Sol de invierno.
El que más calienta, más agradecido cuando sales de las sombras. El camino hacia el Manaslu lo hacemos desde Machitkola, desde lo más profundo del valle. Con un sol de invierno que quema la cara.
Andamos poco y lento, quedan un par de días de aclimatación. Tenemos las primeras horas de descanso desde que salimos de Katmandú. Tras la tormenta para preparar todo para la expedición y la cuarentena hoy el viaje nos ha regalado un pequeño momento de paz y calor.
Simone y Lur descansan al sol, calentando para lo que tienen por delante.
Sol de invierno que regala estos momentos. Sabemos que se acaba, dejará de calentar según cojamos altura.
Los pequeños placeres de la vida, más los exprimo cuando sé que duran poco.