Conseguir un equilibrio perfecto entre un atleta y un fotógrafo está lejos de ser una ciencia exacta. Pero cuando dos de los grandes talentos mundiales se alinean el resultado sólo puede ser impresionante, como es el caso de Rafa Ortíz, icónico y salvaje kakayer, y de Michael Clark, fotógrafo que aúna todas las virtudes modernas de una disciplina que ha encontrado en el outdoor uno de sus grandes escenarios. El dúo habla en esta entrevista sobre su colaboración, creatividad y cómo adaptarse a la personalidad de cada uno, sobre todo cuando el trabajo les lleva a situaciones ciertamente peliagudas...
Sobre la fotografía que abre este artículo, finalista del Red Bull Illume en 2019... ¿cómo fue el proceso para lograr algo tan espectacular?
Rafa Ortíz: Mi parte de la ecuación fue sugerir la localización, que era mucho más importante que mi propia performance. Michael se centró en la parte artística, en la creación de la fotografía: lograr la luz adecuada, el enfoque just... ¡después simplemente fue darle caña!
Sí Rafa, pero tu también debes tener nociones de fotografía para saber que es lo que está buscando Michael... Imagino que eso ya lo tienes ganado tras tantos años trabajando con los mejores del mundo...
Rafa Ortíz: Lo cierto es que cuando estoy en el kayak tiendo a ver las cosas desde un ángulo distinto, pero si que es crucial que el atleta entienda que se quiere conseguir. En cualquier caso, la decisión última siempre es del fotógrafo, que es quien decide cuando dispara. Pero tienes razón en que he aprendido mucho y eso facilita las cosas, sobre todo a la hora de ser capaz de auto-producir material...
¿Podrías explicarnos el proceso creativo de esta imagen Michael? ¿De la idea inicial a la imagen final, cuánto hay de ciencia y cuánto hay de arte?
Michael Clark: Todo comienza hablando con el atleta: les explico que es lo que estoy buscando y ellos me dicen cómo y dónde puedo lograr ese tipo de imagen. Una vez que tenemos la localización, las condiciones pueden variar muchísimo en la naturaleza, así que debemos ajustarnos a eso. Por ejemplo, para esta imagen con Rafa, los niveles de agua estaban mucho más alto de lo normal en el río. Nuestro plan pasaba por rapelar justo debajo de la cascada, algo que parecía bastante arriesgado debido a las codiciones, pero Rafa encontró la manera y fuimos capaces de lograr una magnífica situación. Fue como rapelar a un planeta diferente. El resultado fueron imagenes muy sorprendentes; además de lo que queríamos conseguir, también sacamos imágenes muy diferentes a lo que habíamos planeado durante meses. El resultado fue una de las mejores fotografías de mi carrera.
¿Cómo escogisteis la cascada para esta fotografía en concreto?
Rafa Ortiz: En este tipo de fotografías siento que la responsabilidad para que quede impactante es siempre mía, sobre todo porque deseo mostrar la realidad de este deporte. Pero para ayudar a la motivación y el ambiente quería que el lugar incluyese cierto desafío deportivo para el equipo de producción. Te sientes un poco raro cuando vas a hacer un trabajo a una cascada impresionante, pero todos han llegado hasta allí desde un parking a dos minutos de distancia...

También hay un elemento de creatividad en la forma en que superas esa sección, ¿hablas sobre ello con el fotógrafo?
Rafa Ortiz: Hay que intentar ser bueno trabajando con fotógrafos, no sólo hacer tu parte sino comprender su punto de vista. Eso ayuda mucho. Ellos pueden ser conscientes del momento que capturan, pero quizá tu movimiento o añadir un extra de gestualidad puede haer que la foto sea todavía más impactante. Cada detalle es importante en una fotografía como esta.
¿Y eso te resulta sencillo? ¿Te distrae en algún momento?
Rafa Ortiz: Supongo que para todos es igual, para un biker, un escalador, o un patinador... Hay que encontrar un buen equilibrio entre tu actuación y la creación de contenido, y eso es un fenómeno interesante que sucede cada vez y en el que vamos aprendiendo juntos.
Cuándo trabajas con los atleas, ¿qué necesitas por su parte y que deseas que logren?
Michael Clark: Por supuesto uno desea que estén en su mejor forma y pongan toda su energía en la foto. Espero que vengan a la sesión tan excitados por el trabajo como yo, ya que el contenido que logremos puede tener un gran impacto positivo en su carrera y en la comunidad. La verdad es que la mayoría de atletas profesionales entienden esto perfectamente y siempre están súper motivados por trabajar con fotógrafos profesionales para crear imágenes únicas e inspiradoras. Todos queremos estar orgullosos de lo que hemos logrado.

¿Ha cambiado tu relación con los fotógrafos durante los años?
Rafa Ortíz: La relación ha madurado. Cuándo era pequeño, con 12 o 13 años, hice una de mis primeras producciones con Red Bull y me sentí fatal porque pensaba que el director me odiaba. Yo era un pesado. Es divertido mirar atrás y ver como todo ha cambiado. Ahora tengo una idea de lo que querían lograr... imagino aquel director lidiando con un chaval como yo...
Desde la perspectiva del fotógrafo, ¿qué consejos darías a la hora de trabajar con los atletas?
Michael Clark: Que mantengas una conversación fluida y constante sobre la imagen que quieres lograr, siempre poniendo por delante la seguridad del atleta y el equipo. También debes conocer bien el deporte que vas a fotografíar, lo mejor que puedas, investigar... esa la forma de lograr ideas creativas y novedosas. Y, desde luego, escuchar y aceptar que quizá el atleta tiene mejores ideas que tú...
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