
La fiebre del oro blanco
Skimo & Splitboarding en Japón
Japón: la mejor nieve del mundo
Cuando pensamos en un viaje de esquí de montaña, soñamos con grandes montañas, sugerentes líneas y canales, vistas panorámicas, cálidos refugios y buena compañía. Pero especialmente con nieve polvo. Mucha. Si es seca y ligera mejor. Pero mucha. Y ese es precisamente el factor que ha hecho que Japón, y sobre todo su isla del norte Hokkai¬do, se haya convertido en un absoluto referente para freeriders de todo el planeta.
Skimo & Splitboard Hokkaido
Hokkaido
Japón siempre ha estado ahí. Sus míticas condiciones nivológicas no son ninguna novedad, por lo menos para los que lleven desde los años 80 y 90 visionando vídeos de esquí y snowboard, en los que casi nunca solía faltar un segmento entre sus característicos bosques colmados de nieve polvo seca y ligera. Unas imágenes que han sembrado semillas de deseo en prácticamente todo esquiador y snowboarder. Pero que en los últimos años no han hecho más que multiplicarse, porque ahora sí que –con la explosión de exposición mediática en redes sociales- estamos asistiendo a una auténtica fiebre del oro blanco, que está situando a Japón, y más concretamente la isla de Hokkaido, como el santuario de destino de una peregrinación de entusiastas del freeride de todo el planeta.
¡Muy bestia!
“¡Muy bestia!" Creo que nunca en mi vida he pronunciado más veces esta frase. Desde que aterricé en el aeropuerto de Sapporo, hasta el mismo día que volvimos a casa una semana después. Y es que no im¬porta lo acostumbrados que estemos a haber visto paisajes nevados. Lo de Hokkaido es ¡muy bestia! Y no hace falta subir a las monta¬ñas para comprobarlo. Las carreteras, los pueblos y las calles están inundados de nieve. Tanto es así, que las máquinas y excavadoras de nieve forman parte del paisaje urbano tanto como las casas: manua¬les, a motor, pequeñas, medianas, grandes, enormes… No pasan diez metros sin que se vea alguna en acción, así como a los dueños de las casas paleando nieve estoicamente con sus palas en los caminos de entrada a sus domicilios, seguramente una acción que tienen que repetir varias veces al día.
Driving Hokkaido
Konayuki
Nieve polvo, en japonés. Y como ya os he contado, en Hokkaido, abunda. Desde comienzos del otoño hasta bien entrada la primavera la cercana región de Siberia oriental escupe masas de aire frío de una forma constante hacia la isla. En el estrecho del Mar de Japón se cargan de agua que luego expulsan en la geografía de la isla en forma de nieve. Una media de 18 metros cada año. Sorprendentemente, además, seca y ligera. Obviamente, el clímax llega en invierno, durante el cual es posible que la frecuencia sea tal que no deje de nevar en días o incluso semanas. Constantemente. Día y noche. Durante una semana del mes de febrero sólo vimos el sol en pequeños intervalos de entre cinco segundos y cinco minutos. Y no hubo un solo día, ni una sola noche, en la que no viésemos nevar con menor o mayor intensidad. Una auténtica orgia. Un pasote. Muy bestia. Así que dad por hecho que vuestras plegarias serán escuchadas. Podréis tener otros “problemas": el frío, las gafas empañadas, la visibilidad, un guante calado, la batería de la cámara, el encerado de las tablas, o que no sepáis pedir cerveza en japonés; pero por la nieve, os aseguro que no hay que preocuparse. Aunque esto también conlleva que para muchos esquiadores que no sean unos auténticos fanáticos del “Kona¬yuki", las condiciones no sean las más deseadas, y tener en cuenta que el precio de deslizarse constantemente sobre nieve polvo es justamente ese: hace frío, hay poca visibilidad y, por supuesto, hay que estar muy acostumbrado técnicamente a la nieve virgen profunda, muy profunda. Por cierto, cerveza en japonés de dice “Biru".
Konayuki

Las montañas
Por otro lado, no todo son buenas noticias: aquellos que entre vuestras preferencias estén las grandes y empina¬das pendientes, no es vuestro sitio. Las montañas, por norma general, tienen una suave orografía. Aquí la técnica no tendréis que aplicarla en giros al límite en estrechos couloirs, o controlando la velocidad en escarpadas palas. La técnica aquí se resume en dos aspectos: mantener la velocidad en profunda nieve polvo, y dominar los giros cortos para deslizarse entre bosques frondosos. A veces una. A veces la otra. Y a veces, las dos a la vez. Vamos por partes.Por norma general, no hay que buscar demasiado para dar con buenas zonas para ponerse las pieles. Basta con un mapa de la zona –y un vistazo a donde quiera que mires incluso- y algo de intuición y experiencia para interpretarlo y dar con buenos spots. Sin embargo sí que hay que estar muy atento a la situación de las carreteras, ya que aunque están preparadísimas para funcionar en condiciones casi apocalípticas, a veces, algunas están cerradas. Pero para eso, y otras muchas cosas, están los guías ¿verdad? Hugo ya había reconocido la zona las suficientes veces como para ir a tiro fijo cada mañana. Y cada mañana era un nuevo comienzo en el que variaba el escenario, pero no las condiciones: Konayuki. Por lo general, tanto los ascensos como los descensos no superaban los 500-600 metros de desnivel, y transcurrían normalmente por el paisaje que todos tenemos idealizado de Japón: bosques que parecen sacados de un cuento de animación japonesa, en los que juega un papel clave la capacidad de anticipación para sortear árboles en el descenso. De vez en cuando accedíamos a zonas más despejadas, con enormes lienzos de nieve esperando nuestras pinceladas. La excitación se palpa desde el primer momento. Ya en el ascenso se fantasea con el potencial de líneas de descenso. El ardor crece en el momento de quitar las pieles. El sonido de las fijaciones. Tres, dos, uno ¡voy! Se escuchan gritos de alegría. En los escasos y siempre breves intervalos en los que el sol se asoma, aunque sea tímidamente, la alegría se torna en euforia. ¡Pero cuidado! La euforia puede jugarte una mala pasada si te impide mantener tus sentidos alerta ante los dos peligros en el descenso: intentar encontrar la máxima línea de pendiente (sobre todo los snowboarders), y sortear con éxito todos los árboles (sobre todo en las cotas bajas que son más numerosos). En caso de perder la velocidad, o en caso de caída, la cantidad de nieve puede ser tan ingente que salir a flote y volver a deslizar se puede convertir en una ardua tarea. Si además tenemos la mala fortuna de perder algo en la nieve, como por ejemplo un esquí, no dudéis que tendréis que hacer uso de vuestras sondas para encontrarlo ¡y no os llevará poco tiempo!
Skimo en Hokkaido
La joya de la corona
Niseko es la culminación de todos los sueños porno de un amante de la nieve polvo. Con casi mil metros de desnivel es, además el lugar en el que encontrar una buena variedad descensos en distintos terrenos, entre los que -una vez más- destacan los espesos bosques y las vistas al magnífico volcán Yotei, cuyas laderas son un auténtico reclamo para cualquiera… Aunque sólo en los lado-pistas encontraréis buenas y divertidas opciones, lo más recomendable es acudir a alguna de las 10 puertas que dan acceso a variado terreno fuera de pista. Numeradas del G1 al G10, cada una es la puerta de entrada a un paraíso de giros con nieve por la cadera, aunque cada zona encierra algún que otro peligro que, por otro lado, están bien reseñados en el folleto de zonas de fuera pista que reparten en cualquier taquilla de la estación. Así que abrochen bien todas sus capas, cierren las cremalleras, ajusten las gafas de ventisca, estiren músculos ¡y listos para la acción!
Snowboard en Niseko, Hokkaido
Niseko United
Si las comparamos con las estaciones europeas o americanas, las estaciones de esquí en Hokkaido son, por norma general, pequeñas. Incluso muy pequeñas en bastantes casos. Sin embargo, cuatro estaciones (Grand Hirafu, Hanazono, Niseko Village y Annupuri) que compartían una las laderas del volcán Niseko Annupuri, de 1.308m. de altitud, se unieron para crear un solo dominio que hoy en día es la joya de la corona de las estaciones de esquí en Hokkaido: Niseko United. Y aunque el nombre parezca el de un equipo de futbol, lo cierto es que las únicas porterías que vais a encontrar allí son las que dan acceso al terreno fuera de pista… En nuestro grupo, no contentos con las excursiones diarias al backcountry de la zona, las jornadas se completaban con escapadas a la estación más famosa de la isla. De hecho, como hace el programa de viaje de Muntania, probablemente sea el mejor Campo Base para articular a su alrededor las distintas excursiones al backcountry de los alrededores. La única pega es que Niseko ya no es un tesoro por descubrir, y obviamente el número de esquiadores y snowboarders disputándose las mejores líneas aumenta considerablemente respecto a los que te encuentras en el backcountry, y por tanto hay que estar mucho más atento y rápido para desvirgar laderas. Eso sí, aunque parezca increíble, es posible que por la noche (que también abren algunas zonas de la estación) muchas laderas vuelvan a estar cargadas con nueva y fresca nieve caída a lo largo del día… ¡su media de precipitaciones anuales es de 15 metros! Otro de los puntos que hay que tener muy en cuenta es el respeto a los límites del terreno esquiable, ya que en Japón son muy estrictos con el tema. Las zonas fuera de pista están muy bien marcadas, y salirse de ellas supone una retirada del forfait asegurada. De verdad que no merece la pena, si buscáis más terreno del que os pueden aportar las diferentes puertas: ¡a patear!
Niseko United

Yotei
¿Se puede esquiar esa montaña? Cualquiera que haya ido a Hokkaido y haya visto el volcán Yotei seguro que se ha hecho esa pregunta. Erguido sobre campos de cultivo anegados de maná blanco, y normalmente escondido por las nubes, el Yotei es un volcán dormido que cuando se muestra ejerce un magnetismo absoluto por todo el que lo ve. Por su parecido al conocido Monte Fuji, es una de las montañas más conocidas de Japón. Y da igual la cara que veamos, sus laderas son un reclamo de lo más seductor. Después de varios días en la zona, y con los músculos ya calientes después de unas cuantas jornadas de pateo, llegó el momento de acudir a su llamada e intentar llegar hasta su cráter, cuyo punto más alto está a 1.898 metros.
Yotei

Sabuesos de powder
Después de un bonito (y divertido) viaje de varias horas en coche, llegamos a la zona de Furano, en la zona central de la isla. Una región conocida en todo el mundo por sus coloridos y fotogénicos paisajes de campos de lavanda en verano, y cada vez más por sus posibilidades invernales para esquiadores alpinos y de montaña. Una zona eminentemente agrícola en el que abundan las granjas, y que permite acercarse a un modo de vida muy rural en el corazón de Hokkaido. Aunque en la zona hay varias estaciones conocidas y que merecen una visita como Furano, no queríamos volvernos sin intentar ascender hasta la cima más alta de la isla: Asahi-Dake, con 2.291 m, en pleno Parque Nacional Daisetsuzan. Una montaña que es un atractivo de primer orden para el freeride, ya que su situación más continental y su altura, hacen que la nieve se mantenga todavía más fría y seca que en otras zonas como Niseko. O sea: un reclamo para sabuesos de nieve polvo de todo el planeta. Para más inri, la montaña cuenta con un teleférico que nos ayuda con 500 metros de desnivel, desde donde podemos seguir ascendiendo con las pieles, o si tenemos el día tonto usarlo una y otra vez hasta que nos atragantemos de comer nieve polvo. Literalmente. Eso sí: definitivamente no es un área para esquiadores principiantes o de nivel intermedio, ya que las únicas zonas marcadas son huellas de retrac para facilitar el acceso a las zonas salvajes, que en su mayor parte son boscosas. Si tenéis suerte y disfrutáis de buena visibilidad, quizás os sorprendan algunas fumarolas expulsando vapor de las entrañas de la montaña. Una visión casi extraterrestre.
Sabuesos de powder

Exótica y sugerente cultura
Se dice que aterrizar en Japón es casi como hacerlo en otro planeta. Y precisamente esa sensación de radical exotismo es otro de los puntos fuertes de este singular viaje. Porque todo lo que gravita alrededor de nuestra pasión por la nieve y el esquí de montaña, es una suma de atractivos que hacen que el viaje gane enteros. Desde la exquisita comida japonesa, que es posible degustar evidentemente en muchos restaurantes de la zona (bastante económicos comparado con los precios en España), pero también en su versión más casera en alojamientos rurales o en los albergues, incluso cocinada por nosotros mismos después de las siempre entretenidas visitas a los supermercados (¡hay incluso visitas guiadas para extranjeros!). Albergues y casas rurales, dos opciones de alojamiento sin duda más recomendables que los hoteles para poder empaparse un poco más de los modos de conducta japoneses, de su exquisita educación y amabilidad, así como de los inevitables malentendidos y confusiones culturales que seguramente se dan en distintas situaciones (¡cuidado en los peajes!). Por otro lado, sería imperdonable no volver sin disfrutar de una o varias sesiones termales: los famosos Onsen. Aunque en esencia no se diferencia de cualquier otro baño termal, los usos japoneses os harán sentir que nunca habíais disfrutado de uno igual. Eso sí, aquellos que estéis tatuados, os quedaréis con las ganas, ya que los tatuajes están prohibidos por su relación con la mafia japonesa. Una última recomendación: visitar un Pachinko y alucinar con el surrealista ambiente de una sala de juegos japonesa.
Exótica y sugerente cultura

Sueños cumplidos
Cuando pensamos en Japón soñamos con ondulantes palas de ingente nieve virgen y bosques de ensueño. Un auténtico Valhalla para guerreros del esquí de travesía, splitboard y freeride. Y es verdad: Hokkaido, Japón, es como ningún otro lugar del planeta. La magnitud de las nevadas que caen constantemente del cielo es sencillamente alucinante. Y considerando lo ligera y seca que es, las acumulaciones son sencillamente de locura. Necesita verse para creerse. Un viaje para cumplir vuestros sueños cada día. Muy bestia.
Sueños cumplidos

CON QUIÉN
La agencia Muntania viaja una vez al año a la isla de Hokkaido con un programa de esquí de montaña / freeride. El viaje alterna las salidas al backcountry de esquí de travesía sesiones de una o media jornada en distintas estaciones de Hokkaido. En función del nivel del grupo y de las condiciones meteorológicas se eligen las distintas opciones de cada día. El viaje –de 11 días de duración- suele programarse entre enero y abril y componerse por grupos de entre 2 y 7 personas. Los alojamien¬tos son en típicos (y extremadamente limpios) albergues japoneses con literas, así como en casas rurales. Tel.629 37 98 94 info@muntania.com muntania.com
NIVEL
Físicamente hay que estar preparado para una intensa semana con dos o tres ascensiones al día de no más de 600 metros de desnivel. A veces, en una misma jornada se combina esquí de travesía con esquí en estación (incluso de noche después de un día de pateo…), siempre en función de las condiciones meteorológicas y del nivel del grupo. Técnicamente es imprescindible saber desenvolverse con soltura en nieves profundas o muy profundas. Desde luego, el viaje es como hacer un master en powder. Los splitboarders deben tener en cuenta que las líneas de descenso pueden variar respecto a las de los esquiadores, para buscar ¡más aun! las líneas de máxima pendiente. Eso sí, por si acaso, tened los bastones siempre a mano…
MATERIAL
Las condiciones meteorológicas y nivológicas implican llevar una equipación lo más técnica posible. Frío, viento y nieve, mucha nieve, serán constantes. Por supuesto cuanto más ligeras, transpirables e impermeables que sean las capas mejor. Y el equipo duro en perfecto estado de revista. Sin duda es un viaje en el que pondréis a prueba todos los detalles técnicos de vuestro equipo. En cuanto al material duro, indispensable el equipo de seguridad (ARVA, pala y sonda) y muy recomendable llevar recambios de guantes e incluso gafas. Más información: en.visit-hokkaido.jp niseko.ne.jp