Kayak en el río Mackenzie

El río canadiense Mackenzie es uno de los mayores del mundo, tanto por la longitud de su cauce como por el volumen de agua que transporta; no en balde, los primeros pobladores de estas regiones lo llamaron Deh-Cho (“agua grande”

Javier Gonzalez

El río canadiense Mackenzie es uno de los mayores del mundo, tanto por la longitud de su cauce como por el volumen de agua que transporta; no en balde, los primeros pobladores de estas regiones lo llamaron Deh-Cho (“agua grande”).



Texto y fotos:
Carlos Rodríguez

Desde los primeros momentos de la colonización del continente Americano,  el río Mackenzie fue utilizado como vía de avance hacia el sur desde las regiones polares de diferentes oleadas de pobladores asiáticos que fueron adentrándose en estas tierras.

En Junio de 2013, Carlos Ares y Carlos Rodríguez, miembros del Jackson Kokatak Exploration Team , se encontraban con sus kayaks a unos 50 kms del  nacimiento del Mackenzie en el Great Slave Lake esperando la ruptura del hielo que atenaza este río 8 meses al año. Su intención era la de hacer el camino inverso al de aquellos primeros colonizadores, descendiendo los 1850kms que les separaban de la desembocadura del Gran Río y completando aún otros 150 kms adicionales para finalizar el recorrido en la población ártica de Tuktoyaktuk, en el mar de Beaford.

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Entre los retos de la travesía estaban el de lograr mantener un estado físico aceptable a lo largo de los dos meses previstos para completar el descenso, en una de las regiones más remotas del planeta y adentrándose 800 kms en el Círculo Polar. Otro de los retos: la convivencia con la fauna del lugar, sobre todo con la alta población de osos y las nubes de mosquitos que acosan a cualquier animal de sangre caliente en esas latitudes. Por último, los kayaks ligeros no permitían hacer un gran acopio de víveres, por lo que la correcta planificación de las etapas, del ritmo de avance y de la pesca en el río eran cruciales para lograr finalizar el proyecto con éxito.

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Tras 32 días paleando sin interrupción y después de sufrir los efectos de una nutrición escasa y los rigores del Círculo Polar los kayakistas entraron en Inuvik, población de origen esquimal situada en la mitad del gran delta del Mackenzie. La excesiva pérdida de peso y el agotamiento por las largas jornadas de kayak contra el viento ártico fueron compensados con unos días de descanso antes de afrontar la última gran etapa del viaje: navegar por el laberinto de uno de los mayores Deltas del mundo y salir al mar de Beaford hasta la población de “Tuk” (Tuktoyaktuk).

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8 días más tarde y en medio del profundo cambio de paisaje que supone atravesar la línea del fin del arbolado y adentrarse en la tundra, el equipo llegó a su meta rodeados de ballenas beluga y tras haber recibido la hospitalidad sin límites de los Inuvialuit (esquimales) en los momentos más difíciles del final de la travesía por mar. Habían sido 42 días remando , 1950 kms recorridos…a las espaldas quedaba todo el Mackenzie, uno de los mayores ríos del mundo.

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