El pasado mayo, Jose Manuel Naranjo e Ingrid Ortlieb firmaban la primera travesía mundial con esquís y en total autonomía del Barnes icecap, un casquete polar de 6.000 km cuadrados en la isla de Baffin, en el ártico canadiense.
La expedición se iniciaba el 15 de abril desde el Nivalis Lake, un lago helado situado en el extremo norte del casquete de Barnes, a unos 300 kilómetros de la población más cercana. Hasta allí llegaban tras tres días en motonieve acompañados por los cazadores inuit Sam y Ecko Palituq, nacidos en el seno de una de las últimas familias nómadas del ártico canadiense. La ruta en motonieve fue toda una expedición en sí misma, atravesando un vasto territorio inexplorado con infinidad de lagos helados, gélida tundra, ríos nevados, morrenas glaciares, desfiladeros y otros abruptos terrenos del alto Ártico.
Tras la marcha de sus guías inuit, Naranjo y Ortlieb comenzaban la ardua tarea de ascender sus trineos, cargados con más de 100 kg, hasta la zona alta del casquete polar. Tras decenas de porteos de todo el equipo, comida y combustible para la travesía, el 24 de abril alcanzaban el plateu superior situado a 1.125 metros sobre el nivel del mar. Desde allí se tiene una panorámica de los acantilados marinos más altos del planeta, situados en la costa oriental de esta isla ártica. Después comenzarían el descenso hasta el extremo sur del casquete.
Con temperaturas que durante el día rondaban los 25º bajo cero, y una decena menos por la noche, lo más duro del descenso no sería ni el frío ni los gigantes ventisqueros que tenían que atravesar perpendicularmente, donde se atoraban los trineos, ni tan siquiera la nieve profunda que orlaba esa parte del recorrido y que les hacía avanzar unos 400 metros por hora. Lo más peliagudo fueron los 8 días afincados en una ínfima tienda azotada por persistentes tormentas que impedían cualquier avance.
Estar días y días seguidos metidos en sacos de dormir para mantener el calor corporal y sin usar los hornillos para calentarse para no gastar el combustible que pudieran necesitar en el resto de la travesía, fue sin duda lo que más puso a prueba la resistencia mental de los expedicionarios. Afortunadamente la climatología se volvió algo más amable al llegar el mes de mayo y después de recorrer 150 km de un territorio realmente remoto, Ingrid y José Manuel llegaron al Generator lake, un lago congelado situado en el extremo sur del casquete polar de Barnes.
Como nota triste, decir que cuando alcanzaron dicho lago, los dos esquiadores, tomando como referencia los mapas que llevaban consigo, comprobaron que el hielo de los 10 km de frente glaciar del extremo sur del casquete polar de Barnes había retrocedido más de 1 km en menos de 25 años.
Con la triste sensación de que el cambio climático se está literalmente "comiendo" el hielo más antiguo de Canadá, Ingrid y José Manuel fueron recogidos por Levi Palituq y otro amigo inuit y llevados en motonieve a la pequeña población de Kanngiqtugaapik o Clyde River en su acepción inglesa.
Los primeros del mundo en completar la Trilogía polar de Baffin
Con el éxito conseguido en esta expedición, José Manuel Naranjo, director de Mundo Ártico (www.mundoartico.com) e Ingrid Ortlieb, guía de la misma agencia, consiguen ser los primeros del mundo en completar la "Trilogía de Baffin" que incluye la travesía con esquís y en total autonomía de los dos grandes casquetes polares de esta isla (el Barnes y el Penny icecaps) y el larguísimo desfiladero de 100 km conocido como el Akshayuk Pass.
Primera en el casquete polar de Barnes
El pasado mayo, Jose Manuel Naranjo e Ingrid Ortlieb firmaban la primera travesía mundial con esquís y en total autonomía del Barnes icecap, un casquete polar de 6.000 km cuadrados en la isla de Baffin, en el ártico canadie