Crónicas desde el Himalaya, por Carlos Soria

Queridos amigos: Llevo dos días en Katmandú, y ya tengo ganas de volver a la montaña. La ciudad me gusta, pero siempre que

Jorge Jimenez






Queridos amigos:

Llevo dos días en Katmandú, y ya tengo ganas de volver a la montaña. La ciudad me gusta, pero siempre que vengo aquí nunca me da tiempo a disfrutarla. Hay tantas cosas que hacer para organizar una expedición, que parece increíble cómo se pasan las horas: comprar materiales, decidir la comida, organizar el envío con los sherpas, hablar con la prensa…

Entre unas cosas y otras, llevamos 2.500 kilos de material para subir el Annapurna, unos 25 bidones. A mí me sigue pareciendo muchísimo, pero la verdad es que hoy la tecnología manda mucho en esto de subir montañas.

Han cambiado muchas cosas desde que hace 40 años enviábamos las cartas a casa por medio de los “mail runners”, gente local que caminaba durante días para llevar los sobres hasta la capital. Pero al mismo tiempo hay muchas otras que siguen igual que siempre: hoy hemos ido al aeropuerto a recibir a los dos últimos miembros de la expedición –Tente Lagunilla y el médico Carlos Martínez- que han llegado por fin a Nepal acompañados de dos empleados de BBVA, que nos acompañarán hasta el campo base después de ganarse un puesto entre casi 7.000 aspirantes.

No quiero olvidarme también de darle un recuerdo a Miss Howley, que a sus 88 años y pese a que no anda muy bien de salud sigue visitando a las expediciones que quieren subir una de las grandes montañas. Estuve con ella ayer. Espero que cuando volvamos, si hemos hecho cumbre, podamos vernos de nuevo con ellas para celebrar juntos que he subido el Annapurna. ¡Ojala sea así!

Un fuerte abrazo,

Carlos Soria (21 de marzo de 2012; Katmandú, Nepal)

Expedición BBVA Carlos Soria Annapurna 2012