Tras tres audaces intentos Mark Allen y Graham Zimmerman firman la primera ascensión a una remota montaña de Alaska, culminación de sus dos visitas al Northwest Fork del glaciar Lacuna, un área poco explorada del Gran Norte americano.
Mayo alumbraba sus primeros días cuando la cordada emprendía un viaje de seis días desde la base Kahiltna, esquiando por los alrededores del Mt. Foraker y alcanzado, a dos días de distancia, el Northwest Fork del Lacuna, donde la vista de la cara sur de una cumbre sin nombre (Peak 12.214), colmilluda cima del sistema que se extiende hacia el sur desde el Foraker. Durante su primer día y medio de tentativas lograban resolver casi 800 metros de escalada por el contrafuerte sureste hasta que las pésimas condiciones de la nieve, unas temperaturas que aguijoneaban la moral y una inminente tormenta les forzaba a regresar a su campo base en Kahiltna.
Tras tonificarse con la ascensión de la arista oeste del Mt. Hunter, el dúo volvía a calzarse los esquís para plantarse a los pies de la montaña, tras dos días de esfuerzos sobre la nieve. Conociendo ya su ruta de descenso, que descubrían durante su primer tiento a la montaña, escogían el estilo ligero y una nueva posible ruta que serpenteaba a la izquierda de la línea que habían seguido durante el primer intento. El 23 de mayo, sin equipo de vivac, devoraban otros 1.000 metros de escalada sobre granito hasta acceder a un corredor que desembocaba en la arista somital. Con mala meteo y otros 1.000 metros de cornisas sobre ellos daban por concluido su segundo intento, regresando a su campo base al pie de la montaña tras 26 horas de trabajo en la pared. La cumbre debía esperar. Pero no mucho.
Tres días iban a pasar antes de que la escasez de comida y la ambición alpina les espolearan a un último intento, esta vez por una vía directa y menos técnica. La suerte les sonreía ofreciendo buena nieve y unas condiciones de hielo idóneas, llegando a su máxima cota alcanzada con anterioridad en menos de 5 horas, para seguir después por la arista cimera hasta la cumbre. 20 horas de ascenso y descenso, firmando una nueva ruta hasta la cima, en una montaña virgen, remota, inhóspita y endiabladamente hermosa. Al día siguiente regresaban a la base de Kahitlna en apenas 13 horas en una larga y dura jornada sobre los esquís.
Allen y Zimmerman bautizaban la montaña como Voyager Peak y daban nombre a cada una de las tres líneas que convergen en el mismo punto de la arista somital. Ambos reconocían disfrutar más con su actividad exploratoria que con la escalada en sí misma: Esto es lo más remoto que Graham y yo hemos alcanzado en Alaska, Allen dixit. Para nuestra sorpresa, la exposición de la lejanía remitía según nos íbamos sintiendo cómodos en este nuevo ambiente, permitiéndonos estudiar estrategias más atrevidas para nuestra escalada.
Alaska en clave virgen
Tras tres audaces intentos Mark Allen y Graham Zimmerman firman la primera ascensión a una remota montaña de Alaska, culminación de sus dos visitas al Northwest Fork del glaciar Lacuna, un área poco explorada del Gran Norte americ