“No quiero usar sherpas ni tampoco oxígeno artificial. Cuando estás por encima de ocho mil metros y te pones oxígeno a razón de dos litros por minuto es como si estuvieses mucho más abajo. Es como engañarse a uno mismo. No encontraría los valores deportivos y humanos que ando buscando si lo usase”. Boyan Petrov acababa de descender del Manaslu en 2015 cuando dejaba esta pincelada de la ética con la que afronta las montañas. El búlgaro, auténtica estrella alpina en su país, ha desaparecido en el Shisha Pangma. El 29 de abril Petrov lanzaba un intento a la cima en solitario, su estilo habitual. El 3 de mayo, tras varios días en los campos inferiores, ascendía hasta las inmediaciones del Campo 3. Ya no se le volvía a ver.
Uno de sus compañeros de expedición, el húngaro David Klein, ascendía en su busca junto a tres sherpas, encontrando su tienda abierta y llena de nieve. No hay muchas más pistas por el momento. El mayor problema no sería la búsqueda de refugio, sino el alimento, ya que Petrov es diabético, condición que le trajo problemas en el Annapurna y el K2, donde precisó la asistencia de otros alpinistas en la montaña.
En cualquier caso, Petrov es un tipo durísimo. Ha ascendido 10 ochomiles sin usar oxígeno artificial, varios de ellos firmando la primera nacional para Bulgaria, como el Kangchenjunga o el K2. Precisamente con éste último firmaba un récord mundial, al ascender la “Montaña de las Montañas” y el Broad Peak en un sorprendente lapso de 8 días. Ha superado un cáncer y sobrevivido a un terrible accidente de coche. Si alguien en esa montaña puede salir del atolladero, es Petrov. La situación es precoupante, pero no hay que perder la vista de las laderas del Shisha. Cada hora que pase será clave en el estado del búlgaro, cuyos planes para la temporada también pasaban por hacer cima en el Everest.
Su esposa, Radoslava Nenova ha lanzado un mensaje de esperanza a través de sus redes sociales. "Una operación de rescate es imposible por el momento", confirma Nenova, pendiente de los partes meteorológicos en la montaña. "Pero mañana subirán a buscarle. Tengo contacto constante por teléfono satélite. Allí, en la montaña, la gente se vuelve familia y se que harán todo lo que esté en su mano para que esta historia termine bien. Algunas de las amistades más poderosas las he hecho en las montañas, es como una droga...".