El descenso de cañones y barrancos es actualmente una de las modalidades deportivas de montaña con mayor proyección. Desde el Departamento de formación e investigación FEDME nos dan un par de consejos para disfrutarlos con seguridad.
FOTOS: Mikael Helsing
La combinación de técnicas empleadas por escaladores y espeleólogos con el medio acuático en parajes de gran belleza, da como resultado una auténtica explosión de atractivas sensaciones a los que buscan aventura y un cierto riesgo en entornos naturales con accesos normalmente complicados y difíciles.
El recorrido de un curso de agua encajonado entre paredes verticales con pozas profundas, saltos, toboganes y cascadas, ofrece todo tipo de alicientes. Situaciones, como las que se relatan, en donde la toma de decisiones respecto a técnicas a ejecutar o acciones a realizar según las condiciones del medio son características:
¿Por qué tenemos que comprobar si podemos saltar?
Mi compañero, desde abajo, me indica que el salto es factible y seguro, ha descendido en rápel desde la reunión de dos anclajes químicos que tenemos a nuestra derecha para comprobar la viabilidad del salto.
¡La descripción, en la guía, nos indica que lo podemos hacer!! Pero, ¿ no ves la cantidad de restos de árboles que nos hemos encontrado? ¿Y si hay uno en el fondo que no vemos? Baja, que no nos cuesta nada...
Es muy importante comprobar si la recepción está libre de obstáculos. Un tronco o una piedra arrastrada por la última crecida pueden convertirse en un peligro.
El salto impresiona, no recuerdo haber saltado uno tan alto... salto impulsado con solo un pie,brazos cruzados con manos en los hombros mantener la vertical piernas juntas y un poco flexionadas uf!! ¡Qué segundos tan largos!
Los saltos deben ejecutarse siguiendo la técnica de nuestro protagonista, así se controlan las inercias que se generan durante el vuelo y se minimiza el impacto con el agua.

Las técnicas de descenso por cuerda, los rápeles (simples, dobles, desembragables, guiados ), son específicos para situaciones concretas, y es necesario el conocimiento y práctica de sus variantes técnicas antes de realizarla de manera autónoma, es por eso que una formación específica es necesaria. En la actualidad hay una importante red de escuelas donde aprender. En España, asociaciones y centros excursionistas, federaciones e incluso alguna que otra administración autonómica se unen a algunos centros privados para ofrecer a quien quiere practicar esta modalidad con la seguridad deseable el aprendizaje adecuado a su nivel. Para iniciarse nada mejor que participar en un cursillo pensado para ello. Allí tendrás ocasión de tomar contacto con las primeras sensaciones de la mano de monitores experimentados que además de facilitarte las claves para tu futura autonomía se asegurarán que no adquieres esos pequeños vicios luego tan difíciles de corregir.
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Más información:
www.fedme.es