Somos cada vez más quienes realizamos actividades en la naturaleza y por eso tenemos que entender que el medio natural exige un comportamiento diferente al urbano. Nuestro decálogo recuerda las “normas" más importantes pero no siempre seguidas.
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Saber renunciar. No se puede hacer todo tipo de actividades en todos los sitios ni durante todos los días del año. Si caminar, montar en bicicleta, llevar a tu perro, conducir tu vehículo por una pista forestal o acampar no está permitido en enclaves concretos es por algo. Detrás de casi todas las regulaciones o prohibiciones suele haber un motivo sólido y razonable.
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Comportamiento con animales. No des de comer a animales, sean domésticos o salvajes. Evita molestarlos para hacerte una fotografía y tampoco intentes acariciarlos. Mantén una distancia mínima de 10 metros y desvía tu trazado si un rebaño se acerca hacia ti. Si llevas un perro tenlo siempre bajo control, mantén el contacto visual y si es una zona frecuentada por otras personas o con tránsito de ganado, átalo.
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La recolección de setas está regulada en muchos municipios y advertido con cartelería. Para los pueblos el micoturismo puede constituir desde una fuente de ingresos estacional hasta un problema ambiental grave. l Los permisos de recolección suelen expedirlos los ayuntamientos y bares más importantes de las localidades. En general por 5 euros tendrás un permiso individual para 2 días (máximo 5 kilogramos/persona). Lleva cesta, evita las bolsas de plástico y no arranques hongos sólo para examinarlos, cumplen una función muy importante en el bosque.
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No hagas fuego. En verano está totalmente prohibido incluso en barbacoas habilitadas y aunque no existan carteles específicos de advertencia.
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Utilización cívica del coche. Circula sólo por accesos permitidos y no superes los 30km/h por pistas no asfaltadas. No aparques ante puertas de fincas, dificultando el acceso a la puerta de una vivienda, en prados o en los lados de las vías pecuarias.
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Cierra siempre cualquier puerta de un terreno vallado en el que vayas a entrar (así no podrá escaparse el ganado) y asegúrate de que el acceso no está prohibido por ser una finca particular o terreno con vegetación en regeneración.
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No cojas lo que no es tuyo. Un montón de leña en un prado, una vieja silla o cualquier objeto junto a una casa derruida tienen dueño ¡y no eres tú!
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Evita hacer torres de piedras o hitos grandes por diversión. Confunden a otros caminantes, desnaturalizan el paisaje y lo que es peor: acelera la erosión y perjudica a los animales que viven bajo esas piedras que has quitado del suelo.
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No grites innecesariamente. Tu grupo o tus hijos pueden parecerte muy divertidos o con derecho a vocear en cualquier cumbre o barranco, pero la naturaleza y otras personas ajenas a vosotros no necesitan escuchar esos gritos.
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Colabora en el sostenimiento de los pueblos en los que se enclava tu actividad. Haz la compra en los comercios locales, consume en sus bares, llévate la basura a casa en vez depositarle en sus contenedores (la gestión de la basura en pequeñas localidades es complicada y costosa) y respeta a sus habitantes. Si llevas autocaravana o furgoneta, aparca sólo en sitios autorizados y ante la duda de si es razonable hacerlo en algún punto concreto pregunta primero a un local.