Es el momento, no lo dudes. Dar el primer paso hacia el esquí o el snowboard fuera del terreno domesticado de las estaciones de esquí siempre es el comienzo de una gran aventura. Sí, el esquí de montaña es un deporte duro, pero las satisfacciones que da a cambio del sufrimiento -cuyas dosis siempre está en nuestra mano regular- son innegables para cualquier montañero y/o esquiador que las viva. Si sois novatos, estos son cinco consejos para vosotros para disfrutar un poco más de esa primera –y seguro que memorable- jornada en el “backcountry”.
FOTO: Gonzalo Manera
1. Zancadas cortas.
Efectivamente las zancadas largas son más eficientes en terreno llano, pero a medida que se inclina pasamos a desafiar a la gravedad empujando un gran peso, y los pasos cortos nos facilitarán mantener un ritmo más continuo y relajado. Y creednos, hay que guardar fuerzas para el descenso ¡y la vuelta!
2. Olvidad lo aprendido.
Si venís del esquí alpino tendréis que renegar de vuestra intuición adquirida a lo largo de años de deslizaros por pistas. Tanto en los ascensos como en los descensos. Y esto no significa que la base que traigáis no vaya a servir de nada… ¡al contrario! En los ascensos tendréis que acostumbraros a progresar cambiando ligeramente el peso y la postura, y confiar en las pieles de foca y la fijación. Y en los descensos –salvo que tengáis una estrella en el culo- lo normal es que en un mismo descenso encontréis varios tipos de nieve, y tendréis que aplicar distintas técnicas según os las encontréis… ¡olvidaros de las superficies homogéneas de las pistas!
3. Haz la mochila juiciosamente.
Con la experiencia se aprende a hacer la mochila de la forma más minimalista y eficiente posible. Primero porque querréis evitar cargar con mucho peso, y segundo porque no querréis tener que sacar todo el contenido cada vez que necesitáis la cantimplora, la crema solar, el gorro…
4. Ante todo, mucha calma.
Tranquilos. Perder la serenidad en algunos momentos delicados nos puede pasar a todos. Y más cuando quizás te veas por primera vez progresando por terreno de alta montaña o antes de lanzarte a un descenso salvaje. Respira. Disfruta de la calma y de las vistas. Es parte de las sensaciones que recordarás (y que probablemente busques a partir de ahora).
5. Follow the líder.
Damos por hecho de que vais con un Guía titulado, o por lo menos con un compañero más experimentado. Escuchadle. Imitadle. Preguntadle. Seguidle. Es Buena parte de nuestra seguridad “ahí fuera”. Y no olvidéis invitarle a una cerveza al regresar.
Extra
Poner y quitar pieles, utilizar ARVA, pala y sonda, ajustar las fijaciones, preparar la mochila… El primero suele ser un día de sobre-información. Para retenerla mejor, nada como seguir practicando lo más a menudo posible. Y sobre todo ¡tengan cuidado ahí fuera!