Leticia Canales, en la cresta de la ola

La surfista vizcaína, a por plaza en Tokio 2020

Leticia Canales
Leticia Canales

Se podría decir que su localidad de origen, Sopelana, cuna histórica del surf europeo, ha marcado la vida de Leticia Canales. Para la pequeña Leti era un juego, un divertido reto, levantarse sobre una tabla de surf y deslizarse en las olas. Que las playas de Arrietara y Atxabiribil hayan sido su patio de recreo, y que respirara el ambiente surfero que se vivía en la localidad costera del País Vasco seguro que influyeron también en que la vizcaína se haya convertido en la mejor surfista de España (tiene ocho Campeonatos de España en su haber) y una de las mejores del circuito internacional. A los once años participó en su primer Mundial Junior, iniciando una precoz carrera que en 2014 se vio truncada por su primera lesión grave: rotura de menisco en una maniobra. Un año después vuelve a la competición con fuerza y a lo grande con un segundo puesto en el Pantin Classic 2015 QS-6.000 y entrando en el TOP 25 de la WQS (World Qualifying Series), el mejor ránking español hasta la fecha.

Otra grave lesión en la rodilla entrenando antes de una prueba en El Salvador en 2016 la lleva al quirófano y a otro año de parón, del que Leti, una luchadora nata, ve su lado positivo: "me viene bien para tomar distancia del surf, descubrir quiénes son mis verdaderos amigos y renovar mi surf". Durante ese descanso obligado aprovecha para dar charlas motivacionales en las que cuenta su experiencia, también para estudiar CAFYD, donde conoce la asignatura de Psicología del Deporte que la ayuda bastante personalmente. Su afán de superación la lleva a trabajar muy duro tanto mental como físicamente para volver a levantarse en una tabla y enfrentarse a las olas. En su segundo regreso en 2108 se lleva el oro en la Aloha Cup junto a la selección nacional y queda decimoquinta del mundo (ránking ISA). Y en este 2020 en el que el surf se estrena como deporte olímpico, sus ganas de hacer algo grande, más grande aún, en el mundo del surf, han crecido: su objetivo es conseguir una plaza para Tokio 2020, lo que sería todo un regalo para esta luchadora de las olas.

El surf siempre se ha identificado con un estilo de vida, más libre, con menos reglas, menos encorsetado… ¿qué te parece que el surf sea deporte olímpico?

El surf depende de cómo lo cojas. Para el surfista de competición ha venido genial que se haya hecho deporte olímpico porque ha habido un cambio de mentalidad y profesionalización en el mismo deporte; los entrenamientos tienen otra exigencia y ha hecho que el propio deporte evolucione… Y la otra cara del surf sigue estando ahí: la cara de la libertad, de la aventura, la cara de hacer planes los fines de semana para ir a surfear… Simplemente ahora existe otra opción que siempre ha estado, porque sigue siendo surf de competición, lo único que ha cambiado es que ya es deporte olímpico y es que a nivel nacional está habiendo más ayudas y nos toman más en serio en el CSD. Es lo único que ha cambiado, ¡eh!

¿Y se ha traducido en más oportunidades de conseguir patrocinios?

Sigue estando complicado, sí que es cierto que se nos está dando más visibilidad en los medios en cuanto a resultados, y eso se agradece. Y bueno, existen las becas, pero van acompañadas de los resultados, si tú no tienes un patrocinador de antemano es complicado llegar a ese tipo de becas de forma directa; puedes ir poquito a poco y tardarás o tardaremos un poco más, pero sí que es verdad que hay que dar gracias. Creo que hasta ahora en el surf nacional siempre ha habido talento, pero ha sido un trabajo del propio deportista y de sus familias. Hasta ahora nadie ha mirado o se ha dado cuenta de nuestras necesidades. Yo estoy donde estoy gracias a mi familia. Sí que he tenido sponsor, pero los sponsors te lesionas y se van. En cambio tú familia ahí sigue. Y creo que esto lo habrán vivido los surfistas de hoy en día, que si no fuese por sus familias no estarían ahora en la élite. Y bueno, ahora el surf se ha convertido en Olímpico y la Federación Española de Surf se está poniendo mucho las pilas pero queda mucho por hacer…

Leticia Canales

Leticia Canales la pasada semana en el Matadero de Madrid

¿Cómo entraste en contacto con el surf?

Gracias a mi padre y a mi hermana mayor, que surfeaban. Yo soy de Sopelana, tengo el mar al lado de casa. Empecé de pequeña, con mis padres, y entré pronto en la escuela municipal de surf de Sopelana y fui poco a poco. A mí desde pequeña me enganchó el reto de levantarte en la ola, que parece fácil pero es complicado. Y era como un reto el saber surfear todo tipo de olas… cambiaban las condiciones, pasaba con mis amigos todos los días de verano hasta las diez de la noche en el agua, era la única chica en aquel momento… Empezó como un juego, como todos los deportes creo, y después te va enganchado, y los fines de semana ya empiezas a hacer planes que giraban en torno al surf: ir a surfear a tal sitio, o en Semana Santa nos íbamos la familia a El Palmar, en Cádiz (otro de los grandes spots nacionales), siempre nos llevábamos la tabla de viaje por si había olas… Y de repente el surf se convierte en parte de tu rutina. Yo, si miro atrás, no encuentro un invierno en el que no haya surfeado o un año en el que no haya surfeado desde que soy niña y empecé con ello.

E imagino que todos los días en el agua...

Al principio compaginaba el surf con el hockey hierba, entre semana entrenaba al hockey y los fines de semana tenía partido, pero siempre caía entre semana algún baño y el fin de semana surf.

¿Y cuándo te das cuenta de que el surf podía ir en serio y dejar de ser un juego?

A los 11 años me llama la Federación Española para ir al Mundial de Caparica Junior Sub18 (Portugal), mi padre me dice que aún soy joven, pero como experiencia ¡ahí fui! Fue mi primer Campeonato del Mundo con once años.

¿A los 11 años te permitieron competir?

En aquel momento se permitía… Pero creo que ni tenía el nivel ni me estaba enterando de nada de lo que estaba haciendo. Pensé: “¡ahí va, estoy en la selección!", pero también estaba en la selección de hockey. Ni estaba preparada para ir a un Mundial ni nada. Pero a partir de ahí dije: pues tengo que empezar a entrenar, porque quería volver a la selección ¿no? De los 11 a los 14 no voy a la selección porque soy joven, me tienen en el centro de tecnificación y a los 14 me llaman para el Europeo, y es en ese momento cuando dejo el hockey, porque tenía que elegir, y saco medalla de bronce, y me digo: “bueno, soy buena". Pero sigue siendo un juego... antes había etapa profesional junior que era hasta los 21 y estaba compitiendo contras las mejores del mundo sub21, empiezo a conseguir entrar en las finales, siempre estaba entre las 10 primeras en Europa. A los 16 me clasifico para el Mundial Sub21 y es ahí cuando digo: "si quiero dar un salto tengo que cambiar", y empiezo con un entrenador que se dedica cien por cien a crear atletas, y a partir de los 18 me hago Profesional.

¿Y no corres el riesgo de, siendo tan precoz en la competición, quemarte?

Ahí, ahí… No es un sacrificio porque tú no lo tomas como tal, pero pierdes tu juventud. Empiezas a viajar desde pronta edad, yo por ejemplo desde los 14 años empecé a viajar por Europa… pero en mi caso tuve una lesión grave y yo creo que esa fue mi salvación para no quemarme.

¿Crees que fue positivo ese parón obligado por la lesión?

Sí, yo estaba en una burbuja, la primera lesión fue en 2014. 2015 fue mi mejor año, hice segunda en Pantín y bronce otra vez en el Europeo Open, llevaba una rodillera y es más, me acuerdo perfectamente de que en la final de Pantín no podía con los dolores de rodilla, pero ahí ya me estaba quemando… Después del bronce fui al médico y le dije: me sigue doliendo la rodilla, qué pasa, qué pasa, no está bien… Empiezo a ir a osteópatas diferentes, buscando ayuda de algún modo, y fue un lío total, porque no me ayudaban, porque el ligamento estaba roto, pero no se veía nada, ni en las resonancias. Y llego a 2016 a competir a El Salvador y ahí ya me rompo el cruzado, el lateral, y me hago una avería importante... Estaba entrenando para competir horas antes, y a las 6:30 AM me rompo la rodilla. Lo recuerdo perfectamente porque aún no había empezado el Campeonato, mi camilla era la tabla, y fui casi en pelotas al hospital, sin pasaporte, sin nada, sólo con la rodilla rota. Fui a San José y no me cogían en ningún hospital porque no tenía documentación ni dinero (había que pagar por adelantado)… Lo único que hicieron fue ponerme un analgésico en vena para no sentir nada y fue un poco agónico... Llamé al médico que me había tratado en la primera lesión: "Leti, mañana te coges un avión y te operamos aquí". EL viaje fue horrible… Pero bueno, aprendí mucho de la lesión, estuve un año meses sin poder surfear, seis meses antes de la operación y seis meses después…

Leticia Canales

Leticia Canales en acción Foto: Sean Evans

¿Y por qué dices que te vino bien?

Me vino bien porque me alejé del mundo del surf, me di cuenta de quiénes eran mis amigos y quiénes no, quiénes eran trepas, me di cuenta quiénes querían mi bien y quiénes no, porque algunos se alegraron de que desapareciera del mundo del surf… Es triste ¿no? Estaba en el top25 mundial, o sea, hasta ahora el mejor ránking español… y bueno, decidí para evadirme del mundo ponerme a estudiar. Estudié CAFYD, y me vino muy bien porque ahí es donde conocí la materia de Psicología del Deporte, y después empecé a trabajar con los psicólogos deportivos; me vino bien también para darme cuenta de que la lesión había venido por un sobrentrenamiento, por no saber parar a tiempo, por no escuchar a tu cuerpo, por tener demasiadas ganas por querer correr, y por querer las cosas YA. ¿Y sabes qué pasa? Que no fue culpa mía, ni de mi entrenador, simplemente no escuchamos y nos dejamos llevar por el movimiento y la que más sufrió fui yo. Por eso digo que ha sido un aprendizaje, porque después, cuando volví otra vez al agua, apreciaba los pequeños detalles: la buena compañía, la familia, el estar en casa, el apreciar los sponsors que no se fueron, la gente que se quedó a mi lado… Y también, otra cosa que fue una satisfacción para mí, es que en ese tiempo sin competir, mejoré mi técnica de surf. Había renovado mi surf, había evolucionado mi surf… y fue una satisfacción porque me costó volver a coger el ritmo de competición.

Aprendí mucho de la lesión, me vino bien porque me alejé del mundo del surf, me di cuenta de quiénes eran mis amigos y quiénes no, y tambien para evolucionar mi surf...

¿Trabajaste específicamente la técnica o fue el descanso que te vino bien y luego todo fluyó?

Trabajamos muy específicamente la técnica para que no me lesionase, ahora me pongo de pie de otra forma, entrenamos las caídas para no caer mal.. muchas cosas que no te das cuenta cuando lo has asimilado, pero que afectan. Y la técnica la mejoramos muchísimo, eso fue un gran cambio. Cuando llevaba ya cuatro meses de rodaje al volver, la gente me decía: “Jo, Leti, estás surfeando increíble, mejor que antes." Y para mí, que los propios jueces viniesen y me lo comentaran fue ¡buah! He conseguido muy muy buenos resultados después de la lesión, y estoy muy satisfecha con el trabajo, pero queda, queda…

Enhorabuena, porque hay otros deportistas que en un momento así abandonan y no regresan a la competición

Sí, yo además en ese momento conocí a mi novio, que me ha ayudado mucho, que fue un apoyo vital. Para quitarme los miedos

Leticia Canales

Foto: Joao Serpa

¿Y cómo conseguiste volver al agua sin miedo?

Me costó semanas, y citas con el psicólogo deportivo, y conocerte, y reconciliarte con la misma maniobra con la que te lesionaste… Ahora ya le doy al labio y no pasa nada, ¡voy a destrozar el labio! (risas). Las lesiones son duras, pero todos los deportistas lo pasamos, porque ponemos nuestro cuerpo al límite, ¡y es tan normal lesionarse! Me acuerdo de que me costó mucho quitarme la etiqueta de la lesión, que siempre me preguntaban por la lesión: jo, que ya llevo dos años sin estar lesionada, estoy sacando resultados, ¿por qué me preguntáis por la lesión? ¡Si lo recuerdo de una manera positiva! De verdad te digo que si pudiera volver atrás, no cambiaría nada, porque igual me hubiera quemado. Aproveché ese momento para dar charlas de inspiración, explicar mi experiencia, que había salido de una lesión y no me rendía… Me sirvió como terapia… Di charlas en un teatro en Sevilla, hice cosas que ahora miro atrás y digo, ¡guau qué hice, si tenía 21 años, cómo pude ponerme a hablar delante de cientos de personas!

Me costó semanas y citas con el psicólogo deportivo, y conocerte, y reconciliarte con la misma maniobra con la que te lesionaste… Las lesiones son duras, pero todos los deportistas lo pasamos, porque ponemos nuestro cuerpo al límite, ¡y es tan normal lesionarse!

¿Cómo es tu rutina / entrenamiento ahora?

Llevamos tres años entrenando ocho horas diarias. Mínimo tres horas y media de surf, y luego entrenamiento físico en el gimnasio, que es el más pesado para mí. Si es aeróbico ni tan mal, pero la fuerza se me hace largo. Pero es necesario. Claro, al profesionalizarse el surf, también los métodos de entrenamiento se han profesionalizado, y trabajamos más otros aspectos físicos como la fuerza. Ahora tengo las piernas mucho más potentes… y he mejorado gracias al entrenamiento físico.

Sí, compruebas que todo suma y puede mejorar tu rendimiento

Y también el saber escuchar a tu cuerpo. A veces estamos en la rutina, pero hay que tener un buen feedback con el preparador físico para hablar y ser sinceros y decir: hoy no puedo, hoy te voy a entrenar al 35%, ¿quieres que entrene así? Y te dicen: no prefiero que no entrenes hoy, y que el próximo día des el 100%, y eso es importantísimo, lo he aprendido en estos últimos tres años. Antes me sentía fatal cuando no entrenaba, porque es que no me daba el cuerpo, y tenía un remordimiento y una sensación extraña, pero ahora estoy aquí en Madrid, no estoy entrenando y no pasa nada, porque necesitaba un par de días de descanso y mañana vuelvo a tope. Es clave escuchar a tu cuerpo.
Te metes esa presión y entonces ya dejas de disfrutar, y otra de las cosas que he aprendido es que, o haces las cosas con pasión, porque te gusta y porque lo sientes, o no te va a salir nada. Y luego a cada deportista le va bien un método diferente. Y sí que es verdad que muchas veces nos fijamos en los demás, y oye, lo mismo no te va bien a ti ese tipo de entrenamiento, tiene que ser personalizado.

Otra de las cosas que he aprendido es que, o haces las cosas con pasión, porque te gusta y porque lo sientes, o no te va a salir nada.

¿Te ves con posibilidades para la Olimpiada de Tokio?

Ahora tengo la gira australiana y Nueva Zelanda, y estos campeonatos, aparte de ser los que nos van a dar la plaza a las componentes de la selección nacional que vaya a Tokio, son también campeonatos importantes de cara al circuito internacional, van de la mano. En cuanto acabe la gira sabremos quién está en la selección y quién no, pero yo llevo haciéndolo muy bien con la selección los últimos dos años y haciendo el circuito profesional bien y tengo confianza. Quiero decir, no voy a hacer nada nuevo, ¿no?, es seguir la trayectoria que llevo. Creo que en mi caso soy bastante regular en resultados y eso es bueno, entonces simplemente hay que tener un poco de suerte, que en este deporte es importante, y hacer lo que sé hacer bien y ya está. El trabajo ya está hecho, simplemente hay que seguir haciéndolo, y el Mundial va a ser en mayo en El Salvador, que sería mi vuelta a esa competición después de mi grave lesión… Es bonito ¡eh!, quitarme la espinita de El Salvador, esa es mi motivación ahora mismo. No va a ser la misma ola, pero es cerca... Seguramente si voy para allá surfearé seguro esa ola porque tengo que quitarme esa espina.

¿Te hace ilusión estar en Tokio?

Quedan 7 plazas, las potencias ya tienen su cupo, están obligadas a ir al Mundial, pero haciendo cálculos si quedo en la misma posición que el año pasado, que fue décimoquinta, puedo estar en Tokio.

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