¿Vas a pasar las vacaciones en la montaña?

Nuestras 7 recomendaciones para acertar a la hora de buscar plan y destino

Tino Núñez

Vacaciones en la montaña
Vacaciones en la montaña

Julio y agosto marcan los meses de mayor actividad en nuestras montañas, y para la mayoría de las personas el periodo vacacional más largo del año. Nuestras 7 recomendaciones para acertar con tu tiempo libre este verano ponen el acento en elementos críticos no siempre bien sopesados.

 

1. ES MÁS IMPORTANTE CON QUIÉN QUE A DÓNDE

Resulta muy legítimo que conforme vamos cumpliendo años o teniendo más experiencia en montaña queramos repetir los destinos que nos encantaron o preferir viajes más lejanos que conformarnos con lugares aparentemente no tan interesantes. Sin embargo una parte muy importante de tus vivencias y posteriores recuerdos vendrá condicionada por con quién/quienes estuviste. Posiblemente disfrutarás mucho más con buenas amistades en los modestos Picos de Europa que con un grupo de desconocidos durante un trekking en el Himalaya. Aunque casi siempre es enriquecedor conocer gente nueva, resulta más habitual amargarte unas vacaciones porque haya compañeros desconocidos que asumen roles desagradables (como ser mandón o mostrarse egoísta) que volver descontento porque tus amigos/as eligieron un destino de atractivo aparentemente  limitado.

2. ¿QUÉ METEOROLOGÍA TIENE?

Cuando nos reunimos con nuestros compañeros para elegir un destino u organizar una actividad concreta, no son demasiados quienes se preocupan por conocer la meteorología que suela haber en las fechas elegidas. Puedes ver unas imágenes tan maravillosas de las Islas Loffoten que se te olvide que llueve 150 días al año, mientras que en otros destinos que también te seducen las jornadas con precipitaciones serán la tercera parte. Un sitio de baja montaña o un desierto no constituyen los mejores destinos para julio o agosto (parece una obviedad recordarlo pero se ve mucha gente pasándolo mal con el calor durante sus vacaciones porque no eligieron un lugar más fresco). Existe una web muy interesante y poco conocida en la que puedes consultar y comparar la media de días mensuales de lluvia de un gran número de destinos: www.tiempo3.com

3. EVITA DESTINOS MASIFICADOS

Hay sitios que por su belleza, atractivo o cercanía estarán a reventar en julio y agosto: aparcamientos llenos, senderos repletos de gente, refugios a reventar, auténticas caravanas en las vías normales a cumbres o campings ruidosos en los que no podrás descansar adecuadamente.  Un ejemplo: los Alpes son muy grandes, no necesariamente tienes que ir a Chamonix/macizo del Mont-Blanc, hay alternativas maravillosas, de enorme belleza y precios más asequibles. Si puedes, date una vuelta por las librerías de montaña especializadas, no hay muchas en España pero te sorprenderá la de destinos de gran calidad que desconoces y la cantidad de información fiable que existe en las guías de papel (casi siempre de mucha mayor calidad y rigurosidad que lo que encuentres gratuitamente en Internet).

4. PIENSA EN LOS DEMÁS

Muy posiblemente tienes algún proyecto personal pendiente que ahora quieres materializar: una cima impresionante, una cresta a un  tres mil del Pirineo o un descenso por un prestigioso barranco. ¿Saben tus acompañantes el nivel de exigencia física y técnica que implica tu plan? ¿están dispuestos/as a dormir en alojamientos bulliciosos, a caminar bajo una tormenta o a no tener jornadas de descanso? ¿Tus planes de adaptan a la persona menos preparada del grupo o simplemente intentarás ayudarle cuando la actividad se vuelva exigente?

5. ATENCIÓN AL EXCESO DE AMBICIÓN

Que antes de querer correr hay que saber andar es una lección de vida tan obvia como poco cuestionable, pero en estos últimos años el “me lo puedo permitir económicamente y por eso voy” comienza a generalizarse de forma peligrosa. Puedes contratar a un guía para subir al Cervino sin haber hecho nunca ni un simple tres mil; algunas profesionales se negarán o te propondrán una actividad previa más sencilla para evaluarte, pero otros simplemente te cobrarán y acompañarán sin advertirte de que no estas capacitado/a. Cada vez resulta más común que personas poco preparadas y estresadas por sus compromisos laborales/familiares quieran quemar etapas en la montaña sin la prudencia necesaria. En las redes  bastantes practicantes te animarán a emprender casi cualquier ascensión y a menudo pintarán todo mucho más idílico y fácil de lo que realmente es.

6. ¡OJO A LAS RESERVAS!

Los alojamientos de los destinos más anhelados, como puedan ser el refugio de Góriz en Ordesa, el de Urriellu/Naranjo de Bulnes en Picos de Europa o por citar algo más internacional el camping Camp 4 de Yosemite, tienen todas sus plazas ocupadas con varios meses de antelación. Si apareces allí sin reservar y esperando un milagro, quizá te tengas que marchar sin ni siquiera pasar una noche o comiences una discusión absurda. Por otro lado reservar las pernoctas en un alojamiento concreto, que también pueden ser un hostal o una casa rural, puede obligarte a ir a un sitio en el que quizá tres días antes ya sabrás que te va a llover demasiado (se supone que consultas predicciones fiables) pero que no quieres cancelar por la pérdida de dinero que conlleva.

7. SÉ FLEXIBLE

Encabezonarse con un destino o una cumbre cuando la predicción resulta nefasta es tener ganas de arruinar tu salida. En España, por ejemplo, disponemos de una gama tan enorme de montañas que casi siempre tendrás a pocos cientos de kilómetros un bonito sitio con buen tiempo. Quizá a ti te apasione la escalada y a tus acompañantes les asuste o aburra, lo mismo sueñas con un descenso en bicicleta de montaña que a los demás les abruma o no les convence. Estar dispuesto a variar sin enfadarse planes y destinos, consensuándolos y motivándote con los aspectos positivos que  te aportarán esos cambios de última hora, contribuye a lograr unas vacaciones más agradables y gratificantes.

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