportes de montaña durante las cuatro estaciones, un mirador de paisajes y también, un balcón de emociones. En Sierra Nevada las altas cumbres superan tres mil metros de altitud y habitan en su entorno original, en el mismo ambiente geológico donde surgieron hace millones de años sobre las primitivas aguas del mar de Tetis, siguen siendo territorio salvaje, y esperemos que siga siendo así otros miles de años.
En el proyecto Mountain Sky Cycling he elegido montañas que tengan un índice de ciclabilidad aceptable para que la bicicleta sea útil en la mayor parte del recorrido, especialmente en las travesías de aproximación y en el tramo de cumbre, a partir de los cinco mil metros de altitud. En algunas cimas será necesario empujar o portear la bicicleta hasta el punto más alto de la montaña durante la ascensión, pero después será muy provechosa en el descenso para bajar rápidamente. En principio el techo geográfico del proyecto está en el Nevado Ojos del Salado (6.890 m), el volcán más alto de América y la segunda montaña de los Andes detrás del cerro Aconcagua (6.960 m). Esta magnífica montaña forma parte de la primera expedición internacional del proyecto, que se llamará “Volcanes de Atacama” y está prevista en los próximos meses del verano austral.
En el Veleta he compartido emociones y experiencias con Mikael Helsing, amigo y compañero de profesión desde hace varios años. Él ha llevado el peso de la realización y producción del material gráfico. Y también ha tenido que pedalear por la vieja pista de montaña entre los grandes colosos nevadenses hasta los circos de montaña que mordisquean la cordillera en la cara sur. Juntos hemos disfrutado un bello atardecer otoñal en las laderas de la Alpujarra granadina, hemos escalado en bici las interminables lomas de la cordillera y hemos salvado los caos de rocas que poco a poco están engullendo el camino, entrando en el reino glaciar de las altas cumbres. Y siempre sin dejar de grabar o disparar la cámara para obtener las imágenes que ahora podemos compartir con todos los amigos y seguidores de esta aventura en la revista Oxígeno.
El primer tamo de la pista está abierta al tráfico mientras la nieve o el hielo no impidan el paso, desde Capileira (1.450 m) hasta la barrera de la Hoya del Portillo (2.150 m), en los límites del parque nacional. El firme del camino está impecable para una bicicleta de montaña, es la pista de servicio del Refugio del Poqueira y se mantiene en buenas condiciones hasta el Alto del Chorrillo (2.700 m), donde está el desvío del refugio y el inicio de la vereda del Mulhacén. También sale un sendero de pequeño recorrido que baja al pueblo de Trevélez. La “pista más alta de Europa” sigue de frente por la escarpada vertiente occidental del macizo del Mulhacén y comienza el tramo de alta montaña. El paso del Peñón Negro es espectacular y en el balcón de los Tajos del Cerro hay que hacer una parada para contemplar el circo de la Caldera y los relieves donde nace el río Poqueira. Encima de todos los horizontes está el Veleta, parece cercano, siempre parece cercano, incluso desde Capileira, pero es una cumbre de 3.390 metros de altitud y requiere esfuerzo, voluntad y ganas de dar pedales.
El carril pasa la Caldera, cerca de un refugio vivac, y se convierte prácticamente en un sendero marcado por el paso de los montañeros entre las rocas que han caído rodando por las laderas de las montañas. Los pueblos de la Alpujarra son motas blancas en un abismo lejano que sucumbe en el litoral del Mediterráneo. La calina del mediodía cubre con una pátina dorada la superficie del mar y los barcos parecen flotar en una lámina de oro. Y mientras tanto las ruedas de nuestras “montanbai” van rompiendo la nieve congelada que está pegada en la plataforma de la pista. Aquí no hay mal de altura pero estamos por encima de tres mil metros y pedaleamos sin prisa, al ritmo que impone la montaña.
El paso del collado de la Carihuela (3.200 m) es el cambio de vertiente, en la cara sur aparece la estación de esquí y todo su territorio de remontes e instalaciones deportivas. El desvío de la cumbre del Veleta está a seiscientos metros del collado, quedan las últimas horquillas, apenas doscientos metros de desnivel positivo, el esfuerzo definitivo para culminar la única cumbre de las montañas españolas que se puede ascender pedaleando, siempre que las piernas resistan y el corazón soporte bien la altitud. Y arriba satisfacción absoluta, bueno, primero hay que abrigarse del duro viento otoñal.
El ciclomontañismo tiene sensaciones similares al esquí de travesía, ascender montañas durante varias horas y descensos rápidos del mismo desnivel, chupinazos emocionales dirigidos directamente al centro de nuestro espíritu montañero. La bajada del Veleta sigue el mismo camino de subida, en el parque nacional no está permitido circular en bicicleta fuera de la pista de montaña, aunque algunos tramos del camino tienen bastante parecido con una trialera “sencilla” y durante gran parte del año hay hielo o nieve en el territorio de cumbres. Los dos mil metros negativos que tenemos debajo del manillar son emocionantes, Capileira está en otra dimensión, vamos a realizar uno de los descensos en bici de montaña más largos y con mayor desnivel de todas cordilleras españolas. El único inconveniente es que esta parte de la aventura ciclomontañera no se puede relatar, quien quiera saber lo que se siente no tiene más remedio que subir hasta aquí en bicicleta, ajustar las emociones y dejarse llevar por la “pista de montaña más alta de Europa” en los cielos de Sierra Nevada.
5 EXPERIENCIAS ÚNICAS
1. Contemplar los tres caseríos alpujarreños del Poqueira hundidos en los abismos del barranco nevadense durante la ascensión.
2. Entrar pedaleando en el circo glaciar de la Caldera, al pie del legendario Mulhacén, la cima más alta de la península ibérica.
3. Coronar el pico Veleta, olfatear la pureza del aire y buscar con la mirada los relieves del continente africano en los confines del horizonte.
4. Hundirse en un atardecer irrepetible durante el largo descenso hacia Capileira.
5. Celebrar la ascensión ciclomontañera en el restaurante Finca Los Llanos con varios platos de la cocina tradicional alpujarreña.
PARA TENER CUENTA
Distancia: 72 kilómetros, ida y vuelta, desde Capileira.
Desnivel positivo: 2.160 metros.
Ubicación: Parque Nacional de Sierra Nevada.
Punto de partida y llegada: Capileira, en la comarca granadina de la Alpujarra.
Duración: un día sin nieve. En invierno y primavera, con hielo y nieve en las lomas altas, es recomendable hacer noche en el camino durante la subida.
Mejor época: de junio a noviembre. El otoño es la temporada ideal.
Índice de ciclabilidad: cien por cien, con buen nivel físico. A partir de tres mil metros de altitud el firme del camino es pedregoso, el suelo está roto y el clima es frío e imprevisible.