1.200 metrazos son la carta de presentación del Mirror Wall, un colmillo que se levanta orgulloso sobre el fiordo más largo del planeta, el Scoresby Sund, en el noreste de Groenlandia. Su oceánica pared de granito concentra la ambición estos días del británico Leo Houlding, confirmando su pasión por el alpinismo exigente y de exploración, ya demostrada por otra parte cuando en 2009 se acercaba por el Monte Asgard, en la Isla de Baffin, para luchar 12 días con la montaña en una ascensión de vanguardia retratada de forma magnífica por el film The Asgard Project (Alastair Lee, 2009).
Junto a Houlding marchan los escaladores Matt Pickles y Joe Möhle y los cineastas Matt Pycroft y Waldo Etherington, y juntos podrán compartir, en palabras de Leo, “la aflicción y asombro, la alegría y el sufrimiento, los altos y bajos de nuestra estancia en este desierto vertical”.
La ruta que pretenden procura dificultades a la altura de los más severos big walls de Yosemite -valle que Leo Houlding visita con regularidad- y es incluso más larga que el célebre Dawn Wall, liberado en enero por Tommy Caldwell y Kevin Jorgeson en la que será una de las grandes actividades del año.
En sus primeros días de aproximación, entre seracs y campos de grietas, han padecido de una meteo inestable que ha mejorado una vez se han comenzado los trabajos en la pared, de la que restan 400 metros de escalada técnica y progreso lento. Su helicóptero debe recogerles este 28 de julio, coincidiendo con el cumpleaños de Houlding, por lo que sólo disponen de cuatro días antes de iniciar la retirada.
La dificultad y los caprichos de la meteorología no es lo único que se interpone en su camino. “Siento todo diferente. Es mi primera expedición después de ser padre y he notado un cambio claro en mi corazón. Ahora ya no sólo miro hacia la siguiente lengua de hielo o el siguiente agarre, ahora miro hacia las siguientes décadas de mi futuro como padre”, concede el británico. “Definitivamente estoy mucho más pendiente del riesgo. Soy extremadamente consciente de las incontables adversidades a las que mis compañeros y yo nos enfrentamos, con muchos más pensamientos sobre las potenciales consecuencias de que algo vaya mal”.
Dificultad, espacios vacíos del mapa, un viaje interior... Esto es la aventura.
Podéis seguir las peripecias del equipo en Groenlandia en community.berghaus.com/mirrorwall