Free Hugs: Regalando abrazos por el mundo

Un viaje de 74 días de Valencia a Moscú. 6000 kilómetros y 10 países.

Ana S. Diéguez

Free Hugs: Regalando abrazos por el mundo
Free Hugs: Regalando abrazos por el mundo

Roberto es un chico viajero que acaba de hacer realidad su sueño de llegar a Moscú en bicicleta. Pedaleando desde Valencia hasta Moscú, va regalando abrazos por todos los países que atraviesa dibujando sonrisas en personas desconocidas que le obsequian con su hospitalidad.

¿Cómo surge la idea de ir en bicicleta a Moscú?

Este es ya mi tercer viaje. Como ya llevaba 8 meses viajando en bicicleta por Europa me pareció un momento excelente para ir a Rusia porque tenía ganas de conocer Moscú y San Petersburgo. Siempre he tenido ganas de viajar a Rusia y ahora con el mundial me pareció un momento único e irrepetible para conocer a gente de todas partes del mundo, y aprovechar que el país iba a estar más abierto al turismo.

FOTO: Roberto Fernández

¿Cómo se prepara la maleta para ir en bici a Moscú?

Cuáles son las cinco cosas básicas que metes siempre en la mochila:

¡Elegir cinco cosas es complicado! Pero bueno, lo voy a intentar. La tienda y el saco de dormir por supuesto. Poca ropa de verano y de invierno o de la estación en la que viajes. Un impermeable por si acaso y por último herramientas básicas para arreglar la bicicleta.

¿Tienes patrocinadores?

No tengo ninguno porque básicamente no quiero perder el tiempo buscando patrocinadores ya que luego pueden querer modificar el viaje o decirme cómo, qué y cuándo tengo que hacerlo. Si alguna vez me viene algún patrocinador y me gusta lo aceptaré pero no voy a buscar patrocinadores grandes como mucha gente me dice porque no van con mis valores. Yo estudié ciencias ambientales, soy vegetariano casi vegano y el único que me regala las zapatillas veganas para que le haga publicidad en redes sociales es una empresa de Elche de zapatillas ecológicas que se pueden reciclar y una parte de los beneficios los destinan a una asociación de protección animal.

FOTO: Roberto Fernández

¿A qué destinas lo que recaudas?

Lo que destaco de mis viajes es que regalo abrazos gratis y es lo que me diferencia de los demás bici viajeros. Disfruto regalando abrazos por muchas razones. Entre ellas porque es muy bueno para la salud y ¿por qué no dedicar un poco de mi tiempo libre a mejorar el día a algunas personas? Además, es una forma de devolver la hospitalidad a toda esa gente que me he encontrado en el camino y que me ha ayudado de alguna forma. En esta ocasión, como en mis anteriores viajes también estoy apoyando a la una asociación de Valencia Volunteer Map que hacen voluntariados internacionales en Uganda, Gana y Nepal. La mitad del dinero que recaudo lo destino a ellos. En el primer viaje conseguimos recaudar unos 1,100 euros aproximadamente y ahora en este viaje llevamos 400 euros y a la espera de recontar el dinero recaudado en la ultima parte del viaje.

¿Prácticas deporte habitualmente?

He jugado al fútbol toda mi vida hasta los 25 años cuando empecé a estudiar el máster y por falta de tiempo lo tuve que dejar, pero soy una persona deportista aunque nunca he sido un aficionado a la bicicleta.

¿Tienes idea de repetir esta experiencia?

Si. Ya llevo un año desde que me monté en la bicicleta. Ahora voy a volver en avión a Valencia, voy a vender la bici aquí y quiero viajar por España y Portugal y probablemente continuaré por el norte de África y Marruecos dirección este hacia Turquía y luego ya veremos el resto.

¿Hasta ahora cual ha sido el momento más duro?

El más duro ha sido en Letonia porque llevaba una acumulación de momentos complicados en los que mi anterior bicicleta me dio muchos problemas. Era una bici básica de Decathlon de 160 euros, ni siquiera de viaje y con 10,000 kilómetros a cuestas no aguantó más. Al final me decidí a comprar una bicicleta de cicloturismo de viaje en Polonia que me costó un poquito más y que supuestamente iba a ser mejor.

Sin embargo he tenido muchos problemas con los radios de las ruedas hasta que di con el problema y cambié la rueda entera. En esta nueva bici he gastado mucho dinero porque cuando la llevaba a arreglar en Polonia, en Lituania y en Estonia les decía que por favor revisaran todos los radios pero no lo hacían. De forma que yo les pagaba lo que me decían pero como no hacían bien su trabajo a los pocos días se me volvía a romper. Imagínate lo que suponía tener que empujar una bicicleta de 60 o 70 kilos.

¿Y el más divertido?

Podría decirse que la cara de la gente cuando te ven con la bici y les dices que vienes de España y no se dan cuenta que viajas en bicicleta. Cuando les explicas que has llegado hasta allí en bicicleta les cambia la cara y dicen ¡No puede ser! Hay un momento en el que surge una conexión muy fuerte y si alguno de ellos ha viajado de forma barata por el sudeste asiático o por Sudamérica a veces te invitan dormir y sin ninguna duda intentan ayudar para que el viaje te sea más fácil.

FOTO: Roberto Fernández

¿Qué es lo que más echas de menos?

Como echar de menos se echa de menos el poder ducharte un poquito más a menudo, porque a veces son 3, 4 a veces incluso 5 o 6 días sin poder ducharme.

¿Cuál ha sido la duración del viaje?

En total han sido 74 días de Valencia a Moscú. 6000 kilómetros y 10 países: España, Francia, Suiza, Alemania, Austria, Republica Checa, Polonia, Lituania, Letonia y Rusia.

¿Qué es lo más importante que has aprendido de esta experiencia?

Lo que más destaco cuando la gente me pregunta es la hospitalidad que se encuentra en el camino cuando viajas así y te expones tanto a las inclemencias climáticas. La gente no quiere que duermas así y te ofrecen sus casas sin conocerte de nada. Pero en realidad, muchísima gente me ayuda en miles de formas distintas ya sea hablando conmigo para que les explique que esto es un estilo de vida y que se puede hacer. Se puede ser muy feliz viviendo libre, sin jefe… Decidiendo lo que quieres hacer en cada momento. Es posible y ya hay mucha gente que lo hace. Hay muchos bici viajeros.

¿Cómo podemos seguir el recorrido que estás haciendo? ¿Lo subes a las redes sociales?

Sí. Lo subo a redes sociales. Mi Instagram y Facebook se llama Travel Hugs. Creo que es algo muy bonito y me gusta compartir lo que hago.

Destacaría un momento en mi primer viaje cuando una mujer en las ramblas, dos semanas después de los atropellos, se me acercó y leyó mi cartel. Como me pareció que no entendía ingles le di la vuelta y lo leyó en español. Me preguntó si me podía dar un abrazo y le dije que claro que era gratis. Me dio un abrazo muy largo y muy sentido. Luego se separo y me pregunto si me podía dar otro y le dije que claro. Cuando se separó del segundo abrazo estaba llorando bastante y entendí que probablemente conocía a alguien de ese accidente. Le pregunté y me dijo que no. Era la primera vez que pasaba por las Ramblas pero me dijo que tenía los sentimientos a flor de piel. Y que le había encantado poder abrazar a alguien en ese momento.

FOTO: Roberto Fernández

Nos puedes regalar alguna anécdota… aunque imagino que habrá muchas…

Estaba al norte de Polonia y me había gastado todo el dinero. Me quedaban 150 kilómetros para llegar a Lituania y estaba comiendo algo al lado de un supermercado. De repente se me acerca una mujer con su hija y me pregunta si soy el chico de la bici. Le digo que si y me preguntan que dónde voy a dormir. Le digo que no lo sé que ya buscaré algún sitio. La mujer me dice que es peligroso acampar en Polonia y me ofrece dormir en la terraza de su casa. De camino a su casa íbamos hablando y yo la notaba muy nerviosa y me dijo “espero que no seas ningún ladrón".

Ya en su casa me pregunta si tengo ropa para lavar y le digo que un par de camisetas y un calzoncillo. La mujer me dice que lo lave a mano que sale mejor. Yo le digo que nunca he lavado a mano pero me dice que es muy fácil y hago lo que he visto en las pelis… Cuando viene la señora y ve el barreño con la primera camiseta y todo el agua marrón porque estaban asfaltando las carreteras que son de tierra y me había puesto perdido de polvo me dice horrorizada “¡Nooooo si estás lavando la primera camiseta y el agua ya está marrón!" Yo me quedé súper cortado con cara de...lo siento y ordena “¡ A la lavadora"! Al día siguiente nos reímos mucho juntos de ese momento.