El Techo del Mundo volando hacia abajo: así entendían la aventura Babu Sunuwar y Lakpa Thsering Sherpa, quienes ascendían el Everest el 21 de mayo para luego doblegar los vientos con su parapente saltando desde la cumbre, una de las propuestas más originales y valientes de la temporada premonzónica.
Volar desde una cima del Himalaya comporta espectacularidad y dificultad a partes iguales. No solo se debe ascender con el equipo a la espalda; la climatología puede jugarte una mala pasada y hacerte plegar velas cuando ya alcanzas tu objetivo con la punta de los dedos. Esto les sucedía a Rodrigo Raineri, que lograba hollar el Everest el 20 de mayo, y a la británica Squash Falconer, quien buscaba convertirse en la primera mujer que volaba en solitario desde el Techo del Mundo, cuya cima pisaba el 10 de mayo. Los fuertes vientos imperantes forzaban a ambos a una retirada a tiempo. Más suerte tenía el dúo de Sanubabu Sunuwar y Lakpa Thsering Sherpa, cuyo salto el 21 de mayo desde los 8.848 metros ya se ha ganado un hueco en la historia de su disciplina. Sin duda, una de las experiencias más salvajes de la temporada.
El vuelo en tándem de Babu y Lakpa era solo una parte de un proyecto que debe llevarles a Bangladesh a base de parapente, kayak y bicicleta. La ascensión del Everest les suponía cuatro jornadas a través de la ruta normal de la vertiente sur, para después emprender 20 kilómetros de auténtico vuelo libre rozando los flancos de montañas como el Nuptse (7.861 m) o el Ama Dablam, para aterrizar en el aeródromo de Syangboche, a 3.750 metros, situado por encima de Namche Bazaar, capital de la región del Everest. Babu, de 29 años, haría las veces de piloto, mientras Lakpa (35), experimentado escalador del Everest, que ha ascendido en al menos cinco ocasiones, disfrutaba de las vistas y la adrenalina como pasajero durante los cerca de 42 minutos que duró la experiencia. El ambicioso viaje, que han llamado Summit to Sea todavía les llevará al río Sun Khosi, que navegarán en su totalidad para después atravesar la India hasta la costa sobre las dos ruedas.
No muchas personas se han arrojado a las corrientes que circundan el Everest con su parapente. El alpinista francés Marc Boivin inauguraba la lista en 1988. Dos años más tarde, Jean-Noël Roche y su hijo Bertrand, de 17 años, se convertían en los primeros padre e hijo en hollar la montaña juntos, para luego volar desde el corredor Sur hasta el CB. Pasarían once años hasta que Betrand regresase, esta vez con su mujer Claire, escalando por la vertiente norte para descender, en apenas unos minutos, hasta el Campo Base del flanco chino.
Everest desde el aire
El Techo del Mundo volando hacia abajo: así entendían la aventura Babu Sunuwar y Lakpa Thsering Sherpa, quienes ascendían el Everest el 21 de mayo para luego doblegar los vientos con su parapente saltando desde la cumbre, una de las propuestas más originales y valientes de la temporada premonzó