Lluvia continuada en la montaña: todo lo que nos puede pasar

Hipotermia, aumento de la posibilidad de accidentes y otros peligros nos acechan con avisos nivel amarillo

Tino Núñez

Lluvia continuada en la montaña: los riesgos
Lluvia continuada en la montaña: los riesgos

En estos últimos años en casi todas las montañas españolas el total de lluvia anual caída es similar a la de décadas anteriores, en las que el cambio climático aún casi no nos afectaba. Sin embargo es importante saber que la distribución no es la misma, por lo que en bastantes lugares cae más intensamente en menos tiempo, distanciada con largos periodos soleados o carentes de precipitación. Esta situación, aparentemente beneficiosa porque nos proporciona más jornadas secas al año para disfrutar también se vuelve peligrosa, por creer improbable cambios bruscos de tiempo o incluso considerar que las fuertes precipitaciones anunciadas “no serán para tanto…”

CON AVISO AMARILLO, PRECAUCIÓN

La Agencia Estatal de Meteorología informa a los ciudadanos de diferentes maneras y una de ellas es mediante avisos vinculados a un color: verde, amarillo, naranja y rojo. Con el verde no existe riesgo en especial y la meteorología será tranquila, pero con aviso amarillo sólo los expertos deben salir y con las oportunas precauciones. En principio con avisos nivel naranja y rojo tienen que evitarse salidas a enclaves naturales afectadosn, por el gran peligro que pueden entrañar las precipitaciones abundantes, tanto en la mismanaturaleza como en el acceso por carretera. No es raro que ocasionalmente esa lluvia intensa venga acompañada de rachas de viento fuerte, sobre todo en altura (durante marzo de 2025 se ha llegado a registrar la racha más salvaje de la península: 270 km/h a 2.000 metros en Gredos) o que incluso muy recientemente se hayan batido records significativos, por ejemplo el 21 de marzo de 2025 se ha confirmado que ese mes ha sido el de mayor precipitación en la Comunidad de Madrid, de los 1.600 meses registrados en los 125 últimos años.

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PRINCIPALES PELIGROS

Entre los riesgos más factibles aparecen:

  • Terreno resbaladizo incluso en tramos sencillos. En general en los macizos calcáreos los senderos pueden embarrarse peligrosamente y en los graníticos hacer resbalar nuestro calzado incluso en rocas aparentemente inofensivas. También cederán con mayor facilidad algunas de las piedras en las que habitualmente pisamos con seguridad en jornadas secas.
  • Hipotermia. Basta con transitar mojándose o permanecer parado sin protección especial para que con una sensación térmica de +5ºC comencemos a notar un descenso de temperatura corporal preocupante, si no vamos bien equipados (por ejemplo chaqueta y pantalón con columna de agua superior a los 10.000 milímetros e incluso paraguas si vamos a caminar bajo la lluvia más de 2 horas).
  • Visibilidad reducida tanto para caminar como en la conducción.
  • Progresión más lenta y por lo tanto mayor posibilidad de que se nos haga de noche.
  • Aumento de la posibilidad de incidentes o accidentes, especialmente si vamos con un grupo numeroso, inexpertos/as, niños y personas de la tercera edad con movilidad limitada.
  • Riesgo de arrastre de nuestro vehículo si el agua se acerca o supera la mitad de la rueda. No aparcar en ramblas, barrancos ni cerca de cauces de agua, tampoco salir sin consultar los avisos de la web de la Dirección General de Tráfico.
  • Salir como sea y cuando no se debe por la impaciencia de ver que se suceden un fin de semana lluvioso tras otro. Elige mejor zonas de paseo seguras (aunque puedan resultar menos atractivas o poco ambiciosas) e incluso si así lo aconsejan las autoridades locales, quédate en casa.

 

OTROS RIESGOS

No es una buena idea acampar bajo grandes árboles si lleva semanas lloviendo (una racha de viento fuerte puede tirar un árbol menos sujeto por las raíces debido al ablandamiento del suelo). Se debe evitar dormir o caminar junto a lagos y ríos que estén registrando crecidas de nivel o donde se haya avisado de precipitaciones intensas. ¡pura lógica a veces ignorada por aficionados demasiado confiados o con escasa formación!

Pueden aparecer inesperadamente arroyos casi insalvables en terrenos totalmente secos el resto del año. Si el río muy poco caudaloso que cruzábamos habitualmente pisando algunas piedras ha crecido, nos podemos topar con que sea imposible de cruzar o más peligroso de lo que creemos, en cuanto el agua llegue por encima de la rodilla puede hacernos caer y/o arrastrarnos. Algunos expertos en supervivencia recomiendan cruzar por las partes más anchas –pues las estrechas suelen ser más profundas o llevar mayor velocidad el agua- pero es importante prever si podremos alcanzar la orilla de enfrente sin helarnos los pies o sin resbalar sobre un fondo deslizante o cortante.

Según la Federación Aragonesa de Montañismo y dentro de su campaña informativa Montañas seguras “La lluvia también produce, y de forma casi instantánea, aludes de nieve húmeda. Percola y rompe los anclajes de la nieve, haciéndola aumentar de peso y lanzándola ladera abajo. Durante las lluvias el riesgo de aludes aumenta de forma rápida”.

Los escaladores deben tener especial atención con diedros, sistemas de fisuras, placas cóncavas, anfiteatros y pedreras, porque pueden canalizar repentinamente gran cantidad de agua que muy posiblemente arrastrará tierra y rocas. Parecidos efectos pueden sufrir barranquistas, que además pueden verse atrapados en una zona confinada y sin posibilidad de remontar cauce arriba o los tramos de rápel realizados.

 

 

 

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