Los Pou firman una primera ascensión en el Huamashraju

Los hermanos alaveses ponen a prueba su aclimatación en la cara sur del Huasmahraju Este (5.350 m), donde inauguran la vía “¡Viva Perú Carajo!”

Hermanos Pou

https://youtu.be/en6TueyCcww

Tras una semana de aclimatación en los nevados Mateo de 5.120 m y Vallunaraju de 5.686 m, los hermanos vitorianos acometen con éxito su primera gran escalada del verano, y ascienden por primera vez la cara sur del Huasmahraju Este de 5.350 m. Bautizan la nueva ruta con el nombre de “¡Viva Perú Carajo!” M7/80º/600 m en honor a los buenos momentos que les ha hecho pasar siempre el país andino. El M7 corresponde a la alta dificultad que tiene un tramo en el que hay que escalar con piolet y crampones sobre la roca, los 80º nos hablan de la inclinación máxima en escalada en hielo, y los
600, son los metros de ascensión de la nueva ruta.

La vía es enteramente en escalada glacial (piolet y crampones), y sigue de una manera elegantísima las pequeñas lenguas de hielo que colándose entre la roca atraviesan toda la pared como si fuese una tela de araña. Abierta en estilo alpino y en un solo intento de quince horas consecutivas de campo base a campo base, exigió lo mejor de los Pou.

”Hay que tener en cuenta que es una Cara Sur, lo equivalente a la Cara Norte de nuestro hemisferio, y a 5.000 m de altura, por lo tanto un lugar muy frío, lo que en el lenguaje alpinistico llamamos una nevera. En total fueron siete horas de escalada. La primera por una rampa de nieve sin encordar, y las otras seis de escalada muy vertical. Pasamos mucho frío porque en ningún momento subimos de -15o, y con el viento que nos castigó, la sensación térmica fue aún menor. Los largos son espectaculares sobre finas planchas de hielo adheridas a la roca con alguna sección de mixto. De una manera creativa y sorprendente tuvimos la suerte de descifrar la pequeña telaraña blanca que en un mundo de roca nos llevó hasta la cumbre. A las 14:30 alzamos los brazos exultantes en lo más alto del Nevado Huasmahraju Este. Estábamos a 5.350 m y un mundo de montañas y quebradas se abría a nuestro alrededor: La cara norte del Cashan de 5.686 m que escalamos por primera vez nosotros mismos en el 2.019, la mole imponente del Huantsan, a nuestra espalda el Huascarán, rey de la Cordillera Blanca... Pero había que descender, nos quedaban seiscientos metros de rapeles por delante en un terreno virgen que desconocíamos, ya que nos tirábamos por la vertiente contraria a la que habíamos ascendido. Nos asomamos y comenzamos a gritar, porque por esta cara venían escalando nuestros amigos Manu Ponce y Micher Quito, que abrían otra nueva ruta por esta vertiente de roca. Los teníamos a apenas un largo de la cumbre, metidos en la sombra y pasando mucho frío. Fuimos bajando hacia ellos y adelantándonos para montar los rapeles, porque sabíamos que llevaría mucho trabajo. Al fin y al cabo, descender cansado por un terreno virgen puede ser tan difícil como ascenderlo. Nos alcanzó la noche mientras buscábamos bloques desde los que rapelar e íbamos montando reuniones de fortuna. Exhaustos y envueltos en la oscuridad helada alcanzamos el suelo. De aquí a nuestras tiendas de The North Face fue dejarse caer en busca de un refugio que nos dejase reposar nuestros cuerpos maltrechos”, relatan los hermanos alaveses.

”Creemos que estamos ante lo que será un clásico: La ruta es de inmensa calidad, y además, a diferencia de la mayoría de las escaladas glaciares de la Cordillera Blanca, que son bastante peligrosas por la caída de seracs y trozos de hielo de la parte superior, esta es una línea muy segura más propia de Pirineos o de los Alpes; también hay que tener en cuenta que es una montaña que a nivel de acceso queda relativamente cerca de Huaraz y la aproximación tampoco es especialmente dura”. Por todo ello los Pou están convencidos que con el tiempo acabará siendo una escalada perseguida por los andinistas que se acercan a esta cordillera. ”Se te queda muy buen sabor de boca cuando te das cuenta de que has creado algo que perdurará en el tiempo”, se reafirma la cordada, orgullosa de lo conseguido.

Otra apertura más por lo tanto para los Pou, que no nos dejan de impresionar con su enorme currículum en el alpinismo de exploración. ¿Serán capaces de sorprendernos aún más este verano? ¡Conociéndolos, a buen seguro que lo intentarán!

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