Es su ruta de escalada preferida, la que discurre durante 450 exigentes metros por la vertiente noroeste de esa mole suiza que es el Miroir de l’Argentine. Marcel Remy, con 94 años, ha hollado esa cima clásica en más de doscientas ocasiones. La última, hace sólo unas semanas.
Cuando uno escucha el apellido Remy en los círculos alpinos, inmediatamente se viene a la cabeza la dupla de hermanos formada por Claude e Yves, que durante medio siglo han sido absolutos devotos del alpinismo, abriendo centenares de rutas y ganándose el respeto de la comunidad global y la etiqueta de leyendas en Suiza, su país natal. Su pasión surgía de la influencia de su padre, que los llevaba por primera vez a la montaña en 1960. Casi seis décadas después, los hijos querían rendir un merecido tributo a su padre, pensando en escalar juntos, una vez más, esa montaña severa pero familiar.
Cuando pusieron sobre la mesa, el pasado mayo, la idea de ascender juntos, la respuesta llegaba en forma de mirada entusiasta de su padre… y también algo dubitativa por los riesgos que conllevarían la actividad. Marcel es hoy el miembro más antiguo del Swiss Alpine Club y aunque todavía le queda fuelle para algunas escaladas, había que preparar un entrenamiento adecuado para este desafío. Planearon la escalada hasta el último detalle y encerraron a su viejo más de una tarde en un rocódromo, donde Marcel iba escalando vías cada vez más difíciles. Hikes por la montaña y algunas rutas de quinto grado en la roca natural de Grecia completaban la preparación específica.
Así, en agosto de este año, Marcel y sus icónicos hijos partían hacia la base del Miroir de l’Argentine, que había escalado por primera vez en 1946. La montaña les recibía benévola, permitiéndoles escalar los tres primeros largos, hasta los 1.850 metros, antes de lanzarse a por una variante directa que, tras otros 12 largos, les ponía en la cima a las 15:15 del 22 de agosto. Marcel llegaba exhausto pero feliz. No tenía que reservar demasiadas fuerzas, ya que el descenso lo hacía en parapente junto al profesional Jérémy Péclard.
Una actividad impresionante, reconfortante. Indudablemente una experiencia única, a pesar de sus docenas de ascensiones previas, para la familia Remy. Una experiencia, además, que se puede ver en el documental de la marca Mammut, rodado por Nico Falquet y que os dejamos a continuación. Larga vida… ¡a la vida!