Los perros que permanecen activos tendrán una mayor esperanza de vida, y no hay mejor forma que estar activo que llevarlo de caminata. Mantén a tu compañero canino en la buena senda a base de cariño… y un poco de ayuda veterinaria.
Los perros son posiblemente los mejores compañeros de trekking del mundo. Por varias razones: no se quejan, pueden llevar su propio equipo, no te harán escuchar su penosas canciones con la guitarra cuando encendáis la hoguera y no te hará sentir culpable cuando te comas el último snack.
Inevitablemente nuestros compañeros bajarán su intensidad en la actividad antes que nosotros, por lo que nos toca encontrar un sano equilibrio entre llevarles a hacer lo que más les gusta y mantenerlos seguros y cómodos. ¿Cómo nos ajustamos a las limitaciones de la edad de nuestro perro?
La artritis, por ejemplo, es uno de los factores que más influyen en la actividad de los perros mayores y que tendrás que tener en cuenta a la hora de decidir hasta donde puedes llegar con él. Obviamente para el trekking y el hiking la movilidad es esencial. Por suerte, hay multitud de opciones para cuando empiezan a sufrir estas enfermedades, generalmente a partir de los siete años de edad. Hay muchos tratamientos que ralentizarán la progresión de estos factores dañinos y que le aliviarán el dolor, pero además de la medicación es muy importante ser sensitivos con sus necesidades.
Déjales que ellos dicten el ritmo. Si desea pararse a oler las flores, permítelo. Ya no es un cachorro que podía correr el doble de distancia que tú. La mayoría de animales saben cómo autorregularse según sus capacidades. Escúchale.
Planea rutas con muchas fuentes de agua como lagos y corrientes. Detenerse en una fuente de agua fría unos minutos le hará sentirse mejor y recuperar fuerzas.
Escoge actividades más cortas y baja la intensidad gradualmente. Quizá es mejor un pequeño circuito circular que una gran caminata. De nuevo, hay que recordar que sus necesidades son distintas de las nuestras. Y no querrás acabar cargando con él durante varios kilómetros. Si marchas en grupo no tengas miedo a mantener su propio ritmo y dejar que el resto se adelante.
Haz los trekkings cuando haga una temperatura acogedora y fresca, temprano por la mañana o al atardecer, intentado evitar el calor persistente del medio día. Igual que la gente, los perros viejos, sobre todo si cuentan con mucho pelaje, son muy sensibles a las altas temperaturas.
Vigila su equipaje. Cuanto más ligero vaya el perro en la ruta, menos estrés soportará y podrá utilizar energías para lo que realmente le hace feliz: que es básicamente hacer lo que le da la gana ahí fuera. Esto sirve para perros de cualquier edad. Además esto ayudará a prolongar su movilidad.
Permite más tiempo de recuperación. Tu perro ya no tiene la energía de antaño e incluso quizá necesite un día de recuperación completo antes de otra actividad. Puedes probar también a hacer rutas nocturnas.
Alentar a tu perro a que siga moviéndose es un factor crítico para mantener su salud cuando tienen una edad avanzada. No dejes a tu perro en casa mientras tú te vas de ruta. En vez de eso, planifica tu salida teniendo en cuenta sus capacidades: eso quizá signifique ir más despacio, o por sendas más sencillas de lo habitual. Una cosa es segura: él será mucho más feliz si lo llevas contigo.