Una pausa en el corazón del invierno

El equipo de Txikon aguarda una meteo benigna en el C2. En el K2 descansan para la acometida definitiva.

Redacción Oxígeno

Una pausa en el corazón del invierno
Una pausa en el corazón del invierno

“Todos nuestros alpinistas están en el campo base. Descansarán antes de seguir luchando”, así explica la expedición polaca en el K2 su intenciones para las próximas jornadas. Denis Urubko y Adam Bielecki regresaban ayer a la seguridad del pie de la montaña tras pasar dos noches en el C3, establecido por encima de los 7.200 metros. Lograron inspeccionar la ruta del Espolón de los Abruzzos hasta los 7.400 metros, la segunda mayor altura alcanzada en el K2 en invierno (la primera en el ranking también estaba protagonizada por Urubko). La cordada logró confirmar las buenas condiciones en la sección que va hasta el Hombro, la planicie situada a 8.000 metros que da paso a la arista cimera y a las complicadas secciones del Cuello de Botella y la Travesía de los Seracs.

Están perfectamente aclimatados y, aunque cansados, se sienten preparados para la acometida final en cuanto llegue una ventana propicia en la caprichosa meteo del Karakorum. Los partes no auguran una oportunidad hasta primeros de marzo. Habrá que esperar para conocer las ambiciones de Wielicki, líder de la expedición, y Urubko (que considera el final de febrero como el final del invierno), para los próximos días.

Adam Bielecki ha aprovechado el descanso para explicar en la web polaca de alpinismo Wspinanie.pl las condiciones que han encontrado en los bastiones superiores del K2 y cómo es seguir a una bestia como Urubko en este tipo de envites.  “Me sorprendieron gratamente las condiciones de la ruta. Quizás porque soy más un alpinista invernal que de verano. Escalé bien; había un poco de hielo y un poco de nieve fresca, pero incluso el estado de las cuerdas era bastante bueno”.  Bielecki, conocedor de la potencia combinada de esta cordada con Urubko, asegura que las dificultades ténicas y la altitud no son un problema de cara a atacar la cima. “El problema es el viento”, advierte. “Un viento de 20 a 40 km/h no nos impresiona. Hasta los 7.000 metros podemos funcionar con un viento constante de 40 km/h y ráfagas de hasta 70. Por encima de eso ya es muy complicado. En el descenso tuvimos ráfagas de más de 80 km/h, que llegaron incluso a los 100. Entonces la cosa se pone muy difícil: cualquier maniobra se complica e incluso es arduo orientarte en la ruta, pues la nieve te cubre los ojos”. En cuanto a su compañero (juntos suman cuatro primeras invernales a los ochomiles del Himalaya), no tiene más que palabras de adulación, como es lógico ante una de las fuerzas humanas más imparables que han conocido los Himalayas. “Todo el mundo sabe que Denis es súper fuerte y súper rápido. Como mucho puedo intentar seguirle el ritmo”. Pues pronto tendrá que volver a hacerlo. Si hay un equipo capaz de doblegar las pirámides superiores del K2 son ellos.

Adam Bielecki lidiando con el laborioso paso de la Chimenea House. Foto: Denis Urubko

Con buena letra en el Everest
Alex Txikon, Ali Sadpara y cinco alpinistas nepalíes comenzaban ayer el ataque a la cima, el único que podrán intentar esta temporada ya que el permiso, según comunicaba la expedición, se les caduca con los últimos días de febrero. Ayer alcanzaban el Campo 2, sobre los 6.500 metros. Están perfectamente aclimatados y motivados, pero todo depende ahora de las condiciones en la montaña. Hoy no se han movido del C2, pendientes de la llegada de una meteo benigna, aunque esta pausa por ahora no cambia los planes de cima, que podría consumarse entre el 24 y el 25 de este mes. “Primera y última oportunidad de hallar la cumbre del Everest en pleno invierno y sin oxígeno artificial. Preveemos cumbre para el 24 o 25. ¡Os necesitamos con nosotros! GO!”, exclamaba el vizcaíno a través de sus redes sociales.