El North America Wall es una de las rutas más célebres e históricas que se estiran por el océano de granito de El Capitán, en Yosemite. Abierta allá por 1964, fue la primera línea que ascendía el inabarcable muro Sureste de El Cap y la tercera ruta en total tras las aperturas de The Nose y Salathè. Esta ruta significó además el cambio más absoluto en cuanto a ética y técnicas de ascensión en el valle. Fueron Yvon Chouinard, Royal Robbins, Tom Frost y Chuck Pratt, cuatro de los tipos más revolucionarios de la edad dorada del valle californiano, los que imaginaron escalar esta línea en un estilo impecable, abriendo desde abajo y sin la utilización, por fin, de cuerdas fijas. Robbins la describiría más tarde como “la escalada de nuestras vidas. Más difícil y más seria que cualquier cosa que hayamos conocido".
Tuvieron que pasar más de tres décadas para que la vía es escalase enteramente en libre (sin usar medios artificiales de progresión). Alex y Thomas Huber se dejaron tres semanas de esfuerzos en el otoño de 1998, encontrando una variante algo más asequible, bautizada como El Niño. Más de 800 metros de roca poco piadosa con dificultades de octavo grado. Una barbaridad.
Ahora, gracias a las yemas del canadiense Sonnie Trotter, la línea ha visto su primera ascensión en libre y en el día. Sonnie investigaba las posibilidades el pasado año junto a Alex Honnold, encontrando otra variante más directa por los sospechosos diedros finales, que han llamado Pinneapple Express. Sonnie lo ha logrado en un solo intento de 13 horas, encordado a Tommy Caldwell y las dificultades son similares a la variante de El Niño.