Los eslovenos dan el golpe

En el último mes, tres cordadas diferentes de eslovenos cosechan un puñado de tesoros alpinos en las principales mecas de la exploración actual. A su abrupto y boscoso hogar se llevan en el zurrón el Xuelian North East, el Pik Byeliy y el K7 entre ot

Jorge Jimenez

En el último mes, tres cordadas diferentes de eslovenos cosechan un puñado de tesoros alpinos en las principales mecas de la exploración actual. A su abrupto y boscoso hogar se llevan en el zurrón el Xuelian North East, el Pik Byeliy y el K7 entre otros.

Que en un país más pequeño que Cataluña y en el que habitan poco más de dos millones de almas se concentre tanta pasión y tradición por las montañas, en casi todas sus vertientes, puede resultar asombroso, pero Eslovenia es una de las potencias permanentes de los horizontes verticales. ¿Les suenan nombres como Silvo Karo, Tomaz Humar o Frank Knez? Pues su legado no quedará huérfano, el futuro está en buenas y curtidas manos.

Manos como las de Ales Holc, Peter Juvan e Igor Kremser, quienes recientemente se llevaban el gato al agua en la última montaña virgen del grupo del Xuelian, un macizo en la cotizada cordillera de Tien Shan, nirvana del alpinismo de aventura. Este trío esloveno inauguraba el Xuelian North East, que se eleva hasta los 6.231 metros. Ya hubo un intento previo a dicha montaña por parte de los muy competentes Jed Brown y Bruce Normand, abortado por las penosas condiciones de la nieve. La cordada de centroeuropa escogía el mismo itinerario ambicionado por los británicos; la refinada arista oeste. Les llevó cuatro días de esfuerzos y una jornada de 36 horas non-stop para alcanzar la cumbre, superando 2.400 metros de recorrido con dificultades de ED2, AI5 y M5 . La bautizaron como Arête of Trust en conmemoración a su amigo, el guía Andrej Magajne, fallecido durante un descenso con esquís el pasado invierno.

Otro equipo de jóvenes alpinistas, formado por Tajek Golob, Blas Grapar, Peter Bajac, Ursa Erman, Alenka Klemencic, Miha Lapanja y Tina Leskosek, se daba un atracón de cimas en el Western Kokshaal-too, enigmática cordillera que se yergue altiva en la frontera de China con Kirguistán, presentando formaciones espectaculares orladas de granito de calidad. Tras establecer un campo base al norte del Kotur Glaciar, la cuadrilla eslovena se embolsaba el Pik Alpini (4.579 m) y el Lvitsa (4.631 m), desde cuya cumbre Klemecic y Lapanja descendían esquiando. Después el grupo se escindiría en dos para seguir su cosecha de cuatromiles antes dar buena cuenta del plato fuerte de la expedición, el Pik Byeliy, de 5.697 metros, que caía al morral de Golob y Grapar tras descifrar los secretos de su arista sur, ruta que contiene una amenazante barrera de seracs. Recorrían 600 metros, cotados como V/4, antes de tocar cielo.

22 y 26 añitos tienen Luka Strazar y Nejc Marcic respectivamente y se han hecho con la actividad más potente de esta crónica, una nueva ruta en el vertiginoso pilar oeste del K7 (6.615 metros), en el Karakorum paquistaní. Montaña y vertiente que inauguraban en 2007 Vince Anderson, Steve House y Marko Prezelj, tres de los mejores alpinistas contemporáneos. Los dos eslovenos escalaban 1.600 metros en estilo alpino enfrentándose a trabas de VI/5, M5 y A2, siguiendo un espolón de roca que lleva directamente a las pendientes cimeras. Sobre ellos Prezelj ha dicho: “Estoy realmente contento por este logro y por esta joven generación, ya que demuestran que el alpinismo clásico sigue teniendo sitio en el futuro”. La ruta de Strazar y Marcic lleva por nombre Dreamers of the Golden Caves, una alusión a la permanente búsqueda de financiación para sus expediciones.