Un verano raro en el noveno grado

Los hermanos Pou salen del duro confinamiento en muy buena forma como demuestran sus últimos encadenamientos en Baleares.

Los hermanos Pou vuelven a la deportiva en Baleares.

Si hace pocos días podíamos ver a los hermanos Pou haciendo equilibrios en el vacío en los acantilados de las Islas Baleares, ahora vuelven a ser protagonistas de las crónicas del rotpunkt por las vías de
escalada deportiva han encadenado durante los últimos días. Como ya pronosticaban hace ya casi cuatro meses, la disciplina mantenida durante toda la cuarentena, con duros entrenamientos de fuerza (dominadas, flexiones, abdominales...) combinados con el rodillo en casa, ha hecho que tanto Eneko como Iker hayan salido en un estado de forma inmejorable.

El mayor de los hermanos (Eneko) conseguía varias rutas de octavo grado entre las que destaca Fast (8b); una vía de casi 40 metros de longitud, que comienza con una primera
parte física y una segunda -de más dificultad- de agarres muy pequeños en una placa muy fina que exige la mejor de las técnicas de pies. Un proyecto que le ha dejado muy satisfecho, ya que el año pasado lo tuvo que abandonar por la inminencia de la expedición a los Andes peruanos cuando ya tenía la ruta a punto.  Eneko también ha brillado a vista (sin ensayos previos), encadenado Horrela Ez (7c)+.

Iker Pou en "The Ware" (9a). Foto: ©HermanosPou
Iker Pou en "The Ware" (9a). Foto: ©HermanosPou

Mientras, Iker ponía a prueba sus célebres dedos de acero, haciéndose con proyectos de mucha dificultad que tenía pendientes como R.Palank (8c+), Free Full, un 9a del que firma la primera ascensión, y La Ware (9a), otro noveno al que pone la primera muesca. Las dos primeras son vías de continuidad en un desplome enorme en la que los brazos y la espalda trabajan sobremanera, mientras que la última es una ruta que combina la continuidad, con un paso súper explosivo sobre agarres de un solo dedo, que tan bien se le da al pequeño de los Pou. Iker sigue moviéndose con soltura en el noveno grado, y ya son dos décadas instalado en la dificultad de los elegidos, convirtiéndose en una de las pocas personas en el planeta en conseguir algo parecido.

Muy buenos resultados por lo tanto para los hermanos alaveses, que afrontan este verano raro a tope de forma, con la mente puesta ahora en las grandes paredes. “Nos habría encantado salir ahora de expedición, como hicimos el año pasado a los Andes, pero no va a poder ser, habrá que reinventarse en casa, y potenciar la economía local y la seguridad. Creo que sorprenderemos con algo muy chulo en alguna de las cadenas montañosas que tenemos alrededor. Todavía quedan cosas muy interesantes por hacer aquí.” Les espera por lo tanto un verano repleto de objetivos que pronto nos irán contando...

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