El Trineo de Viento cruza el Círculo Polar Ártico y se acerca a la recta final

Tras seis semanas, el equipo liderado por Ramón Larramendi ha recorrido 3.300 kilómetros del recorrido previsto por Groenlandia, pese a los vientos en contra o su baja intensidad debido al calor. La temperatura en el interior del hielo ha subido 30ºC en 15 d

Jorge Jimenez

Tras seis semanas, el equipo liderado por Ramón Larramendi ha recorrido 3.300 kilómetros del recorrido previsto por Groenlandia, pese a los vientos en contra o su baja intensidad debido al calor. La temperatura en el interior del hielo ha subido 30ºC en 15 días.

Los expedicionarios del Trineo de Viento, liderados por el explorador polar Ramón Larramendi, están a punto de entrar en la recta final del reto geográfico que supone circunvalar Groenlandia por el interior helado a bordo de un vehículo eólico. Esta semana, acaban de superar uno de los hitos de la expedición: cruzar el Círculo Polar Ártico, impulsados por un viento que en las últimas jornadas ha bajado por una elevada e inesperada subida drástica de las temperaturas.

El Trineo de Viento ya ha recorrido unos 3.300 kilómetros de los cerca de 4.500 previstos y esperan culminar la aventura a finales del mes de junio, saliendo del hielo por el mismo punto por el que el equipo (formado por Manuel Olivera, Eusebio Beamonte, Karin Moe Bojsen, Hugo Svenson y el propio Larramendi) entró en el hielo, cerca de la localidad de Kangerlussuaq.

groen1

En estos últimos días, los expedicionarios han tenido etapas en las que han superado los 200 kilómetros y otras de ritmo bajo, que se acentúa a medida que se acercan al extremo sur de Groenlandia.  Y es que en sólo 15 días, han pasado de tener temperaturas de hasta 25ºC bajo cero a otras de 3ºC, casi 30º de diferencia. “En todos los años que llevo viajando por esta isla, es la primera vez que tengo tanto calor en el interior del hielo; la subida ha sido prácticamente de un día para otro y provoca que durante las horas de más sol disminuya la intensidad del viento”, afirma Larramendi vía satélite.

Este ‘calor’ ha provocado, además, la descongelación del hielo que había entre los muchos travesaños del trineo. Es entonces cuando han comprobado que algunos de ellos habían sufrido daños al atravesar una dura zona de sastrugis, olas de hielo que se suceden y pueden superar los 70 centímetros de altura. También la nieve, más blanda, dificulta que puedan ir a gran velocidad sin sufrir daños.

“Afortunadamente, aunque nos lleva horas arreglar el trineo, es relativamente sencillo. Es una de las ventajas de no viajar con un vehículo motorizado que requiere piezas sofisticadas. Todo lo podemos solucionar con los materiales que llevamos a bordo sin poner el riesgo que podamos culminar la ruta por culpa de una rotura”, asegura el líder de la expedición, financiada por la agencia de viajes Tierras Polares.

groen2

Pese a estas dificultades, el viaje continúa su ruta. En los últimos, han atravesaron en perpendicular la ruta que siguen las expediciones tradicionales, que van de este a oeste de la isla. “Por primera vez en mes y medio encontramos rastros de otros seres humanos en este desierto de hielo. Eran muros de nieve, de los que se levantan para proteger las tiendas de campaña”, explicaban horas después.

También han cruzado el Círculo Polar Ártico,en el 65º Norte 57’, uno de los hitos geográficos que tenían marcados en su calendario.

Con alimentos suficientes para aguantar hasta el final, tan sólo les empiezan a escasear el pan y las galletas, y aseguran que la dieta, basada en comida liofilizada, como la de los astronautas, no les está provocando ningún problema. De hecho, afirman que su salud es buena y su estado de ánimo también, aunque inevitablemente sube y baja con la intensidad del viento.

“Lo más importante es no desesperar, tener paciencia y estar siempre vigilantes para aprovechar el momento en el que suba de intensidad e iniciar la marcha”, señala Manuel Olivera, responsable de tomar datos científicos para el Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC).

[vsw id="C5TMtPvHnFE" source="youtube" width="425" height="344" autoplay="no"]


Apoyo científico
En los últimos días, científicos españoles que trabajan en la Antártida y el Ártico han manifestado su apoyo a este vehículo. Andrés Barbosa, investigador experto en poblaciones de pingüinos y vicedirector de Investigación del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) ha señalado:

“El empleo del Trineo de Viento como plataforma de apoyo a la investigación polar puede ser de gran utilidad en cualquier tipo de investigación que se tenga que desarrollar en la meseta antártica. Si bien  el grueso de la actividad investigadora en la Antártida se lleva a cabo en la región marítimo-costera, existen una serie de trabajos que deben llevarse en la remota región central del continente como puede ser la búsqueda meteoritos, la investigación sobre la presencia de microorganismos, presencia de contaminantes, investigación atmosférica, investigaciones geológicas, recolección de testigos de hielo para estudios del pasado, estudios geofísicos y astronómicos, validación y calibración de medidas de satélite, entre otros”.

Por su parte, Leopoldo García Sancho, catedrático de Botánica en la Universidad Complutense de Madrid y premio Príncipe de Asturias de Cooperación, como miembro del Comité de Investigación Científica en la Antártida, asegura: “Los científicos debemos tomar nota de este nuevo vehículo que nos permite penetrar en lo más profundo de la Antártida y cubrir distancias enormes con un mínimo apoyo logístico y 0.0 emisiones. Las posibilidades que se abren a los estudiosos de la física, la glaciología y la atmósfera antárticas son evidentes. También el estudio de las perturbaciones químicas en la atmósfera polar provocadas por la actividad industrial en otras zonas del planeta, puede beneficiarse del muestreo desde una plataforma limpia y capaz de desplazarse grandes distancias. Como biólogo, imagino grandes posibilidades en la búsqueda de los diminutos propágulos vitales que extienden la vida sobre nuestro planeta. En la límpida atmósfera antártica flotan, sin duda, las esporas que permiten colonizar a musgos tropicales las fumarolas de los volcanes antárticos o a los líquenes crecer sobre rocas aisladas recién descubiertas de hielo, pero los datos que tenemos sobre ellas son escasísimos. El “Trineo del Viento” sería el mejor instrumento para llevar a cabo esta pesca sutil de las partículas vitales que siembran el mundo”.

groen 3

También Juan Ignacio López, del Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC), quien analizará los datos recogidos por el trineo ha comentado: “El Trineo de Viento puede constituir una auténtica revolución en los estudios de estas regiones, permitiendo desplazamientos rápidos y sin apenas impacto ambiental por amplias zonas de hielo, transportar sensores e instrumental que ayuden a medir tasas de cambio, y estimar o inferir las condiciones climáticas precedentes, las condiciones del manto de nieve y las propiedades físicas y químicas del hielo, información prácticamente no disponible hasta la fecha para la comunidad científica”.

Y Ana Cabrerizo, investigadora en el Instituto de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Comisión Europea, asegura: “En el muestreo y determinación de contaminantes, mediante el uso de muestreadores pasivos acoplados al vehículo, el trineo ideado por Ramón Larramendi nos podría suponer una herramienta de gran ayuda en las futuras expediciones a los sitios más inaccesibles de los Polos. Una ayuda que se uniría a la investigación científica que España lleva actualmente en los Polos y que permitiría seguir avanzando en el desarrollo de la ciencia polar. Un trineo, a priori, básico y sostenible que estoy convencida que supondrá una revolución científica”.

Toda la expedición podrá ser seguida de cerca en la página web del Proyecto Trineo de Viento: http://www.tierraspolares.es/trineodeviento/